El Dubra vuelve como el café brunch Raxoi de la mano de un veterano hostelero

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

Javier Navaza, conocido por el Agarimo y Chocolate, recupera el local y quiere que sea un referente de la parrilla para los compostelanos

12 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El café bar Dubra reabrió a finales de febrero y lo hizo recuperando el nombre de Raxoi, que había perdido en su anterior etapa. Ahora, de la mano de Javier Navaza Sánchez, pasa a ser café brunch con la coletilla de restaurante-parrillada. Javier no es, ni mucho menos, un novato en el mundo de la hostelería. Cuando tenía 15 años empezó a trabajar como camarero en un local de la rúa do Hórreo, y con solo 24 años asumió su primer reto empresarial. Desde entonces no ha parado, y fue ganándose un prestigio en la hostelería de Santiago. Hasta hace unos años regentó el café bar Agarimo, en el que estuvo durante bastante tiempo hasta que optó por un cambio de estilo, y se puso al frente del Chocolate, en la rúa das Ameas. Su inquietud empresarial no le permitió quedarse quieto, y ahora afronta con ilusión la reapertura del Raxoi, un clásico del entorno de la Praza do Obradoiro. «Dejé el Chocolate porque no quiero estar implicado en varios locales, sino estar completamente centrado en el Raxoi», comenta. Javier explica que su llegada al Raxoi fue «por la insistencia de su dueño. Es vecino, y tanto me insistió que al final decidí cogerlo». En su apuesta por este establecimiento quiere darle una vuelta al estilo, y «será, además de restaurante parrillada, brunch, porque es un modelo que cada vez tiene más tirón». Javier no quiere que su local sea solamente un referente para los turistas que llegan en multitud al Obradoiro y a todo el casco histórico, «quiero que venga la gente de Santiago», y está convencido de que la oferta de la parrilla «será atractiva para los de aquí también», porque la propuesta de carnes, pescados y verduras a la parrilla no es muy amplia en el centro de Compostela. Otro de los reclamos para visitar el nuevo Raxoi es la «amplia gama de tartas de elaboración propia», que se ofrecerá todos los días. «Los que me conocen de la etapa del Agarimo saben que no se escatima en tapas, y aquí, en el Raxoi, quiero que sea uno de los alicientes para venir», asegura Javier. Con las tapas de cortesía espera atraer a los clientes, pero «también confío en que le den una oportunidad a la cocina, porque les va a sorprender». Con la reapertura, el local contará con una plantilla total de diez personas (incluido Javier): «Cinco camareros y cuatro en cocina, entre los que hay algunos que ya trabajaron conmigo en etapas anteriores». Este es el equipo que acompañará a Javier en una nueva vida del Raxoi, que mantendrá sus puertas abiertas en un amplio horario desde las ocho de la mañana hasta la una de la madrugada. «Tendremos desde los desayunos más básicos hasta brunch, comida y cenas». Una nueva oferta de restauración al pie de la Catedral.