El «Hespérides» arriba a Cartagena, con todos sus objetivos cumplidos, tras dar la vuelta al mundo

EFE

SOCIEDAD

El buque oceanográfico regresa a España después de una provechosa expedición científica.

14 jul 2011 . Actualizado a las 21:04 h.

El buque oceanográfico Hespérides, tras siete meses de navegación y una vuelta al mundo, ha llegado a Cartagena con el 120% de los objetivos cumplidos, según Carlos Duarte, coordinador del proyecto Malaspina, que ha asegurado estar «satisfecho, orgulloso y también preocupado».

Satisfecho, ha recalcado, porque se han cumplido todos los objetivos, «el 120%», ya que se han ido añadiendo otros a los iniciales; orgulloso porque en España «no sólo somos simpáticos, sino una potencia científica»; y preocupado, porque pueda existir entre los científicos «la tentación de relajarse». Duarte ha explicado que hay que «mantener la tensión porque existe trabajo para 10, 20 o 30 años».

El coordinador del proyecto ha explicado que la expedición, liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, deja un legado de más de 120.000 muestras de aire, agua, gases y plancton del Índico, Atlántico y Pacífico, que servirán para elaborar colecciones de referencia para la comunidad científica y potenciar futuros estudios sobre la biodiversidad del océano y el impacto del cambio global. En concreto, cerca de 20.000 de estas muestras integrarán la «Colección Malaspina», un banco que permanecerá sellado durante 30 años para que las futuras generaciones de investigadores tengan una ventana al estado del océano en 2010 y 2011 y puedan investigar. Un «tesoro», según Duarte, que «será patrimonio de toda la sociedad», que ha hecho un «esfuerzo excepcional porque esto salga adelante», por lo que sólo podemos sacar «resultados excepcionales».

La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, ha estado presente hoy en el recibimiento al Hespérides, uno de los dos barcos que conforman la expedición Malaspina, proyecto que, ha aseverado, proyecta la imagen de España como país de ciencia. Garmendia, que ayer hizo en el buque el trayecto Málaga-Cartagena y cogió la última de las muestras, ha afirmado: «Ahora lo que no puede faltar son fondos por lo que vamos a hacer un esfuerzo especial».

«Habrá financiación suficiente», ha asegurado Garmendia, y ha insistido en que su departamento tendrá en 2012 «otra vez tratamiento prioritario» en la formulación de los presupuestos. Se trata de una oportunidad para traducir el potencial científico en potencial económico, ha continuado Garmendia, quien ha añadido que la apuesta por la excelencia investigadora es «irreversible», tal y como, ha recordado, defiende la ley de ciencia apoyada por el PP.

Tras 32.000 millas náuticas recorridas, el Hespérides regresa culminando la circunnavegación de la expedición Malaspina. Este buque, un barco de la Armada Española, partió el 15 de diciembre de 2010 de Cádiz y ha realizado paradas en Río de Janeiro (Brasil) y Ciudad del Cabo (Sudáfrica) o Honolulú (Hawai). El otro navío, el Sarmiento de Gamboa, del CSIC, regresó en abril procedente de República Dominicana, después de explorar el Atlántico durante casi dos meses. Con la llegada a puerto de sendos barcos no termina la expedición, sino que, como ha dicho Duarte, comienzan años de trabajo de laboratorio, donde se verán emerger los resultados.

Muestras de riqueza inigualable

«Venimos cargados de muestras que aportan una riqueza capaz de resolver problemas para la sociedad en distintos campos», ha destacado. Entre otros, la expedición ha evaluado el impacto del cambio global sobre el plancton marino. Así, los científicos han observado el efecto del aumento de la temperatura sobre su metabolismo, producción y capacidad para actuar como fuente o sumidero de dióxido de carbono o el impacto de la radiación ultravioleta sobre su actividad fotosintética.

Los investigadores han detectado una pérdida «preocupante» de oxígeno en las aguas subtropicales y tropicales en todos los océanos y apuntan como una de las principales causas la falta de ventilación, un proceso relacionado con el calentamiento global. Con las muestras tomadas esperan poder secuenciar por primera vez el genoma del plancton que vive en estas condiciones.

Asimismo, han comprobado la presencia de grandes cantidades de fragmentos minúsculos de plástico en el giro del Atlántico Sur, una zona muy alejada de los continentes y donde la actividad industrial humana es casi inexistente y temen que estos plásticos puedan llegar a interferir en la dinámica de las comunidades naturales marinas. Además, la expedición recogió muestras de partículas atmosféricas, agua y plancton para evaluar la posible radiactividad procedente de la central nuclear de Fukushima.