El contrabajista cubano, que ayer inauguró el certamen latino, ensayó la canción del maestro Lecuona que da nombre al evento, para interpretarla en el concierto
27 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.Para empezar como Dios manda su visita a Galicia, Cachao se cargó de energías para el concierto con el que anoche inauguraba el festival latino Para Vigo me voy ante una suculenta zarzuela de mariscos, (aunque lo suyo sea el mambo), filloas y dulces cañitas. El genial contrabajista cubano compartía mantel con otro gran instrumentista internacional, el portorriqueño de origen, nacido en 1969 en New Jersey y afincado en Nueva York Jimmy Bosch, una de las sopresas del recital. El virtuoso del trombón tocó con muchos de los principales grupos de salsa de los Estados Unidos, incluyendo el de Ray Barretto, Eddie Palmieri, Rubén Blades y Celia Cruz. Bosch fue director musical y solista principal de la banda de Marc Anthony, (icono cultural para la comunidad latina de Nueva York recién casado con Jennifer López), y está a punto de editar su tercer disco en solitario: El avión de la salsa , «que es el ritmo que amo, siento y vivo». Pero además, Jimmy, que conoce a Cachao desde hace casi 20 años, ha colaborado en los cuatro últimos trabajos de Cachao, al que reconoce como uno de sus mejores maestros, a lo que el contrabajista añade: «Y mi hijo postizo». Cachao pisaba Vigo por vez primera y se mostraba emocionado con la posibilidad de regalarle al público su versión de la famosa canción del maestro Lecuona que pone nombre al festival. El artista se fue al auditorio de Castrelos a media tarde para ensayar con su banda de once músicos la mítica melodía: « Para Vigo me voy es una canción mundial y es un placer tocarla aquí», aseguraba. Bebo, «mi hermano» Por unas horas no se cruzó con Bebo Valdés, amigo íntimo del músico, «desde hace sesenta años, mi hermano», recuerda. Israel López Cachao se marchaba hoy a primera hora de la mañana mientras que Bebo, (de la misma quinta, la de 1918), llegaba a mediodía mientras que su hijo Chucho ya había aterrizado en Vigo ayer. Cachao vive en Miami desde hace 26 años, aunque al salir de su isla caribeña vivió varios años en Madrid y también en Nueva York y Las Vegas. Y aunque en la Cuba norteamericana se encuentra muy a gusto, «naturalmente que echo de menos mi país. Siempre tengo eso dentro», asegura. La edad no parece pesarle a este octogenario prodigioso. Comenzó su actual gira a mediados de julio en Valencia (allí sí coincidió con su hermano Bebo); tocó en Palma, Barcelona, en los Veranos de la Villa de Madrid, llegó ayer del Festival Latinoamericano de Milán y mañana se subirá al escenario del Festival de Jazz de San Sebastián para seguir camino a Francia. Del actual tour saldrá un disco en directo. Sin presión Como todos los grandes artistas, Cachao es generoso con sus compañeros y presume de darles toda la libertad que necesitan sobre la tarima. «No hay presión -afirma- ellos tienen mucho talento y yo mucha confianza en ellos».