«Alugamos o noso piso en Teo por 450 euros e nunha mañá xa sumamos 30 chamadas»
VIVIR SANTIAGO

No existen alquileres en Santiago ni su comarca por menos del 30 % del sueldo mínimo, la cifra máxima recomendada para gastar en vivienda al mes
10 jun 2023 . Actualizado a las 21:16 h.Hay una norma no escrita en el mercado inmobiliario del alquiler que dice que no se ha de dedicar más del 30 % del salario mínimo interprofesional (SMI) a pagar la vivienda cada mes. Tiene su origen en una ley estadounidense de finales de los sesenta, la Enmienda Brooke, que limitó el desembolso mensual por una vivienda pública al 25 % de la renta familiar. Años más tarde, en 1981, esa cifra se elevó al 30 % y pasó a ser el estándar internacional dada la influencia estadounidense sobre el mundo capitalista en aquellos años.
Santiago de Compostela no cumple esa regla. Teniendo en cuenta que el SMI en España equivale a 15.120 euros al año (1.080 euros en catorce pagas), no se debería destinar más de 378 euros cada mes a pagar por tener un hogar. «Para gastar só esa cifra é necesario compartir piso, un traballador que ingrese o soldo mínimo non pode vivir só en Santiago a día de hoxe», afirma Vicente Martínez, gerente de la Inmobiliaria Apóstol y coordinador de un reciente estudio para Agalín (Asociación Galega de Inmobiliarias) sobre lo que ha de destinar una familia al pago de su alquiler en Galicia.

Dentro de esta escalada de precios hay una oferta que busca ser lógica. A la hora de publicación de este reportaje, que más allá nada se puede prometer dado lo volátil que es el mercado, existe un apartamento amueblado y de dos habitaciones por 450 euros en Cacheiras, dentro del término municipal de Teo. Está en el portal inmobiliario Fotocasa y es de lo poco que se encuentra en un punto intermedio entre los 378 que, en teoría, se deberían dedicar al alquiler y los 700 euros que rondan las mensualidades medias en toda la comarca de Santiago.
Sus dueños son Antonio Noya y su pareja, a los que se les quedaba pequeño y han optado por mudarse a una vivienda más grande para ver crecer a su familia. «Ata hai ben pouco foi o noso piso, que mercamos cos nosos aforros, así que agora queremos que outra familia o encha de vida», comenta el futuro arrendador. El anuncio lleva en la web desde el martes y tan solo en la mañana de ayer, miércoles, ha generado unas treinta llamadas al teléfono de Antonio, fruto de las más de 500 visitas a la página que ya ha cosechado.

Pero, ¿por qué ese precio, que parece tan barato viendo el mercado? «Quixémonos asesorar e o noso axente de seguros recomendounos non poñerlle nada máis elevado dese prezo pensando xustamente na regla do 30 % do soldo —comenta Antonio—, pois desta forma evitamos problemas futuros ao asegurar que o noso inquilino vai ser capaz de pagar cada mes esa cifra». Es justo por ello que elegirán a un candidato solvente, que son muchos al tener el piso un precio lógico y que se protege ante una futura morosidad.
La inseguridad jurídica que algunos propietarios denuncian se ve superada de esta manera, poniendo al alcance de un trabajador o de una familia trabajadora la vivienda. «Se sabemos que os habitantes do noso piso van estar dedicando a metade dos seus ingresos ao alugueiro non imos estar tranquilos nin eles nin nós, e é xusto o que non queremos», señala el dueño. Con esta premisa planea firmar el contrato de arrendamiento esta misma semana, después de las diez visitas que tienen él y su pareja programadas para este sábado.
Hay gente que incluso les propone alquilarlo sin ir a verlo, en el medio de esa avalancha de llamadas que están recibiendo. Entre los perfiles demandantes hay de todo, «dende funcionarios aos que lles acaban de dar traballo temporal en Santiago ata parellas novas que queren saír da casa dos pais e mudarse xuntos, pasando ata por persoas que se acaban de divorciar e buscan un lugar onde vivir, ao ter que marchar da que foi a súa casa».

Un problema patente en la estadística
En el informe coordinado por Vicente Martínez para Agalin, sobre el precio de las rentas en las ciudades gallegas, se concluyó que no existe en Santiago ningún apartamento en alquiler por menos de 350 euros y son solamente 27 los que se arriendan por una cifra inferior a 600. Del mismo modo, tampoco en todo el concello de Ames ni en el de Teo existen pisos cuyas rentas bajen de los 350 y son solamente ocho y seis viviendas, respectivamente, las que salen al mercado por menos de 600 euros.
Esto no es nada raro, teniendo en cuenta que el resto de Galicia se mueve en torno a cifras similares, tanto las ciudades como los núcleos urbanos de más de 15.000 habitantes que se establecen en torno a ellas. De hecho, tan solo el 15,2 % del total de viviendas para arrendar en Compostela bajan de los 600 euros de renta, una cifra que aumentaba en abril del 2022 hasta el 40 % según un estudio previo de la misma entidad.

Es probable que parte de los pisos de la ciudad se liberen durante estos meses, pues muchos de los contratos de arrendamiento temporales que firman los estudiantes se terminan con el curso académico. Ahora bien, esa es una tendencia del pasado, por lo que señala Martínez, «xa que a día de hoxe eses pisos que deixan uns van para outros sen pasar polas inmobiliarias, ou incluso quedan en mans dos mesmos inquilinos que firman un novo contrato ou reeditan o anterior cambiando algún dos rendeiros».
«Tanto en Santiago como no Milladoiro, Teo ou Bertamiráns precísanse cando menos salarios de 1.800 euros ao mes para poder adicar o 30 % del á renda do alugueiro», señala Vicente Martínez. Todo ello teniendo en cuenta que quien se muda viva solo, aunque poco cambia si la referencia es una familia. Si las dos personas que trabajan en ella, los dos adultos, cobran el salario mínimo, será necesario el 30 % de ambas nóminas para hacer frente al alquiler y no el 30 % de una sola, tal como se pensó la regla años atrás. Bien es cierto que el mundo es otro, pero queda clara la enorme revalorización de los alquileres en las últimas décadas y la pérdida de poder adquisitivo de los núcleos familiares residentes en Compostela.

Existen más problemas que el precio
Una variante que también hay que tener en cuenta es el mal estado general de la vivienda compostelana, que lleva años sin recibir arreglos ni reformas en la mayoría de los casos. Representantes inmobiliarios como Rafael Rey, gerente de la inmobiliaria santiaguesa Rey Xestión y miembro directivo de Agalin, declaraban no hace mucho a La Voz que los pisos en alquiler de Santiago no pasan por su mejor momento porque existe una demanda tan elevada que sus dueños pueden alquilarlos sin necesidad de llevar a cabo en ellos obras de mejora.
Muchos de los muebles que articulan la habitabilidad de los apartamentos datan de hace veinte años o más, cuando se produjo la última gran reforma integral, en general, en las casas compostelanas. De hecho, los principales damnficados de esto son los estudiantes, que muchas veces se tienen que conformar con las sobras más olvidadas de todo el parque inmobiliario para vivir en Compostela.