Los vecinos del concello ourensano Vilar de Barrio viven con precaución las estadísticas. Cuentan con el porcentaje de vacunación más alto de Galicia, con el 91,4 %
31 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El concello ourensano de Vilar de Barrio (1.283 habitantes) es el que tiene el mayor porcentaje de vecinos vacunados contra el covid-19 de Ourense. El 91,4 % de su población ha sido inoculada contra la pandemia. Es, afirma el alcalde, Manolo Conde (BNG), una cuestión únicamente estadística, y anima a no bajar la guardia recordando que este mismo lunes ocho personas de la localidad están infectadas, una de ellas ingresada en el CHUO, y hay un negocio en cuarentena. «Vacinados si, pero inmunizados non estamos, hai veciños hospitalizado. Das trece parroquias que temos, en dúas hai que ter máis precaución, no resto hai outro ambiente», resume. Añade, además, el envejecimiento poblacional, ya que en Vilar de Barrio la edad media ronda los 60 años. Por eso es normal, explica, el porcentaje de personas vacunadas, pero subraya que también es necesario ser más precavidos por la edad de los vecinos.
«Hai un ano e pico tivemos problemas gravísimos cos mortos e había moito temor entre a poboación. Temos que ir normalizando a situación pero sen baixar a garda, sobre todo en dúas das nosas parroquias, en Arniude e Penouzos, onde temos casos», insiste el regidor. En agosto de hace un año esta localidad llegó a vivir un cierre perimetral debido a la incidencia del covid y en este tiempo tres de sus vecinos han fallecido a causa de la pandemia. Está todavía en el recuerdo. «Son tres persoas que vivían aquí pero foron moitos máis de tres os que residían fora e non contabiliaron neste concello», recuerda apenado el alcalde.
Al margen de los datos, se nota que los vecinos de esta localidad limiana viven mucho más relajados, ya que el porcentaje de personas con la mascarilla en la boca paseando por la calle es similar al que la lleva amarrada al brazo, por si las moscas.
Este verano ha sido muy diferente al anterior y a la localidad han podido regresar, como hacían en tiempos de prepandemia y durante décadas, parte de su población emigrada y de los hijos de estos. Incluso nietos. Muchos procedentes del País Vasco. Es el caso de la familia Seguín Prol. «Nosotros ya nos vamos mañana, la verdad es que aquí se está muy bien, paseamos sin problema», explica Tomasa Augusto. Está a la puerta de la casa familiar de su marido, junto a sus cuñadas y varios primos. Cerca, Alfonso Cid y Benito Salgado comparten banco con vistas a la carretera por donde se entra al centro de la capitalidad de Vilar de Barrio. «Aquí hai moi poucos nenos e os vellos pois xa estamos coa vacina. A cousa cambiou moito», dice Alfonso.
«Este verano han podido venir mis nietos a pasar unos meses con nosotros»
Hay varias maletas en la parte delantera de la casa de Claudio y Fina, a la entrada a Vilar de Barrio, si se llega por la carretera de Xinzo de Limia. Es primera hora de la mañana y se preparan para despedir a Maikel y Unai, sus dos nietos. Ellos han podido disfrutar junto a sus abuelos de las vacaciones de verano. Este año sí y de verdad, ya que los abuelos están vacunados. «Este verano han podido venir mis nietos a pasar unos meses con nosotros», dice Fina Prol. Con ellos está Rosa, la madre de los pequeños que, con la ayuda de su marido, mete las maletas en el coche para iniciar el viaje de vuelta a Bilbao. «Ahora toca regresar al trabajo y ellos al colegio. Esta vez hemos estado tranquilos porque mis padres ya están vacunados», explica.
Ademas, añade, a principios de este año nosotros [se refiere a su marido y sus hijos] pasamos la enfermedad. Los niños han podido pasar aquí dos meses con los abuelos y ahora les tocará vacunarse en el País Vasco», explica Rosa. Y también hubo abrazos largos de despedida. Al igual que otros concellos, Vilar de Barrio se va quedando sin sus vecinos de verano, sin esa población que multiplica a la que reside en la localidad durante todo el año. «Primeiro imos á horta. Despois da sesta, imos a xogar ás cartas, no noso casino. E logo collemos e a pasear polo campo sen problema ningún. O que faciamos sempre», afirma Pepita Seguín, para mostrar el regreso a la «normalidad».
