The Rapants crean un himno para la discoteca Blaster, en Santiago: «Aprendemos que hai que facer festa aínda que non toque»
VIVIR SANTIAGO
El grupo recuerda algunas de sus anécdotas en el mítico local de la zona nueva compostelana y avanza algunos detalles sobre su nuevo álbum, «La máquina del buen rollo»
27 ene 2024 . Actualizado a las 12:38 h.¿Quién no se ha enamorado alguna vez en una discoteca? ¿Quién no ha pensado, con una copa en la mano, en qué pasaría si entrara por la puerta del after esa persona que ocupa su cabeza? A la noche, cuando las luces son de neón y los pies se despegan progresivamente del suelo, la vida recupera su sentido. Por lo menos, es lo que piensan Xanma, Samu, Matías y Xaquín. Para ellos, el amor es una energía y el que baila es porque está vivo. Es el precepto que siguen para crear sus canciones. Después del éxito de O corasón como un after, disco que el año pasado les consagró como uno de los grupos revelación del panorama musical gallego, The Rapants acaban de sacar Blaster w4u, el primer adelanto de su próximo trabajo, La máquina del buen rollo.
Con la canción buscan un himno para la mítica discoteca de Santiago, la única que abre en la zona nueva de la capital gallega durante todos los días de la semana hasta pasadas las seis de la mañana. Blaster es, ante todo, un punto de encuentro para muchos jóvenes que, al cerrar los bares de la zona vieja compostelana, buscan un lugar dónde continuar la fiesta. «Eu sigo en Blaster waiting for you —en gallego, la frase significa ‘esperando por ti'—, na lúa eras menos complicada. Cántoche temas para reír porque toda esta música está inventada», entonan en un estribillo que promete sonar más de una vez en el local.
La letra describe una noche en la discoteca y nace de sus propias vivencias. Aunque son originarios de Muros, todos han pasado por Santiago en algún momento de sus vidas. «Fumos moi felices aquí», recuerda Xanma, guitarra y voz del grupo. Para comprobarlo, tan solo hay que atender a la idea que canta en el tema: no hay nada más compostelano que alargar la noche en el Blaster esperando por esa persona que no quería pagar la entrada de cualquier otro local. Hace años, era de las pocas discotecas en la zona nueva en las que entrar no costaba dinero. «Convencías a quen fixera falta para rematar alí e non pagar por un par de horas en Ruta», continúa el músico. Sobre todo, si sabes que la persona que te gusta es probable que termine allí.
«Prefiro guerrear contigo que vivir en paz, andar de bar en bar sen nos cruzar, que cada noite sexa un xogo no que vas gañar pero sabendo que no Blaster te vou a atopar», continúa la canción. Después, a altas horas de la madrugada, el desenlace siempre es el mismo: «Falo de mais se che digo que estou esperando a que veñas conmigo, acabeime as excusas para que subas ao meu piso». Pero, ¿por qué Blaster y no cualquier otra discoteca de Galicia? La respuesta es fácil: «Porque é a nosa favorita», sentencia Xanma.
Tantas noches cerrando la discoteca dan para horas y horas de anécdotas. La que describen en la letra tan solo es un grano más en una montaña hecha de arena. Al preguntarles lo más curioso que les ha pasado allí dentro, cada uno pone el foco sobre un momento diferente. Xaquín, batería de la banda, tira por lo emocional. Recuerda una noche después de dar uno de sus primeros conciertos: «No Blaster achegouse a falar con nós un rapaz que viñera a vernos. Contounos que a súa moza estivera ingresada no hospital e que, para animala, poñíalle e enviáballe cancións nosas. Cando por fin se recuperou, o primeiro que planearon xuntos foi vir ao concerto desa noite», recuerda con emoción.
A veces, las mejores noches son las que uno no consigue recordar, esas que demuestran que el pasado y el futuro no importan mientras que existe el presente. Antes de destacar una anécdota en la discoteca, Matías, bajista del grupo, admite haberse olvidado de muchas de ellas. «Lémbrome dunha vez que esquecín o móvil aí dentro. Ao día seguinte, un sábado, busquei a sinal e aparecía dentro do Blaster. Non me quedou mais remedio que volver a saír de festa esa mesma noite para poder recuperalo», dice el bajista en clave de humor.
Para la gente que trabaja en la discoteca, la canción no ha pasado desapercibida. «Quen consija primeirx que pinchen Blaster W4u no auténtico Blaster, ten premio», escribía The Rapants en su cuenta de Twitter antes del lanzamiento. Explica Xanma que, el día que sacaron el tema —primer miércoles universitario después de terminar exámenes—, les hablaron desde la discoteca diciéndoles que lo habían puesto esa noche.
La canción es el primer adelanto del que será su tercer disco de estudio, La máquina del buen rollo. «Este non é tan cañero como O corasón como un after. Pero, aínda que é mais romantiequero, a estética de discoteca encáixanos moi ben para o que queríamos facer. Buscábamos ese rollo dos oitenta, incluso algo mais disco», explica Xanma. Pero, más allá de los detalles, la idea que prevalece es la misma. The Rapants hacen música para bailar, para pasar las noches riendo con los amigos y para decir en alto: «a mi esto también me ha pasado». La portada con la que han sacado el single es una prueba de ello. Es la fotografía de una atracción de feria, el saltamontes. «Apelamos a esa vida de feriante, de que todos os días sexan de celebración», continúa el guitarrista. En la capital gallega, todavía más: «En Santiago hai que facer festa aínda que non toque».
Hace un par de meses, The Rapants hacían un llamamiento. Aludían a todas las personas de su Muros natal que quisieran participar en el rodaje del videoclip de la canción. Al final, entre el boca a oreja y la difusión en las redes sociales, consiguieron sumar a más de 400 figurantes. «Foi unha gravación moi intensa porque levou un traballo brutal, pero todo o que tivo de dura o tivo tamén de especial. Todo o pobo de Muros se involucrou, desde os veciños como figuración ata os establecementos e o concello botándonos unha man co que nos fixo falta. Foi moi bonito ver a todo o mundo unido», recuerda Xanma.
Rodado con una cámara de cine analógica por los artistas Juan Barbazán y Whyso, el vídeo está ambientado en las calles del casco viejo de la localidad y en el mar. «Os directores querían darlle unha estética tradicional ambientada no noso pobo, en Muros. A relación coa letra da canción é unha metáfora visual. Buscaron esa espera da viúva mariñeira polo seu marido que non chega e, cando o fai, xa é demasiado tarde. É a idea que comparten ambas cousas», explican. Ahora, buscan figurantes para el vídeo del segundo single del disco, que se grabará el día dos de febrero en la discoteca La Luna, en Pontevedra.