El joven avicultor que retrata a las veganas de las «gallinas violadas»: «El único esclavo en la granja soy yo»
SOCIEDAD
La respuesta de un granjero andaluz a las veganas que afirmaron que «los gallos violan a las gallinas» es el vídeo del momento en la red. El joven muestra los cuidados que reciben los animales, que incluyen nebulización para controlar la temperatura y la salida a campo abierto. Y les recuerda lo siguiente: «si no fuese por nosotros estas chicas veganas no comerían alimentos del campo porque para eso hace falta el estiércol»
08 sep 2019 . Actualizado a las 17:10 h.La polémica la sembró la cuenta de Twitter Santuario Animal Almas Veganas. Dos chicas arrojan huevos al suelo y reivindican derechos de los animales, escudándose en surrealistas argumentos como que han de separarse a las gallinas de los gallos, argumentando que «son violadas» en un sistema que denominan la «esclavitud de los huevos». Los arrojan al suelo diciendo que ellas «son sus dueñas» y se ve cómo varias acuden a comérselos. Actitud «canibalista» ampliamente citada en los reproches que otros usuarios hacen a la publicación.
Ahora estas mujeres reciben la respuesta a sus declaraciones. El vídeo de Juan Carlos Sánchez, un joven andaluz, trabajador de una granja avícola y difundido entre otras cuentas de Twitter por la de Vox, ha supuesto la mejor defensa de su sector, alabando las condiciones de las que disfrutan los animales. Aunque la publicación del partido de extrema derecha, que señala «nadie mejor que alguien del campo, que trabaja los siete días de la semana con los animales, para desmentir las chorradas de los falsos ecologistas» podría tildarse de «oportunista»; lo cierto es que el chico, que recorre las instalaciones cámara en mano ofrece un sinfín de argumentos difíciles de rebatir. Más de dos millones y medio de personas han visto el vídeo original, publicado en Facebook y cientos de miles más en otras cuentas de redes sociales que también lo han difundido.
Molesto desde el principio con el testimonio de Santuario Animal Almas Veganas, espeta a los 46 segundos: «Los ganaderos somos imprescindibles, si no fuese por nosotros estas chicas veganas no comerían alimentos del campo porque para eso hace falta la mierda, el estiércol de las gallinas» (lo coge con una mano y lo muestra mientras sujeta el objetivo con el otro brazo).
Un recorrido por una granja ejemplar
Sobre el polémico argumento de la violación de los gallos a las gallinas, explica, sin perder la sonrisa, la realidad de su granja -y de muchas otras-: «Aquí en mi explotación avícola no tengo gallos, los gallos no violan a las gallinas, las gallinas ponen los huevos todos los días, cada 28 horas, ponen los huevos sin que haya gallos».
De hecho es muy difícil que nazca un pollito de un huevo comprado en el súper aunque intentemos incubarlo en casa. En las granjas intensivas se seleccionan, como en este caso, solo ejemplares hembras y, como no hay gallos, es imposible que esos huevos puedan estar fecundados.
«¿Habrá algo más rico que un huevo con patatas? Será comida de pobres, pero comida de dioses»Después comienza un paseo por unas instalaciones que podríamos calificar de ejemplares, en las que se ve a cientos de animales con plumaje vigoroso («si están desplumadas no es por maltrato, es que son gallinas con más de un año y mudan las plumas»), con el pienso perfectamente repartido a lo largo de una nave con comederos automatizados en donde cuentan además con nidales para la puesta y celaderos para poder dormir cómodamente. Entre los extras, dadas las altas temperaturas que en el sur de España se alcanzan en verano, hay un sistema de nebulización, similar al que cada vez se ve más en las terrazas de hostelería, que esparce una fina y refrescante película de agua. «Cada día le echamos siete u ocho alpacas porque se entretienen picándolas», añade al relato el granjero en su paseo: «Aquí el único esclavo soy yo». Por la tarde, una vez que ya han puesto los huevos por las mañanas y según sus palabras, se les abren unas puertas que les permiten salir al exterior, a una serie de bancales de los que también se ofrecen imágenes en el vídeo. Finalmente, antes de que se cumplan cinco minutos de un plano secuencia ininterrumpido, concluye: «Si mis gallinas tienen mala vida que venga Dios y lo vea».
Además de en su perfil de Twitter, entre los vídeos de YouTube de Santuario Animal Almas Veganas, se encuentran otros testimonios de denuncia: «Los animales están aquí esclavizados», señalan dos activistas ante una granja avícola. «Hay más animales en granjas y mataderos que personas en el mundo» es otro de los argumentos empleados. Empleando el hashtag #gallinasvioladas hay un sinfín de tuits que ponen en duda el argumentario de este colectivo vegano en clave de humor.
Encontronazo entre la vegana 'Fanny' y el granjero en televisión
El matinal de Antena 3, Espejo Público, ha aprovechado este martes la polémica que se ha generado entre animalistas y defensores del sector agroganadero. Por parte del Santuario Animal Almas Veganas, la entrevistada en plató ha sido Fanny, quien ha incidido en argumentos como que las granjas de gallinas son «campos de concentración». Desde su puesto de trabajo en la granja almeriense KM21, el propietario, Juan Carlos Sánchez se muestra satisfecho con el eco que ha tenido su vídeo: «sinceramente me dio mucho coraje que siempre se esté atacando a un sector tan necesario como lo es el primario, que es una cadena de supervivencia».
A ti, ¿qué opinión te merece la denuncia de Santuario Animal Almas Veganas?; ¿y la respuesta del granjero andaluz? Hay quienes ya han empezado a parodiar la particular manera de expresarse de este grupo de activistas.