La OMS hace públicas una serie de recomendaciones sobre el uso del protector en menores de 18 años
22 ago 2020 . Actualizado a las 16:47 h.A finales de mayo, España hizo obligatorio el uso de mascarilla en espacios públicos para todos los mayores de seis años. Los niños de entre tres y cinco recibieron un salvoconducto: se recomienda que la lleven, pero no se les obliga a ello. Coincide con este criterio la Organización Mundial de la Salud que, considera que hasta los seis años los pequeños todavía no tienen la suficiente destreza manual y motora para usar adecuadamente este protector, una indicación basada en la seguridad y el interés general del niño. Cree el organismo que a partir de los 12 años debe utilizarse el cubrebocas en las mismas condiciones que los adultos, en particular cuando no pueda garantizarse la distancia interpersonal mínima de un metro y si la transmisión es generalizada en la zona. Pero, ¿qué recomienda entre los seis y los 12?
Básicamente, atender cada caso de manera particular y tener la mascarilla en cuenta en zonas con una «transmisión intensa de virus» o en entornos especiales como escuelas. «Incluso cuando se aplican las directrices nacionales, hay que especificar consideraciones adicionales para entornos especiales como colegios, durante la práctica de deporte o para niños con discapacidades», defiende la OMS. Aconseja así junto al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) condicionar el uso de la mascarilla en esta franja de edad a factores como los niveles de transmisión del virus en la zona donde se resida, la capacidad del menor para manejar el protector de manera correcta y segura, la presencia de adultos que puedan supervisar su utilización y las circunstancias económicas (el acceso a ellos, la posibilidad de lavarlos regularmente o la correcta ventilación de los espacios cerrados en los que se haga vida diaria). Otros aspectos a tener en cuenta, señala la agencia de salud, son el impacto que su uso pueda tener en el aprendizaje o el desarrollo psicológico y social del niño y sus interacciones con otras personas de otras edades y en situación de riesgo. Subraya que no deberían llevarlo aquellos pequeños con minusvalías o enfermedades que así lo desaconsejen.
La organización mundial considera, también, que entre los seis y los 12 años no tendría que usarse mascarilla al practicar deporte o cualquier actividad física, «como correr, saltar o jugar», para que no interfiera ni moleste en su respiración, y que los tapabocas deberán ser accesibles de forma gratuita para aquellos niños que viven en hogares o áreas geográficas con vulnerabilidades sociales y recursos limitados.
«Los niños también deben ser escuchados con respecto a sus percepciones y cualquier preocupación sobre el uso de una máscara», indica la OMS, que mantiene las mascarillas faciales de tela como la mejor opción al entender que las viseras transparentes «ofrecen menos protección».