El esfuerzo de muchos estudiantes gallegos se ha visto recompensado por unos excelentes resultados en las pruebas de la ABAU. Los mejores de Galicia nos cuentan qué esperan de su futuro
19 jun 2022 . Actualizado a las 20:59 h.El trabajo y la constancia tienen su recompensa para estos alumnos gallegos. Tras meses de esfuerzo y de lidiar con la presión del último curso de bachillerato, estos jóvenes han alcanzado también la excelencia en los exámenes de selectividad. Estos son los gallegos con las mejores notas en la ABAU.
Julio Raposo, de Santiago: «Tuve bastantes dudas en todos los exámenes, no estaba muy seguro en ninguno de los ejercicios»
Historia de España, 10. Lengua castellana, 10. Lingua galega, 10. Lengua extranjera, 10. Matemáticas II, 10. Podría haber empate, pero a Julio Raposo Bouzas (Santiago, 2004) nadie podía arrebatarle la mejor nota de la selectividad gallega. Este joven que estudió en el colegio Peleteiro estaba seguro de haber hecho unas buenas pruebas de acceso a la universidad, pero admite que «esperaba algún error en los exámenes, por lo menos algún error más». A la parte general sin fallos se sumaron dos ejercicios en la fase específica, en los que obtuvo otro diez y un nueve. Ese nueve impidió el diez redondo en toda la ABAU, «¿rabia? No, para nada, en ningún caso», explica tranquilo.
Tras tres días de exámenes la impresión fue buena, «pero tenía bastantes dudas en todos, no estaba muy seguro en ninguno de los ejercicios». El esfuerzo de estos meses, años en realidad, dio sus frutos, porque Julio asegura que las calificaciones que obtuvo no son más que el resultado del trabajo, «yo siempre he tenido buenas notas en general, no solo en bachillerato, pero estudio bastante, sí que le echo horas. Creo además que en la selectividad es más importante el tiempo que has trabajado durante el curso que esos días previos». Fueron días en los que tampoco se relajó «intenté llevarlo con tranquilidad, pero en todo caso fueron más horas de estudio que durante el curso».
A Medicina sin problema
Ahora tiene por delante una nota media de 13,8, ya que en bachillerato obtuvo un 10, matrícula de honor. Desde hace tiempo tiene clara por dónde irá su vocación, y aunque Medicina es la niña bonita del sistema universitario gallego y muchos pelean por entrar, en su caso no habrá nervios de última hora para saber si logra plaza o no, «siempre fue mi idea y espero no tener ningún problema en acceder», cuenta, «es una carrera que quería estudiar desde que era pequeño. Una vez me rompí el brazo y me planteé esa vocación, el poder ayudar a la gente».
Lector y aficionado a la música
Sabe que en estos momentos hay un déficit de médicos en casi toda España así que su futuro laboral parece encaminado. En concreto, y aunque en seis años todo puede cambiar mucho, le atrae el mundo de la neurología, «siempre me llamó la atención el cerebro humano y los trastornos relacionados, el de atención e hiperactividad, las patologías neurodegenerativas...».
En su día a día, Julio es un lector ávido, sobre todo de novela policíaca. Entre sus autores de referencia están también los gallegos y como no Domingo Villar, por lo que admite que su repentina y reciente muerte le apenó bastante. Antes de la pandemia solía hacer natación pero con el virus y las restricciones «todo se complicó bastante». También disfruta de la música, y en concreto de determinados estilos. Le gusta el pop, el soul, el rhythm and blues... Es el benjamín de la familia y tiene en su hermano mayor a una referencia, alguien a quien admira «y una persona muy trabajadora». Con 18 años cumplidos y el futuro inmediato resuelto, por delante Julio tiene dos meses de vacaciones muy merecidas. De momento no ha pensado en un verano especial «supongo que será un buen verano, pero en general ya intento que siempre lo sea», afirma con humor este joven compostelano, «algo improvisaremos».
Nuria Yanyuan Roca Barros, de A Coruña: «Soy incapaz de estudiar todo a última hora, necesito hacerlo poco a poco»
Nuria Yanyuan Roca Barros (China, 2004) sacó la segunda mejor nota gallega en la ABAU. Alumna del IES Eusebio da Guarda de A Coruña y con una media de 10 en bachillerato, logró obtener una calificación de 9,8 en la fase general de la selectividad y de 10 en cada uno de los dos exámenes de la parte voluntaria —Francés y Economía—, y su nota de acceso a la universidad asciende a un 13,92. Aficionada a la lectura y al arte en su tiempo libre, también disfruta paseando, aunque dice hacer poco deporte.
