Este viernes Galicia recibe la visita de un nuevo frente que cruzará la comunidad por la tarde. El fin de semana llegarán más
29 oct 2021 . Actualizado a las 11:16 h.En las guerras siempre aflora la peor versión de los seres humanos. La ciencia deja de alimentarse de la curiosidad y se usa como arma contra el enemigo. En el contexto de los grandes conflictos armados del siglo XX surgieron tecnologías que revolucionaron el mundo. Por ejemplo, el aparato que diseñó el matemático inglés Alan Turing para descifrar la máquina Enigma de los nazis es el padre del ordenador moderno. Algo que fue posible, por cierto, gracias a palabras como «tiempo», que se repetía junto a otras como «Heil Hitler!» en todos los mensajes de los alemanes. Otro caso es el radar. Esta herramienta que hoy se aplica a la meteorología fue ideada para detectar aviones de combate.
Los satélites que permiten observar el movimiento de las bajas presiones son, además, los hijos de los V2 diseñados por los nazis, los primeros misiles balísticos. Aquellos cohetes fueron usados más tarde en los programas espaciales de la Unión Soviética y de los Estados Unidos. Uno de los ingenieros nazis, Wernher Magnus, incluso fue nacionalizado americano tras la guerra y reclutado por la Nasa.
El belicismo también ha dejado como herencia algunos términos relacionados con el tiempo atmosférico. Sin duda el más conocido es «frente». En los años de la Primera Guerra Mundial las potencias se esforzaron en mejorar sus propios sistemas de predicción. Especialmente destacada fue la aportación del científico noruego Vilen Hernesk. Primero él y después su hijo Jacob comenzaron a teorizar sobre conceptos que hoy son básicos en los pronósticos, como masas de aire. Había que bautizar las nuevas ideas que iban apareciendo, así que Jacob se decantó por la palabra «frente» para referirse a la estructura nubosa que llega de la mano de las borrascas porque le recordaba a las posiciones de las tropas mas avanzadas que lucharan en la Gran Guerra.
Otro concepto que apareció, en este caso durante la Segunda Guerra Mundial, fue «bomba meteorológica». Tras la detonación de la bomba atómica todo parecía estar a punto de estallar y los meteorólogos empezaron a referirse con adjetivos como «explosiva» o sustantivos como «bomba» a las borrascas más potentes. El término salió también de la escuela de Noruega y se popularizó cuando en 1980 dos meteorólogos del Instituto de Tecnología de Massachusetts lo mencionaron en un artículo para describir un ciclón que pierde más de 24 milibares de presión en solo un día.
Estos días en Galicia no se espera ningún ciclón bomba, pero sí la visita de varios frentes activos que ya han comenzado a descargar con intensidad. Se mantiene los avisos por acumulaciones importantes en las provincias atlánticas. Y los modelos siguen apostando por una circulación del norte para la próxima semana que provocaría un descenso importante de las temperaturas.
