Los proyectos que pudieron revolucionar Santiago: de una Gran Vía que atravesaba el casco histórico a la ampliación de la catedral que «casi eliminaba A Quintana»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO / LA VOZ

VIVIR SANTIAGO

La exposición «Santiago proxectado, arquitecturas non construídas» sorprende con propuestas que no salieron del cajón. Una de las que más «cala» en los compostelanos es la que pudo salvar el edificio Castromil, con un documental inédito

27 nov 2023 . Actualizado a las 16:44 h.

Lleva abierta tan solo desde mediados de noviembre, pero los comisarios de la exposición Santiago proxectado, arquitecturas non construídas admiten que muchos compostelanos les trasladaron ya su sorpresa por lo contemplado en la Casa do Cabido. «Muchos repiten, algo que valoramos positivamente. La muestra se puede ver de forma rápida, a través de los paneles, o con calma, contemplando los cinco vídeos expuestos. Los visitantes nos dicen que, sobre todo, les llamó la atención el de la recreación hipotética de la cabecera gótica de la catedral de Santiago, paralizada de manera inmediata, y un documental inédito del edificio Castromil, cedido por el COAG y grabado poco antes de que este se derrumbase, con las últimas imágenes en su interior», detalla la historiadora de arte Ana Paula Castro, quien, junto al historiador y periodista Fernando Franjo, comisarió la exposición, con el apoyo técnico de un equipo de arquitectos coordinado por Paula Franjo.

«La idea surgió un poco a partir de Juan Conde, responsable de Exposicións e Publicacións del Consorcio de Santiago, institución en la que trabaja desde hace muchos años y en la que fue tomando nota de proyectos que encontraba. A muchas de las propuestas que incluimos en la muestra llegamos incluso por azar. Fue un trabajo muy colaborativo, de mucha gente, también de arquitectos o historiadores, que nos hablaron de obras frustradas u olvidadas que conocían. Juan Conde puso la semilla y nos pusimos a investigar, tirando de pequeños hilos. Fue un año intenso de trabajo», sostiene Ana, con satisfacción por lo logrado.

La muestra se centra en 14 proyectos que estaban llamados a revolucionar la imagen urbanística de Compostela, pero que se quedaron en el tintero. Propuestas que, en algunos casos, llevan la firma de grandes referentes de la arquitectura, como Rafael Moneo, Norman Foster, Antonio Palacios, Alejandro de la Sota o Álvaro Siza, pero que, finalmente, no se ejecutaron y algunos cayeron en el olvido. La exposición cuenta con más de 30 paneles informativos y medio centenar de planos, además de recreaciones en tres dimensiones, reproducciones de proyectos y códigos QR, que permiten ubicar los distintos edificios. «Intentamos que la muestra fuese totalmente objetiva, sin valorar si, de llevarse adelante esos proyectos, Santiago sería mejor o peor. Sí sería un Santiago distinto», confirma, repasándolos.

La cabecera gótica de la Catedral

«Uno de los proyectos más llamativos de la muestra es el de la cabecera gótica de la catedral de Santiago que promovió el arzobispo Juan Arias en el siglo XIII, y con el que se buscaba dotar a la basílica compostelana de un amplio espacio en el lado este, en la actual Praza da Quintana», apunta Ana Paula Castro, haciendo hincapié en la necesidad de contemplar la muestra teniendo claro que las propuestas obedecen a una época histórica. «En este caso hay que pensar que el proyecto surge en un siglo en el que el gótico está en pleno apogeo. Desde el arzobispado, posiblemente, se deseaba emular el esplendor arquitectónico de ciudades como Burgos, León o Toledo, o, en general, de las grandes catedrales europeas», explica la historiadora de arte.