—¿Qué tal la experiencia de la ABAU?
—Al terminar bachillerato, me tomé una semana de descanso para estudiar con más motivación para la selectividad. Cuando empecé, después de ese descanso, decidí que por las mañanas estudiaría las asignaturas con más carga teórica y por las tardes haría más práctica, porque para estudiar funciono mucho mejor por las mañanas y por las tardes soy más de hacer cosas más relajadas.
—Y, durante esos días, ¿qué tal llevó los exámenes?
—Las semanas previas estaba muy nerviosa, porque escuchaba a personas de otros cursos decir que es muy complicado o que les cayeron temas que hacía tiempo que no caían, pero, a medida que fue pasando el tiempo, fui ganando más seguridad y a la selectividad me presenté tranquila.
—¿Cómo llevó bachillerato?
—Con bastantes nervios. Tenía miedo de fastidiarla en la ABAU. Fui a clases para reforzar los conocimientos de algunas asignaturas y algunos errores que suele tener la gente en la selectividad.
—¿Cómo se organizó para estudiar?
—El curso lo empecé con muchísimos nervios y el primer trimestre fue el que más me costó. Es el que peor me salió, pero, a medida que fue avanzando el curso, me lo fui tomando con más calma y al final me salió bastante bien. Fue mejor de lo que me esperaba. Y soy incapaz de estudiar todo a última hora, necesito estudiar poco a poco.
—Y ahora que terminó bachillerato y tiene la nota de selectividad, ¿qué quiere hacer?
—Derecho en Santiago.
—¿Siempre lo tuvo claro?
—Desde pequeña, siempre quise hacer Derecho. Pero cuando empecé bachillerato descubrí que también me gustaba la Psicología y tuve dudas hasta estos últimos días. Al final ganó Derecho porque tiene muchas salidas y abarca muchos campos. No es solo un tipo de Derecho, hay muchísimas ramas, y creo que son muy interesantes.
Sara, de Ferrol: «Poder estudiar Medicina es como poner el broche a esta Selectividad»
Sara López Expósito recibía anteayer, como tantos otros jóvenes gallegos, la calificación de la ABAU, comúnmente conocida como Selectividad, y lo hacía, además, justo antes de coger un avión con destino a Mallorca. Allí, acompañada de un grupo de amigas, celebra el hito de haber sido la tercera mejor alumna de Galicia, con una nota global de 13,92 y 9,8 en la fase general.
La joven estudiante del centro ferrolano IES Saturnino Montojo precisaba una puntuación muy elevada para poder acceder a la titulación de Medicina que, desde 3º de la ESO, tiene claro que le gustaría cursar en Santiago de Compostela. La ferrolana, que ha registrado una media de 10 en los dos cursos de Bachillerato, optó por la rama biosanitaria y tenía claro que, en caso de no conseguir sus objetivos, buscaría otras alternativas para poder convertirse en estudiante de Medicina. «No había plan B, solo repetir la ABAU o empezar otra carrera para poder solicitar el cambio», determina.
La ferrolana considera que los dos años para llegar hasta aquí han sido «muy intensos», y cree que hay que tener claros los «objetivos y concienciarte de que será una época que requiere de un esfuerzo importante, pero que tiene su recompensa». Además, ve importante tener momentos de desconexión: «Yo intentaba que, entre 3 y 4 veces por semana, hubiera un hueco para salir a tomar algo, dar un paseo, etc. La sensación de saber que hay mundo más allá de los libros, básicamente», asegura.
Marla, de Ames: «La víspera del examen no repasé nada para evitar los nervios»
Marla Castelao, del colegio Alca, de Biduído (Ames), obtuvo un 9.75 en los exámenes de las ABAU, un 9.9 en la parte obligatoria y alcanza un 13.80 al ponderar las notas de las dos materias (Biología y Química) que se le valoran para estudiar Medicina, que será la carrera que elija. Marla fue la cuarta mejor de Galicia.
«Biología fue la materia que más me interesó siempre, desde pequeña, más que Química. Y el profesor de bachillerato era un encanto, enseñaba muy bien», indica Marla. A Erea «en segundo de bachillerato fue cuando más me impactó la Biología, con diferencia, porque nos centramos mucho en la biología molecular y microbiología, que no habíamos dado antes», sostiene.
El padre y la madre de Marla son médicos, y su hermana estudia Medicina, «estoy rodeada de médicos», dice, y ella seguirá ese camino.
