El repunte de las altas y dos jubilaciones colapsan la atención en el padrón de habitantes de Santiago

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

El Concello, que ya cubrió las dos bajas, empieza a aumentar las citas diarias

12 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Toda una semana estuvo una residente compostelana intentando cambiar su dirección en el padrón de habitantes. Todavía no lo ha conseguido. Y eso en una ciudad que realiza ese trámite en el mismo día. Esta afectada, que quiere permanecer en el anonimato, se queja de la falta de un servicio de cita previa que acabaría, dice, con las colas que tienen que soportar los interesados para ser atendidos a partir de las nueve de la mañana. Su estado de gestación la disuadió de hacer cola desde las 7.30 para intentar coger uno de los cuarenta números diarios que se daban la semana pasada para hacer cualquier gestión presencial. Esa es la hora a la que van otros interesados, señala, para asegurarse un turno, con lo que a las nueve, cuando comienza la atención, ya no quedan pases. Varias veces lo intentó, a distintas horas, y en una de ellas la cola era tan amplia que ya percibió a simple vista que no entraba entre los cuarenta agraciados de la jornada. «Llamé por teléfono y me dijeron que había que ir temprano, que ahora están colapsados», dice esta usuaria, que el viernes ya no logró contactar por teléfono con el servicio.

Esta vecina se encontró con el problema la pasada semana, pero las dificultades en la atención presencial vienen de atrás. Así se colige de las explicaciones dadas por el Concello, que habla de la coincidencia de un importante repunte en la demanda de altas en el padrón con la jubilación de dos empleados (el servicio tiene cuatro). Ambas plazas han sido ocupadas recientemente, una de ellas con una persona que se ofreció cuando el gobierno pidió voluntarios para esa área. Además, la disposición de empleados con días libres pendientes obligó al departamento a reorganizarse internamente.

El gobierno local es consciente de la situación y comprende el malestar que genera, pero sostiene que se le está poniendo remedio y que irá mejorando en los próximos días, cuando el nuevo personal adquiera totalmente la destreza propia del puesto. De hecho, a mediados de semana se espera ir mejorando el número de turnos para atender a los demandantes. Ayer ya se incrementó hasta 50, diez más que la pasada semana.

Picos de 130 peticiones

Entre 40 y 50 era el flujo habitual antes de que se constatase ese repunte. Si se mantuviese dicho flujo se atenderían todas las citas. Pero en los últimos meses se ha producido un notable incremento de solicitudes que prácticamente ha duplicado la media diaria habitual, y que llegó a picos que la triplicaban. Si la media estaba entonces en torno al medio centenar de solicitudes, últimamente la demanda se situó entre las 80 y 90, de las que setenta son citas por nuevas altas, lo que requiere una tramitación más larga que para pedir un simple certificado. Y, por tanto, exige más tiempo de gestión, aun asegurando que esta se resuelva en el día.

Los movimientos migratorios están detrás de este repunte, que llegó a tener picos de 130 solicitudes diarias. La demanda procede especialmente de Latinoamérica, y singularmente de Venezuela, según el Concello, que recuerda que Santiago está tramitando las altas en un solo día. Lo hace así desde hace años, aunque legalmente podría hacerse en tres meses. Pero resolverlo en una sola jornada, además de evitar nuevos desplazamientos a los interesados, implica la comprobación de todos los datos en la misma jornada, explica, recordando que las altas requieren más tramitación.

La atención presencial se realiza sin cita previa, aunque hay que solicitar turno en la máquina dispensadora situada en la entrada de la oficina. La cita previa no se consideró adecuada para el servicio. Cuando se probó, dicen desde el Concello, no resultó efectiva. Al parecer, había citas concertadas que finalmente no se cubrían.