El 5 de mayo de 1258 Juan Arias colocaba la primera piedra de la nueva cabecera que llegó a iniciarse con la construcción de varias capillas radiales. «Posiblemente, diversos problemas políticos y la muerte del arzobispo impidieron la obra», comenta sobre un proyecto cuya realización hubiese supuesto un ostensible cambio en la configuración del entorno de la catedral de Santiago. «Prácticamente eliminaba A Quintana al llegar la ampliación casi al monasterio de San Paio», comenta Ana, explicando cómo «los vestigios de dos capillas radiales aparecieron en 1964 durante unas obras de restauración».

Actualmente, los restos permanecen enterrados bajo las escaleras de A Quintana.

Una nueva Puerta Santa neoclásica

Los proyectos, no ejecutados, en la Catedral centran más espacio en la singular exposición de la Casa do Cabido. En dos paneles se muestra cómo en el siglo XVIII el arzobispo Sebastián Malvar y Pinto decidió promover con dos propuestas el traslado del coro del templo. En una de ellas este se llevaría hasta la cabecera de la basílica, en una revolucionaria propuesta que alteraría por completo el perfil del templo, suprimiendo la sillería coral de la nave central con la práctica demolición de la girola medieval, así como la desaparición de la actual Puerta Santa. Se cree que la muerte del prelado y los elevados costes del proyecto provocaron que no se llevara a cabo.

Otro panel recoge otra de las propuestas del arzobispo, que incidía en una nueva localización de la sillería del coro, con unas demoliciones que afectarían a toda la trasera del altar y a la propia girola, aunque sus consecuencias urbanísticas exteriores serían menos agresivas. El proyecto incluía la construcción de una nueva cabecera con una nueva Puerta Santa, neoclásica. «Ese era el estilo que en 1794, año de los proyectos, imperaba en Europa. Hay que reflexionar sobre las necesidades políticas y sociales que había en los momentos en que se plantearon», recalca la historiadora de arte.

De la Gran Vía a la Rúa de Galicia

Más allá de la catedral, la muestra Santiago proxectado hace un recorrido cronológico por la historia de Compostela bajo el punto de vista de una arquitectura no edificada. «Además de la visibilización de los proyectos, la muestra permite reflexionar sobre la historia social y ciudadana», defiende Ana, aludiendo a dos propuestas urbanísticas que en los siglos XIX y XX podrían haber modificado el casco histórico.

Uno de ellos, de 1888, es el planteamiento de una Gran Vía que atravesaría parte de la zona monumental de sur a norte. La nueva calle se extendería desde Porta da Mámoa a la Porta de San Roque, con la necesidad de expropiar y demoler más de 300 viviendas a lo largo de todo el trazado. El vial, que permitiría ampliar el entorno de la actual Facultade de Xeografía e Historia, alcanzaría un ancho de 18 metros e incluso permitiría la circulación de un tranvía. El proyecto se abandona en 1891, posiblemente, ante la presión popular y vecinal. «Era muy abrupto, aunque entronca con esas grandes avenidas que se planteaban en el siglo XIX y con la tendencia generalizada a ampliar las calles. Es importante pensar en las necesidades de higiene que había en ese momento», razona Ana.

  

El otro vial del que se informa es la Rúa de Galicia, encargada en 1932 al arquitecto Antonio Palacios, que presentó una primera propuesta que uniría Porta Faxeira con la Praza do Obradoiro con el fin de convertirse en la principal arteria de tráfico y acceso monumental hacia la catedral. «Palacios buscaba armonizar una nueva travesía exterior con el trazado y la estética de la ciudad histórica para el tráfico rodado que llegaba a Compostela. Con esta propuesta buscaba una entrada al Obradoiro mucho más magnífica», remarca Ana.

«A la Rúa de Galicia, de gran acogida, la frustró el estallido de la guerra civil», enfatiza Ana.

Praza de Santa Susana, en la Alameda

Otro de los proyectos que en la muestra no deja indiferente es el que planteó el ingeniero militar Pedro Martín Cermeño en 1782. De llevarse a cabo, lo que hoy es la Alameda se hubiese convertido en una gran plaza cerrada y urbanizada, de dimensiones mayores que el Obradoiro. «Sería de un estilo similar a la de María Pita, en A Coruña», comenta Ana.