Marla preparó la ABAU todo el curso, y desde la víspera del examen por la tarde no repasó nada «para evitar los nervios. Antes del primer examen estaba un poco inquieta, pero cuando lo distribuyeron ya todo fue bien. El examen del que salí más contenta fue el de Química, lo preparé más a fondo, porque a mi hermana le había costado más; el más tranquilo fue Matemáticas, pues me sobró mucho tiempo para repasarlo bien; y el más complicado Castellano, porque no me dio tiempo de leerlo». Inglés no fue una preocupación nunca para esta joven, pues «nací en Estados Unidos, me mudé para aquí a los 5 años y medio y siempre fue la única asignatura que no tenía que estudiar para sacar buena nota, aunque a veces la estudiaba».
Emma, de Lugo: «Prefiero ser una profesora feliz que un médico amargado»
Hacerse un calendario y «estudiar cada día una asignatura» fue la manera de afrontar la prueba de acceso para la universidad en el caso de Emma Fernández, estudiante del IES Nosa Señora dos Ollos Grandes. Una preparación que tuvo sus frutos pues consiguió un 9,9 en la fase general y un 13,7 sobre 14. La carga de exámenes y de materias «que se acumulan si no las llevas al día», no impidieron que esta alumna finalizara el Bachillerato con una media de 10.
Un doble esfuerzo en su caso, pues cursó el primer año por la modalidad de Ciencias y Tecnología para luego pasarse a la rama de Ciencias Sociales. Esta mudanza se debe a que quería dedicarse a la docencia desde pequeña, a pesar de que ya notó lo «infravalorada» que está la profesión, porque muchos le decían que, debido a sus notas, se decantara por Medicina. Pero ella tiene clara su vocación: «Prefiero ser una profesora feliz que un médico amargado».
Finalmente, Emma va a cursar el doble grado de Maestro de Educación Infantil y Primaria porque «no me gustaría cerrarme puertas a dar clases, incluso me interesaría investigar en el ámbito de la educación», explica. Durante su formación, el deporte fue clave en sus resultados y le ayudó a organizarse y a soportar «la presión que se pone cada uno para llegar a la nota», y es que esta lucense no abandonó en ningún momento sus dos aficiones: el baile y el baloncesto.
Erea Sanjurjo, de Santiago: «Mis preferencias son la docencia o a la investigación sobre genética»
Erea Sanjurjo, del IES Antonio Fraguas, está entre las mejores notas de Galicia, con un 9.65 en los exámenes de las ABAU, un 9.86 en la parte obligatoria y un 13.86 en la ponderación. La santiaguesa, que cursó el bachillerato biosanitario, se decantará por la carrera de Biología en la USC. A Erea «en segundo de bachillerato fue cuando más me impactó la Biología, con diferencia, porque nos centramos mucho en la biología molecular y microbiología, que no habíamos dado antes», sostiene. Todavía no tiene claro de qué ejercerá profesionalmente, aunque sus preferencias son «dedicarme a la docencia o a la investigación sobre genética».
Para Erea, segundo de bachillerato «fue el curso más duro de mi vida» y en las ABAU salió más contenta de Galego, Matemáticas y Química «y las peores sensaciones las tuve en Inglés y Castellano», dice.
Rachel, de Lugo: «Lo peor es sacar tiempo para ti»
«Entender lo que estudias y relacionar conceptos, incluso entre las materias» ese es el secreto de Rachel Elisabeth Rodríguez para conseguir un 9,7 en la fase general de la ABAU. Esta alumna del IES Xoán Montes, que alcanzó el 13,68 sobre 14, cursó el Bachillerato por la rama científica, una modalidad que finalizó con matrícula de honor. Para ella, estos dos últimos cursos «no fueron tan complicados como decían, pero lo peor es sobrellevarlos y sacar tiempo para ti». La pandemia también le afectó, tanto a ella como a sus compañeros, especialmente durante el primer año, pues «a veces era difícil conseguir materiales y algunas prácticas no se podían hacer».
Sin embargo, las condiciones no frenaron el esfuerzo de esta estudiante, natural de República Dominicana, que no estaba condicionado por alcanzar una determinada nota, sino que responde a «un objetivo personal, a intentar sacar lo máximo posible», destaca. Poder estudiar Matemáticas o el doble grado de Matemáticas y Física en Santiago de Compostela era la finalidad de Rachel que quiere dedicarse a la investigación o trabajar en «alguna empresa de análisis de datos o relacionada con la estadística o con el big data». Por ello, aunque espera vivir uno de los mejores veranos de su vida, ya está pensando en «prepararlo todo para la universidad».
