La hostelería de eventos de Santiago ya cuelga el cartel de completo para este verano

SANTIAGO

Hay muchos establecimientos sin fechas libres para la temporada alta de bodas y primeras comuniones
26 feb 2022 . Actualizado a las 00:29 h.Los gestores de salones de eventos contienen la respiración y miran los datos de la evolución de covid con cautela. Tras dos años en los que pasaron, en pocas semanas, de la euforia al más absoluto desánimo, los responsables de los salones de eventos confían en que el 2022 sea el año de la recuperación definitiva. Carlos Ayaso, de la Finca da Rocha, está esperanzado con dar salida a muchas de las bodas que quedaron pendientes durante el 2020 y el 2021. «Un 20 % de lo que se celebre este año será de los dos anteriores», explica. En general, los portavoces de diversos salones reconocen que muchos novios no parecen dispuestos a retrasar más sus enlaces, y «a los que ya se recuperaron el año pasado, se unen las fiestas que saldrán este año», apunta Manuel Vidal, del Hotel Scala. Todo hace pensar que este año, el sector de los eventos recuperará la normalidad y se moverá en niveles superiores a los de los años anteriores a la pandemia.
El panorama, según fuentes del sector, es el de un buen año. En muchos de los establecimientos habituales es complicado conseguir un hueco libre para los fines de semana más demandados entre mediados de junio y la primera semana de septiembre. Es el caso de Finca da Rocha, el Scala, Aldea de Sestelo y el Hotel AC Palacio del Carmen, donde quedan pocas fechas disponibles y en días determinados no será posible acoger más fiestas. En el restaurante Los Robles también auguran buen año, y confían en poner fin a dos temporadas muy complicadas.
Este año, además de dar salida a los nuevos eventos, se pondrán al día con aquellos que quedaron pendientes de los dos anteriores. «Las comuniones y bautizos fueron saliendo, pero se aplazaron muchas bodas. Algunas se hicieron el año pasado, y ahora saldrán las que están pendientes. El año pasado se recuperaron seis del 2020, y ahora quedan tres del 2021», explica Manuel Vidal, del Scala. En su caso, habrá bodas en marzo y abril, «tenemos llenos los fines de semana de octubre, y comenzamos a tener reservas para el 2023». Una situación que viene a reforzar la idea de la recuperación de la normalidad.
Bodas en diciembre
Pablo Guitián, del AC Palacio del Carmen, apunta que, si bien hace unos años la temporada de bodas estaba más limitada a los meses de verano, ahora cada vez se amplía más. «Las bodas en diciembre son tendencia, porque la decoración y el ambiente navideño dan mucho juego», apunta Guitián, que explica que «al ser una ciudad de servicios, es lógico que muchos novios sean del sector de la hostelería, y estos optan por fechas de fuera de la temporada alta de trabajo». A diferencia de las bodas organizadas en la temporada alta, los enlaces en invierno suelen tener menos invitados, pero «hay de todo». Carlos Fernández, de Aldea de Sestelo, explica que, desde hace dos años, la Nochevieja está en alza. «En los dos últimos años tuvimos bodas, y este año ya tenemos ocupado el día tanto en Sestelo como en el establecimiento de Forcarei». Este año, las parejas de novios también están inclinándose por abril y noviembre, fechas en las que hace unos años no solían celebrarse convites.
Carlos Ayaso, de Finca da Rocha, tiene claro que aquellos novios que escapan de la temporada alta, «buscan tranquilidad y hacen bodas más íntimas». En su establecimiento ya no quedan sábados libres entre mayo y septiembre, y tampoco domingos en los meses de junio a agosto; incluso no hay disponibilidad para los sábados de mayo, cuando las fiestas de primera comunión se convierten en las protagonistas. Una situación similar se vive en el Scala, donde sus salones cuelgan el cartel de completo para determinados días del 2022.
Primeras comuniones, ya
Si las bodas presentan síntomas de recuperación en los salones, las fiestas de primera comunión también empiezan a coger carrerilla. Pablo Guitián comenta que «el trabajo de las dos últimas semanas es atender la demanda de salones para fiestas de primera comunión», que buscan espacio fundamentalmente para los festivos y fines de semana a partir de abril y mayo. En la mayoría de los salones, sus propietarios coinciden en que estas fiestas tuvieron menos cancelaciones que las bodas, que requieren más tiempo de organización.