El promotor pretendía crear un gran vestíbulo para la ciudad que abarcaría desde el alto de Santa Susana y el colegio San Clemente hasta la calle Carreira do Conde. «El proyecto contaba con la aprobación del rey Carlos III, pero se piensa que se pudo desestimar por lo elevado del coste. Muchas eran propuestas de precio muy elevado», constata la historiadora de arte.

Teatro-cinema Montero Ríos en la Praza de Galicia

XOAN A. SOLER

«Otro proyecto que, de llevarse a cabo, hubiese sido muy costoso era el del Teatro-cinema Montero Ríos, promovido por el arquitecto vigués Jenaro de la Fuente en el espacio donde en la actualidad se levanta el edificio de las galerías Viacambre, en la Praza de Galicia», prosigue Ana, centrándose en una propuesta, de 1945, de gran monumentalismo exterior, con diez alturas y destinado a albergar los grandes espectáculos de la ciudad.

El edificio reservaba tres plantas a su uso principal como teatro-cinema con 1.500 localidades, además de un gran salón de fiestas independiente. En su parte central tenía, incluso, un refugio antiaéreo. «Se planteaba como el teatro más grande de Galicia. Sería espectacular, también por su lujo. La Praza de Galicia hubiese sido totalmente distinta», refrenda Ana.

El proyecto que pudo salvar el edificio Castromil

XOAN A. SOLER

Si hay una propuesta de Santiago proxectado en la que la historiadora de arte hace hincapié es la de la rehabilitación del edificio Castromil, defendida en 1975 por un grupo de nuevos arquitectos que integraban el aún reciente Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia. La iniciativa surge un año después de que el Concello de Santiago tomase la decisión de demoler todos los edificios del centro de la actual Praza de Galicia con el objetivo fundamental de hacer un aparcamiento, teniendo en mente el año santo de 1976.

La muestra de la Casa do Cabido recoge cómo la propuesta pretendía dar un uso público y colectivo al inmueble con una construcción que conservaba la idea de aparcamiento subterráneo de tres plantas y un edificio multiservicios con sala de conciertos, biblioteca, oficias municipales y cafetería. «Yo creo que este proyecto es, de toda la muestra, uno de los que más cala entre los compostelanos, al ver que había una propuesta interesante que podría haber conservado el edificio Castromil, que para muchos vecinos aún es una espinita clavada, y que se desechó», recalca la historiadora de arte.

En septiembre de 1975 comenzó la demolición del histórico edificio construido en 1926, en la que se considera una de las decisiones más polémicas de la historia del urbanismo moderno de Santiago.

«Mucha gente no duda en quedarse a ver el documental inédito, de 21 minutos, sobre los últimos momentos del edificio. El vídeo, cedido por el COAG y editado por Lupa Comunicación, lo quisimos poner íntegro», pone en valor Ana.

De un centro emisor de televisión al Palacio de Xustiza en el Obradoiro

XOAN A. SOLER

La principal plaza de Santiago también fue el objetivo de proyectos urbanísticos finalmente no llevados adelante, y ahora recuperados en la cuidada muestra.

Uno de los más sorprendentes es el planteado en 1962 por el reconocido arquitecto Rafael Moneo. «Aquí es necesario puntualizar que era una propuesta que nunca se iba a desarrollar; era un proyecto para lograr una beca», menciona Ana. El arquitecto debía diseñar un centro de comunicaciones en el Obradoiro que plasmara la fuerza de la incipiente televisión, un edificio que «hipotéticamente» sustituiría al Pazo de Raxoi. La llamativa propuesta, que apostaba por un edificio fragmentado en hexágonos enlazados en estructura pétrea, resolvía el desnivel entre la plaza y la parte posterior del consistorio.