Irene, de Boiro: «El primer examen me salió bien y me ayudó a tranquilizarme»
Irene Lago Pato cursó el bachillerato en el IES Praia Barraña de Boiro y puede presumir de haber logrado la mejor nota de Barbanza en la parte general de la ABAU. Un gran 9,65 que le vale también para estar entre las diez mejores de Galicia. «No me lo esperaba, aunque estoy pendiente porque igual reclamo una. En inglés pensaba que iba a tener una mala nota y saqué un diez». Apunta que suponía que iba a estar más nerviosa, porque siempre lo está antes de un examen, «pero era como si no estuviera en la ABAU. El primero me salió bien y me ayudó a tranquilizarme».
Ahora ya piensa en sus estudios universitarios y quiere cursar una de las carreras que se estrenan en Galicia: Inteligencia Artificial. «Al ser nueva, no sé la nota de corte. Estaba un poco en el aire si se iba a hacer aquí o no, pero si no me iría a Madrid o San Sebastián. Porque desde que vi en La Voz de Galicia que iba a salir esa carrera, supe que la quería». Si puede quedarse en la comunidad, duda entre Santiago y A Coruña, aunque prefiere la especialidad que se oferta en la ciudad herculina.
«Me gusta porque junta conocimientos de informática, matemáticas, tiene parte jurídica, de psicología... Combina campos que me gustan», afirma Irene Lago. Como es lógico, recibió muchas felicitaciones por la buena nota que consiguió en la selectividad. «Estaba con mi abuela cuando la vi, ella se emocionó mucho y yo me puse muy feliz», comenta la boirense. Ahora dice que, seguramente, se pasará por su instituto de visita a hablar con los que fueron sus profesores, pero como no podía ser de otro modo, ya piensa también en aprovechar un verano que siempre es muy especial, el previo a la entrada en la universidad.
Noé Gómez Cueto, de Lalín: «Se te organizas, podes con todo»
Noé nos atiende en O Son do Camiño. Este brillante alumno del IES Laxeiro decidió celebrar su 13,6 en el festival de Santiago, ciudad en la que estudiará el año que viene bien la carrera de Física o un doble grado con Matemáticas incluida. «Eu quería facer Matemáticas, pero agora decateime e teño na mente o dobre grao en Matemáticas e Física. É unha opción pero non creo que o faga», explica.
Asegura que el curso «non me pareceu tan difícil como o pintaban», aunque reconoce que «foi canso e agobiante». Para él la clave está en la constancia, lo que le permitió compaginar sus estudios con el ocio. «Se te sabes organizar, podes con todo. A min non me quitaban a festa, pero claro iso sempre e cando te organices ben», afirma. Su caso puede servir para convencer a aquellos padres más estrictos, ya que es el claro ejemplo de que la fiesta no impide tener un expediente brillante. Tal es así, que además de su fantástica selectividad, Noé consiguió sacar un 9,8 en segundo de Bachillerato.
En los exámenes de selectividad reconoce que no esperaba sacar el 9,25 con el que lo calificaron en Inglés, «penso que non merecía esta nota, pero non me vou queixar», comenta divertido. También reconoce que el examen de Matemáticas fue más difícil de lo esperado. «Houbo queixas polo exame de Matemáticas, pero non é que fora difícil, o que pasa e que son cousas ás que non estabamos acostumados», señala Noé.
Su objetivo profesional está relacionado con la docencia, teniendo entre sus metas la de ser profesor. «Quero ser docente. Gústame moi a ensinanza», asegura.
Pablo, de Lugo: «No me esperaba tener tanta nota»
Pablo Palmou fue uno de los pocos gallegos que cursó el Stembach, el Bachillerato de Excelencia en Ciencias y Tecnología, en el que obtuvo un 9,95 de media. En esta modalidad, tuvo que compaginar las clases con las actividades en el laboratorio y las conferencias durante el primer año y realizar un proyecto formativo al finalizar los estudios. Estas tareas no impidieron que el alumno del IES Lucus Augusti lograra un 9,55 en la fase general de la prueba de acceso a la universidad, sobre la que afirma que «lo más importante es estudiar durante todo el curso, para luego repasar todo».
A pesar de que algunas materias le costaron más que otras, tras sumar las calificaciones de las disciplinas optativas, este lucense alcanzó un 13,79 sobre 14. Los resultados fueron para él toda una «sorpresa, porque no me esperaba tener tanta nota en algunas asignaturas», entre ellas se encuentran Historia de España, en la que obtuvo la máxima calificación, o Lengua y Literatura.
La situación sanitaria se vio reflejada en un horario más difícil de llevar, especialmente, durante el 2021, en el que salían del aula a las 22.00 horas y que también afectó al tiempo libre que fue «menor que en otros cursos», cuenta. Por ello, descansar y despejar las dudas en cuanto a su futuro profesional, sobre el que el grado de Ingeniería Química es una de sus principales opciones, son sus preocupaciones de cara a las próximas semanas.
