Dos años de confidencialidad para los azafatos y azafatas de la boda de Marta Ortega y Carlos Torretta

La Voz

SOCIEDAD

Marcos Míguez

La llegada de los invitados ha estado protegida por un grupo de azafatos que los taparon con paraguas

16 nov 2018 . Actualizado a las 15:29 h.

Si hay algo que ha obsesionado a la familia Ortega es la discreción y la obsesión por mantener su vida privada en un estricto plano íntimo. Y en la boda de Marta Ortega y Carlos Torretta parece que ese perfil privado también se ha convertido en una de las obsesiones de la familia. No ha sido tarea sencilla. La que ya se ha convertido en una de las bodas del año ha atraído a un gran número de periodistas y curiosos hasta la ciudad herculina. A la entrada de la casa que la familia posee en O Parrote, se han congregado muchos medios de comunicación y algún que otro ciudadano ávidos por conocer todos los detalles del enlace entre Marta Ortega y Carlos Torretta. 

Para evitar que los invitados se sintieran incómodos ante las cámaras, ante las puertas de la casa familiar un grupo de azafatos esperaban la llegada de los asistentes para tratar de protegerlos con paraguas de los flashes allí congregados.

Tampoco se podrán filtrar detalles a través de los encargados de servir el cátering. Los azafatos y azafatas contratados para los eventos del fin de semana relacionados con la boda de Marta Ortega y Carlos Torretta firmaron un contrato de dos años de confidencialidad, para evitar la filtración de informaciones, dada la presencia de numerosos famosos entre los invitados. El cásting para su selección se produjo durante las pasadas semanas y los anuncios buscaban chicas «con muy buen inglés y muy buena presencia/amabilidad», de 18 a 25 años y chicos «con inglés medio-alto y buena presencia». Los seleccionados cubrirán distintos puestos en los actos que se celebran hoy y mañana en la ciudad.

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