«Excavar en Palestina es un privilegio»

b. antón FERROL / LA VOZ

SOCIEDAD

José Pardo

La UDC desarrolla a lo largo de este mes la primera campaña de su misión arqueológica en Tell el-Fara

14 oct 2017 . Actualizado a las 10:53 h.

A unos veinte kilómetros del río Jordán, en la región de Cisjordania, un equipo de la Universidade da Coruña (UDC) escribe estos días un nuevo capítulo de la historia de Tell el Fara, uno de los grandes yacimientos arqueológicos de Palestina. Comparable en relevancia histórica a la célebre Jericó, este enclave fue excavado parcialmente entre 1946 y 1960 por el dominico francés Roland de Vaux -uno de los grandes arqueólogos y biblistas del siglo XX-, pero tras su muerte, y debido a la convulsa situación que atraviesa ese pedazo de Oriente Próximo, el yacimiento quedó abandonado.

Ahora, después de casi sesenta años de olvido y deterioro, las palas y los picos han regresado a Tell el-Fara gracias a un nuevo proyecto arqueológico impulsado por la UDC, la Universidade Nova de Lisboa y el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Palestina. «Para nuestra universidad es un hito poder trabajar in situ en la geografía de la Biblia sobre un pasado histórico universal», cuenta entusiasmado al otro lado del teléfono Juan Luis Montero Fenollós, profesor de Historia Antigua en la Facultad de Humanidades de Ferrol y coordinador del proyecto junto a Francisco Caramelo, de la Universidade Nova de Lisboa.

José Pardo

Ambos dirigen desde principios de este mes y hasta el próximo día 20 la primera campaña de excavaciones luso-gallegas en Tell el Fara, un enclave que, según las investigaciones de Roland de Vaux, estuvo habitado entre el Neolítico y la Edad de Hierro y al que algunas hipótesis asocian con la ciudad bíblica de Tirsa, citada en el Antiguo Testamento como la capital del reino de Israel que fundó en el año 925 antes de Cristo el rey Jeroboam.

«Nuestra trabajo de campo en esta primera campaña se centra en evaluar el estado de conservación del yacimiento y en excavar un pequeño sondeo para conocer las distintas fases de ocupación y su datación», explica Montero Fenollós. Para ello, el equipo ha limpiado la zona y está elaborando un nuevo plano topográfico con la ayuda de un dron, mientras que de la pequeña cuadrícula de terreno que excava junto a obreros palestinos ya han comenzado a salir muros de casas, mucha cerámica y alguna figurita que los arqueólogos datan provisionalmente en el final de la Edad del Hierro, es decir, entre el 700 y el 600 antes de Cristo.

A una semana de que finalice esta primera campaña de campo, el equipo liderado por la UDC y la Universidade Nova de Lisboa no podría estar más satisfecho. «Excavar en Palestina es un privilegio», dice Montero al tiempo que recalca que el objetivo que les guía no es «encontrar tesoros, sino reconstruir una historia universal». Para conseguir poner en marcha ese sueño el proyecto cuenta con el apoyo económico de la Fundación Palarq de Barcelona, el Cham de Lisboa y el Instituto Español Bíblico y Arqueólogico de Jerusalén, una fundación fundada en 1955 por un obispo gallego.

«La gente de aquí nos mira con mucha curiosidad»

El proyecto arqueológico de la UDC ha supuesto una pequeña revolución en el día a día del campo de refugiados de Fara, la población más cercana al yacimiento. «Estamos en un lugar alejado de los circuitos turístico, donde es raro ver a europeos, así que la gente de aquí nos mira con mucha curiosidad», explica José Pardo, reportero gráfico de La Voz y miembro del equipo de la UDC, quien destaca la hospitalidad de los palestinos. Alojados en un centro de deporte y juventud de Fara, él y sus compañeros se enfrentan a jornadas maratonianas de trabajo para sacar el máximo jugo posible a los pocos días de duración de esta primera campaña. Según explica Pardo, a las seis de la mañana ya están en pie, en el yacimiento trabajan hasta la una del mediodía y las tardes las dedican a tareas de gabinete como catalogar piezas, clasificar fotografías...