Roi, de Vila de Cruces: «O peor do curso foi que todas as semanas había algo que facer»
Con un 13,384, Roi Casal, alumno del IES Marco do Camballón de Vila de Cruces, tiene en mente matricularse en la carrera de Física el próximo curso en Santiago. Una titulación a la que podrá entrar sin problemas pese a la alta nota de corte (12,338) gracias al gran trabajo realizado este año. «En principio quero facer Física, pero senón tamén me gustaría algunha enxeñería», reconoce. Para él la selectividad no fue un paseo, aunque asegura que lo más duro fue el propio bachillerato.
«O peor do curso foi que todas as semanas había algo que facer. Non había unha de descanso», explica. La carga de trabajo fue un obstáculo que pudo subsanar, aunque acabó agotado. «Polo resto, moi difícil non foi, pero si moi canso», afirmó. El sacrificio de todo el año le permitió llegar a la selectividad bien preparado, consiguiendo sus mejores notas en Física y en Matemáticas (9,75). «Fomos ben preparados. O nivel foi máis ou menos igual», explicó.
Mariña, de A Estrada: «Segundo de bacharelato foi moi duro, tivemos moita carga de traballo»
En el Instituto Antón Losada Diéguez despuntaron varios alumnos, entre ellos Mariña Fernández, que entre la fase obligatoria y la media de bachillerato sacó un 9,218, que se fue al 12,968 con la parte voluntaria de la selectividad. Su intención es matricularse en Psicología en la Universidade de Santiago de Compostela. Para ella la selectividad fue menos complicada de lo que esperaba, y a la vista están sus grandes resultados. En Matemáticas consiguió sacar un diez, mientras que en Historia de España logró un 9,75, siendo sus mejores notas.
Donde lo pasó peor fue en el examen de Inglés: «Pensei que ía sacar moi mala nota», aseguró, pero finalmente consiguió aprobarla con creces. En conclusión, para ella lo complicado fue antes, durante todo el curso. «Segundo de bacharelato foi moi duro, tivemos moita carga de traballo», afirmó. Sin embargo, reconoce que «nunca fun de estudar moito ao día».
un ejemplo de superación
Un 8,26 en selectividad tras superar el bachillerato de adultos con 39 años y trabajando
El barbanzano Alberto Pérez superó la prueba y probablemente estudiará ADE: «Tiven pouco tempo para preparar os exames, repasar todo o curso en 15 días estando a traballar foi moi complicado»
Moncho Ares
El idilio del rianxeiro Alberto Pérez con los estudios a sus 39 años no concluyó con la matrícula de honor alcanzada en el bachillerato de adultos del IES Número Un de Ribeira, la mejor nota del nivel en el centro. Más bien parece que fue el comienzo de una relación más larga. Demostró ser un buen estudiante tardío, y esa condición acaba de ser refrendada con el resultado de haberse enfrentado a la selectividad: «Saquei un 8,265, non é unha notaza, pero a min chégame». Con este convencimiento responde cuando se le pregunta cómo le ha ido en la EBAU. Lo que buscaba, cuenta, era aprobar y dejar expedito el camino para hacer una carrera universitaria.
Alberto trabajó de cocinero en diversos locales hosteleros de Barbanza y, a consecuencia de la pandemia, cambió de sector para seguir desempeñando su profesión en la industria, como cocinero de I+D+i en la fábrica de Platos Preparados Pescasana de A Pobra. La semana pasada hizo la prueba de acceso a la universidad muy tranquilo. «Tiven pouco tempo para preparar a selectividade, repasar todo o curso en 15 días estando a traballar foi moi complicado. Non da tempo a mirar todo», explica contextualizando su situación personal.
Asegura que, pese a haber logrado superar el escollo de la EBAU para seguir adelante con su reto formativo, le quedó una espinita clavada por no haber logrado una nota mejor. Tiene pensado revisar bien todo su expediente, por si hubiese un atisbo de mejora: «É que me da rabia que por non mirar quede como está, pero a verdade non é algo que preocupe».
Barajaba dos carreras con las que continuar sus estudios: Filoloxía Clásica o Administración y Dirección de Empresas (ADE). Ahora tiene la intención de valorar todas las opciones y acudirá al departamento de orientación para que le ayuden a decantarse. Pero cree que finalmente será ADE. Ninguna de las dos tiene nota de corte en la UNED, universidad en la que pretende seguir estudiando, ya que su condición de trabajador activo y padre de familia le obligará a compaginar ocupaciones, pero ADE puede hacerla a distancia.