Los expertos advierten que cruzar el Atlántico en catamarán en medio de temporales puede ser viable, pero no está exento de riesgos
16 nov 2019 . Actualizado a las 10:02 h.La travesía será de todo menos tranquila. Cruzar el Atlántico desde la costa de Virginia, en Estados Unidos, hasta la península ibérica, en plena temporada de temporales y en un catamarán de apenas 15 metros de largo y 14 de ancho, es poco menos que una temeridad. Pese a todo, es perfectamente posible hacerlo, pero no sin cierto riesgo y más de un contratiempo. Es lo que opinan los expertos sobre la aventura que ha iniciado la activista sueca Greta Thunberg, acompañada por su padre, para poder participar en la Cumbre del Clima que se iniciará en Madrid el próximo 2 de diciembre. Viajan en compañía de una pareja australiana, Riley Whitelum y Elayna Carausu, y del hijo de ambos, de 11 meses, quienes se dedican a navegar por el mundo y a narrar sus proezas en YouTube y que le ofrecieron el barco a la joven para que pudiera asistir a su cita sin emitir gases de efecto invernadero. Anécdotas no les van a faltar para contar, sustos incluidos.
«La verdad, cruzar el Atlántico con una embarcación de esas características me parece algo arriesgado, pero no descabellado», advierte el oceanógrafo de la Universidade de Vigo Gabriel Rosón, quien recuerda que la misma travesía la realizaron veleros más pequeños, incluso en solitario, o en motos de agua. Pero con un matiz importante: «No suelen elegir esta época del año, de frecuentes tormentas».
José Manuel Muñiz, presidente de la Asociación Española de Titulados Náutico Pesqueros (Aetinape), tampoco considera que sea la mejor época para efectuar un viaje en una nave tan pequeña. Pero entiende que se trata de un riesgo medido. «Pode parecer unha temeridade, e é certo que risco sempre hai -apunta-, pero este tipo de barcos, aínda que pequenos, están moi ben preparados. Teñen todos os equipamentos necesarios, tanto de comunicacións como de seguridade interior a bordo, e reciben información meteorolóxica en tempo real, polo que poden ir adaptando o rumbo en función delas. Xa quixeran moitas embarcacións profesionais ter os equipamentos que teñen estes barcos de lecer».
Muñiz recuerda que hace 50 o 60 años «moitos barcos galegos que eran auténticos ataúdes flotantes, infinitamente peores e máis pequenos que as embarcacións que hoxe van á pesca do día, ían a Terranova e desafiaban os temporais». La Vagabonde, el catamarán en el que viaja Greta Thunberg, está mucho más preparado pese a su reducido tamaño.
Oscar Bernedo, miembro de la Real Liga Naval Española (RLNE), comparte la apreciación de Muñiz. «El cruce del Atlántico en un barco como el que transporta a Greta Thunberg no presenta, a priori, ningún problema, pero no es la mejor época del año para cruzar de América a Europa si se pretende hacer a vela». «Estarán acompañados por las borrascas que recorren el océano, en sentido oeste-este, con unas condiciones de navegación muy duras, que pueden llegar a ser peligrosas».
Xosé Antón Álvarez Salgado, oceanógrafo del Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo (del CSIC), apela al sentido común para ofrecer su versión del caso. «¿Pode haber alguén -se pregunta- que pense que dous millonarios sen experiencia en navegación, ou iso din na súa páxina web, cun bebé e unha menor de idade que tiña que estar no instituto, representan algunha garantía?». Y asegura que la cuestión clave es «a pericia para navegar esquivando as tormentas e saber actuar cando se está dentro dunha».
Entre Vigo y Lisboa
Lo que aún no está claro es la ruta que seguirá el catamarán para llegar a España o Portugal, y, mucho menos, el puerto que elegirá para atracar. Bernedo explica que una opción para evitar los temporales es «hacer el viaje a España más al sur, tomando la ruta central entre estas dos latitudes». Si se opta por esta opción, «los vientos son variables y, con frecuencia, encalmados».
Álvarez Salgado, al igual que Gabriel Rosón, creen que el catamarán cruzará el Atlántico de oeste a este tratando de aprovechar la corriente del Golfo. «Ao irse achegando cara a Europa dominarán os ventos de suroeste, que os levarán de popa, o que sempre axuda. Vindo nesa dirección o lóxico sería que arribaran nalgún porto entre Lisboa e Vigo, dependendo da latitude pola que entren», apunta Salgado.
Muñiz, sin embargo, ve muy complicado que la embarcación llegue a un puerto gallego. «O máis probable -dice- é que vaian a un do sur, polo tema das baixas, porque canto máis ao norte máis forza teñen». En todo caso, cree que la ruta seguida dependerá en buena parte de las condiciones meteorológicas.