La hostelería exige soluciones por la mala imagen de la ciudad y las pérdidas del sector
03 jun 2023 . Actualizado a las 19:28 h.El problema de la falta de taxis en Santiago alcanza situaciones extremas, como la vivida en las últimas horas al coincidir en la ciudad una gran afluencia de turistas y un congreso multitudinario en San Lázaro. Por no tener taxi para desplazarse al centro de la capital, se vivieron escenas propias de otras épocas en el entorno del Palacio de Congresos de San Lázaro, con grupos de congresistas comiendo en modo pícnic un menú take away preparado, al tiempo que los compostelanos de a pie se quejaban de las eternas esperas en las paradas del casco urbano y los hosteleros, ya fuesen los del centro de la ciudad o los de la periferia, tenían que cancelar mesas reservadas ante la imposibilidad de que los comensales llegasen a tiempo.
Mientras el problema crece, los colectivos de taxistas y las administraciones municipal y autonómica no ponen en marcha una solución para ampliar, cuando se necesite, los medios disponibles más allá de las 147 licencias existentes, y los hosteleros temen que con los picos turísticos del verano, la situación estalle por completo dañando muy gravemente la imagen de la ciudad.
La Asociación Hostelería Compostela se hizo eco de las quejas de los restauradores que denunciaron la cancelación, con muy poco tiempo de antelación, de reservas para comer realizadas por participantes en el Congreso de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, que se está celebrando en el Palacio de Congresos de Galicia, en San Lázaro. La razón fue que no era posible conseguir un taxi para bajar al casco histórico, y volver a tiempo para retomar las ponencias de la tarde. En uno de los restaurantes situado en la rúa Casas Reais se cancelaron cinco mesas con menús concertados para quince personas. Este no es un caso único, sino que se produce en otros restaurantes de la ciudad, y que no solo supone una pérdida económica directa para los afectados, también daña gravemente la imagen de Santiago. Afecta igualmente a establecimientos de la periferia, ya que, en sentido contrario, no llegan a ellos los comensales que han reservado mesas y dependen de un taxi que los recoja en el centro. «Hemos tenido que cancelar cuatro mesas», se lamentaba la responsable de un restaurante del norte del casco urbano. Como esta hostelera también regenta un alojamiento, cuenta situaciones surrealistas que está viviendo, al confluir el servicio deficitario del bus urbano al aeropuerto y la falta de taxis: «Como el bus tarda ocho siglos y medio en llegar al aeropuerto, recomendamos a los clientes que cojan un taxi, pero este tampoco llega, y no nos queda otra que coger el coche y llevarlos nosotros». «¿Es este el servicio que una ciudad turística como Santiago quiere dar?» se pregunta la indignada hostelera.
Con muletas y sin taxi
Hay muchos más casos. Ayer por la mañana, una hotelera del casco histórico denunció que, pese a su insistencia para pedir que un taxi llegase hasta la puerta de su hotel, una de sus clientas tuvo que irse caminando, con muletas, hasta la estación del ferrocarril por la falta de coches.
Thor Rodríguez reclama una solución. Considera que una de las opciones sería tener acuerdos puntuales con los taxistas de las localidades próximas cuando se prevé que se van a producir problemas como los de estos días. Algunos hosteleros plantean que se concedan más licencias o que se autorice la entrada de plataformas como Uber.
La gerente del Palacio de Congresos, Belén Montero, indicó que ante un evento como el de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas, que reúne a 1.700 personas, es obvio que es imposible disponer de taxis para bajar a los participantes a comer al centro. Apuntó que además de ofrecer comidas tipo pícnic, se dispusieron quince autobuses tipo lanzadera con unos horarios concretos para facilitar los desplazamientos y asistencia a las ponencias del congreso. En la tarde del jueves se registraron colas de cien personas esperando turno para el taxi.
«Ocorre todos os días e a todas as horas pero, lonxe de solucionarse, o problema se agrava»
Hostelería Compostela recordó que «levamos dous anos denunciando esta situación e lonxe de solucionarse, parece que se agrava», dijo su presidente, quien emplazó al nuevo gobierno local a afrontarla sin dilación. Thor Rodríguez puntualizó que si bien el problema de la falta de taxis «xa é unha tolemia» cuando se celebra algún congreso y, de hecho, «os congresistas son os hóspedes que máis o sofren e que máis protestan», no se produce solo cuando coinciden estos eventos, «senón que ocorre todo os días e a todas as horas, e os sofren tamén os veciños».
Prueba de ello es el testimonio a La Voz de una vecina de Salgueiriños que tiene un tendón roto y necesitaba un taxi para ir al médico este jueves. De 16.30 a 17.30, llamó a Teletaxi cada cinco minutos pero nadie contestó. Finalmente la llevó un hombre que estaba en una cafetería en la que casualmente ella paró para descansar. De regreso a casa, a las 20.30, Teletaxi seguía comunicando. Ayer por la mañana volvió a llamar para saber qué había pasado y le dieron una respuesta que le pareció peregrina: «Habrá sido una caída de la centralita de Barcelona».
Ya basta
La falta de taxis en Santiago es un problema insostenible. Por los vecinos, primero. Por los visitantes, también. Y, como conclusión, por la imagen lamentable que proyecta al mundo una ciudad que vive en gran medida del turismo y que quiere ser excelente en sus servicios. Sorprende la inacción del Concello y de la Xunta, y el sí pero no corporativista de los propios colectivos de taxistas. Nos jugamos mucho.