A Lama: posible descoordinación entre las citas y muchos vecinos en el extranjero
m.g.
En el concello de A Lama, un municipio que a 1 de enero del 2020 no llegaba a los 2.400 vecinos según el INE, les ha sorprendido verse incluidos en los pocos de Galicia donde está vacunada contra el covid menos del 70 % de la población diana. Este municipio de la montaña pontevedresa, justo en el límite con la provincia de Ourense, conforma un triángulo en iguales circunstancias con Beariz y Avión. A su lado, está Ponte Caldelas, otro de los concellos gallegos con menos vacunados entre su población diana, aunque aquí el porcentaje de los que sí lo está llega al 74,28 %. El alcalde de A Lama, el popular Jorge Canda, y otros concejales del gobierno local se inclinan por la teoría de que la explicación más probable esté en un factor común a todo este ámbito geográfico: el alto número de vecinos empadronados pero que realmente viven la mayor parte del año en el extranjero, sobre todo en México y en menor medida Brasil.
El equipo de gobierno de A Lama incide en que en su municipio «no hay movimiento antivacunas ni quejas por problemas de desplazamientos» o cuestiones parecidas. Por lo tanto, consideran que la explicación «más plausible» está en que probablemente «hubo descoordinación entre la llamada a vacunarse y la ausencia de los interesados por estar fuera». De otra manera, no se lo explican. Es decir, en A Lama hay muchos vecinos que se desplazan en los meses de verano a sus hogares gallegos, pero que tienen residencia el resto del año más allá del océano Atlántico. Si estos vecinos fueron convocados por el Sergas durante su estancia en Sudamérica no pudieron acudir al centro de vacunación en España. Es de prever que muchos también se vacunasen en México.
Negueira de Muñiz: itinerancia vecinal y una antigua comuna hippie
ANDRÉ S. ZAPATA
Negueira de Muñiz, situada en la zona nordeste de la Serra dos Ancares, en Lugo, es el municipio con un menor porcentaje de vacunados de toda Galicia. Y no precisamente por un margen estrecho. Según datos de Sanidade, en ese Concello solamente están inmunizados el 56,92 % de sus vecinos. Está lejos del segundo con menos vacunados, Avión (Ourense), que posee un 63,01 %. Sin embargo, la situación puede ocultar una trampa que solo conocen aquellos que residen en el municipio ancarés. Según explica su alcalde, José Manuel Braña Pereda (PSOE), es necesario analizar una serie de circunstancias que hacen único al Ayuntamiento lucense. Entre ellas, su historia. Y es que, en la década de los 50, se construyó el embalse de Salime, al norte del núcleo poblacional tradicional de Negueira de Muñiz. Fue en los años 80 cuando, al otro lado del río Navia, se instaló una «comuna hippie», denominada como Comuna de Ernes. Su punto más popular se dio a lo largo de esa década y la posterior, pero comenzó a perder fuerza a partir de entonces. Los herederos de aquella comuna todavía residen allí, pero la itinerancia de sus miembros es ahora la norma. «Alí só debe haber 15 persoas que residan todo o ano. O resto van e veñen», comenta algún vecino. Según el alcalde, los miembros de este grupo «soen ser algo reticentes a algunhas cousas que veñen de fóra, entre elas, as vacinas». Sin embargo, la itinerancia afecta a todo el municipio, ya que, aunque el registro oficial afirme que hay 220 personas empadronadas, Braña apunta que son «moitas menos», y que «moitos dos que aparecen como censados aquí viven gran parte do ano noutros sitios, e xa se foron vacinar alí». Estos podrían ser uno de los motivos que expliquen los pocos vacunados registrados en Negueira de Muñiz.