Al ampliarse la optatividad de la prueba con el modelo de examen nacido en la pandemia, las calificaciones se dispararon
03 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La inflación de notas tiene fecha de caducidad: este julio. Una vez que pasen la pruebas de acceso de este año se acabarán los sobresalientes de la pandemia.
Las cifras históricas no dejan lugar a dudas sobre el efecto que la ampliación de la optatividad de la selectividad ha tenido sobre las calificaciones. Al hablar de la nota ABAU (o nota de selectividad) se hace referencia a la fusión del resultado de la fase general de la selectividad con la media de bachillerato. En ningún caso puede superar el 10, pero tener más de un 9 es ya todo un récord; de hecho, en los últimos cinco años solo un estudiante gallego, Julio Raposo, consiguió un 10, en el 2022.
El sobresaliente, ese 9, es la medida de la mejor nota. En el año 2019, justo antes de la pandemia, 719 estudiantes lo obtuvieron, una cifra. Suponía el 7 % del alumnado matriculado en la prueba, y ya era casi el doble de las cifras del cinco años atrás, cuando solo un 4 % de los presentados alcanzaban el nueve.
Con la pandemia y los exámenes mucho más asequibles por su optatividad, las cifras comenzaron a crecer. En el 2020 hubo 1.043 alumnos con sobresaliente, y aunque no parezca un salto grado es ya un 45 % más que el año anterior. Es cierto que en porcentaje de presentados no hubo un salto excesivo, y es que ese julio (la selectividad se atrasó un mes) se presentaron al examen 3.000 alumnos más de lo habitual porque no había mucho margen para el suspenso en bachillerato aplicando los criterios del ministerio, por lo que el sobresaliente lo obtuvieron el 8,3 % del total.
El récord llegó al curso siguiente: en el 2021 las notas se dispararon y 1.364 alumnos se alzaron con un 9 o más de media de selectividad, un 90% más que dos años antes. Fue significativo hasta el porcentaje, ya que suponían el 12,3 % de los estudiantes presentados. ¿Por qué ocurrió? Porque los estudiantes habían tenido medias altísimas en primero de bachillerato por la singularidad del confinamiento y sumadas a las de su segundo curso, los totales eran mucho más altos de lo normal.
El suflé se desinfló ligeramente al curso siguiente, con 1.062 sobresalientes en la ABAU (el 10%). En ese caso, los profesores de bachillerato detectaron en esos dos años de la etapa cómo entraron alumnos aprobados por los pelos en la ESO (cuando les pilló el confinamiento) y eso afectó al rendimiento medio del alumnado, que bajó ligeramente.
El curso pasado, en el 2023, la suma de sobresalientes fue de 1.139, un 10,4% de quienes acudieron al examen. Este año no debería ser muy diferente la cifra de excelentes.
Todo eso ha tenido varias consecuencias. La primera y más destacada es que las notas de corte se han disparado. En España no existe una nota de corte como tal (hay que tener X nota para acceder a la carrera) sino que se trata de numerus clausus, es decir, entran las XX (según las plazas de cada estudio) mejores notas que lo solicitan. Lógicamente, si los sobresalientes se multiplicaron, las notas de los matriculados en las carreras de más demanda se vieron afectadas, y no solo en Galicia, sino que el fenómeno se generalizó por toda España.
La segunda consecuencia es que los alumnos que estaban en la parte más alta de la tabla se encontraron con una competencia que nunca habían vivido.
La cuarta, que estos alumnos notables pero no realmente sobresalientes entraban en la universidad con unas expectativas que no podían cumplirse.
Enxeñaría da Automoción, la principal novedad en la oferta universitaria de este año
Hay pocas novedades en la oferta universitaria de este año. Vigo cuenta con que ya podrá ofertar el grado de Enxeñaría da Automoción con mención dual, que tendrá 20 plazas; solo falta el informe favorable de la Secretaría Xeral de Universidades. En el ámbito privado, la Universidad Intercontinental de la Empresa (UIE), de Afundación, estrena Psicología, una carrera que ya ofrece la USC (Santiago), pero que en el caso del centro de estudios de Abanca está enfocada a los recursos humanos de las empresas.
Aunque títulos nuevos hay pocos, sí pueden darse pequeñas variaciones en las notas, porque hay 15 grados que amplían las plazas que ofertan. Hay que estar atentos a Enxeñaría Informática en Santiago, que llega a las 100 plazas (sube 15), por lo que es probable que baje del 11,106 con que se cerró en el curso actual.
Dereito de A Coruña, Historia en Santiago y Empresa e Tecnoloxía en Lugo son los otros grados que más ampliarán las plazas, entre los 10 y 12 puestos. Destaca la subida en los dobles grados de Matemáticas e Física (dos plazas) y de Enxeñaría Informática e Matemáticas (otras dos), ambas en la USC. La nota de corte de la primera es la más alta del sistema gallego: 13,456, en parte porque solo ofrecía 10 puestos.
Los pocos grados que reducen su oferta son aquellos que tienen plazas libres, por lo que apenas se notará el cambio.