«Para nosotros fue importante haber llegado a las fuentes y a los autores de muchos proyectos. En la muestra se recoge en vídeo el testimonio de arquitectos como Álvaro Siza o el propio Moneo», señala Ana.

En el mismo Obradoiro, un edificio que pudo ser y no fue es el Palacio de Xustiza impulsado por el arquitecto Francisco Pons Sorolla en 1955. El plan, finalmente frustrado, proyectaba un edificio de carácter público en un solar ocupado por viviendas contiguas al colegio de San Xerome, en la actual avenida de Raxoi. El diseño sería muy similar al del rectorado.

Torre de Telecomunicacións de Norman Foster

La historiadora de arte reconoce que, en los proyectos más antiguos, se enfrentaron al hándicap de poder encontrar información. «En algunos al principio fuimos a ciegas, sin saber por qué se desarrollaron o se descartaron», asegura, mostrando cómo en los recientes el trabajo es mucho más exhaustivo.

Uno de estos últimos es el proyecto de una Torre de Telecomunicacións que el alcalde Xerardo Estévez le planteó a Norma Foster en 1993. Su emplazamiento sería en la zona alta del monte Pedroso.

El edificio planteaba un gran volumen horizontal elevado sobre dos pilares que acogían las escaleras y ascensores. El cuerpo era la base de dos antenas elevadas. La torre estaba pensada como mirador hacia la ciudad.

Su elevado coste, alrededor de 4.000 millones de las antiguas pesetas, y la apuesta de la Xunta por la Cidade da Cultura hicieron que nunca llegara a ser construida.

Precisamente la muestra de la Casa do Cabido también recoge maquetas de los once proyectos que finalmente no se ejecutaron en el Gaiás. Cada uno configuraba la imagen del ciudad de modo diferente.

De la Biblioteca Intercentros de la USC

Otro de los elementos incluidos en la exposición son los bosquejos originales que el arquitecto Alejandro de la Sota planteó en 1993 para la Biblioteca Intercentros de la USC, en la que se pretendía reunir los fondos bibliográficos de la siete bibliotecas del Campus Vida. El edificio, concebido como una gran caja de salas de lectura escalonadas, se emplazaría donde está el actual edificio FEUGA. Contaría con auditorio, salas de lectura y recintos específicos para diversas funciones. La propuesta no pasó de la fase de anteproyecto, debido al desacuerdo del claustro de profesores para la dotación de fondos

El Museo-Fundación Eugenio Granell, el proyecto de Siza que quedó en suspenso

Otra de las propuestas llamadas a aportar nuevos hitos a la arquitectura de la ciudad y que finalmente no se realizó fue el Museo-Fundación Eugenio Granell. En 1996, poco después de que Siza proyectase el CGAC en el entorno de Bonaval, el Ayuntamiento firmaba con su estudio un nuevo encargo, para el interior del parque. Se trataría de un edificio destinado a ser la sede de la fundación del pintor Eugenio Granell, ubicada de manera provisional -y al final de forma permanente- en el Pazo de Bendaña, en la Praza do Toural.

El edificio funcionaría como un nuevo polo cultural en el acceso norte del parque. Con un presupuesto de 300 millones de las antiguas pesetas, se completaba con una aparcamiento y un restaurante.

Finalmente, el proyecto millonario de Siza, al igual que el de los otros 13 proyectos recogidos en la exposición, quedó en suspenso. «Por falta de espacio no se incluyeron muchos más, pero, con una línea de tiempo quisimos recoger en la exposición otros 40 proyectos no ejecutados y poco conocidos», remarca Ana. «Hay material para mucho más», avanza.

La exposición, de enfoque marcadamente divulgativo y destinado al público en general, permanecerá en la Casa do Cabido, en la Praza de Praterías, hasta mediados de febrero, con entrada libre y horario de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 de martes a sábado, y los domingos de 11.00 a 14.00.