Víctimas de la prostitución: «Hemos sufrido cosas que ustedes ni en sus peores pesadillas pueden imaginar»

doménico chiappe MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Supervivientes de la explotación sexual se reúnen en España para apoyar la ley abolicionista

19 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En un mundo futuro, las sanciones por contratar servicios sexuales llegará a casa, como ahora lo hacen las multas por saltarse un semáforo o por exceso de velocidad. Así se lo imagina Claudia Quintero, superviviente y activista colombiana por la abolición de la prostitución. «A ver qué le dice el hombre a la mujer: 'no pasa nada, por algo es el oficio más antiguo del mundo, un desahogo'. O la madre a su hijo: yo te pago los estudios, me ocupo de esto también, no te preocupes», ironiza Quintero, en el foro Por la abolición de la prostitución en España, una reunión de supervivientes celebrada esta semana en Madrid.

Convocadas por la rama española de la Escuela Abolicionista Internacional, se presentaron supervivientes de Argentina, Nueva Zelanda, Francia, México, Colombia, Rumanía, Nigeria, España, Estados Unidos e Irlanda, países donde se ha debatido, y aprobado en algunos, leyes para regular o prohibir la prostitución. Entre las asistentes hubo consenso para apoyar dos medidas que han centrado el debate legislativo español. Por un lado, el castigo a los clientes y, por otro, la persecución a la tercería locativa (los intermediarios dueños de moteles de carretera, por ejemplo). «Estos dos pasos son fundamentales y abren una nueva oportunidad a la sociedad», dice Quintero, responsable de la Fundación Empodérate. «Sé que una ley es lo único que podría detener al traficante», ratifica Lydia Osifo Festus, a quien las redes de trata de seres humanos la trajo a España desde Nigeria, donde fue prostituida. Ahora es miembro de la asociación Las Poderosas, contra la violencia de género.

Para apoyar las tesis de la prohibición, la superviviente Ally-Marie Diamond, fundadora de la organización contra la explotación sexual infantil Wahine Toa Rising, señala a Nueva Zelanda: «Ahora que la prostitución es legal en mi país, nunca ha habido tantos niños que caen en la prostitución con niveles de violencia que nunca se han visto. No se había conocido tanto dolor y tanto sufrimiento».

«Nos venden Nueva Zelanda como lo mejor para las trabajadoras del sexo. Pero el sexo no es un producto», acota Amelia Tiganus, superviviente de «más de 40 prostíbulos» españoles, durante cinco años y militante del Movimiento Abolicionista del País Vasco (EHMA). «No se puede hablar de libertad cuando hay desigualdad. Que algunos políticos conviertan el sometimiento en consentimiento es vergonzoso. Es la hora de castigar a los que destruyen las vidas de las mujeres».

Nada bajo control

«En mi habitación había un botón de emergencia», recuerda Diamond. «Pero cuando lo apretabas no venía nadie. El control lo tiene el proxeneta. La mayoría de mujeres que entra lo hace por coacción, ya sea de la pobreza o de la violencia doméstica. Nos dicen que ese es nuestro sitio, que no merecemos más».

«Las mujeres traficadas venimos de la pobreza», apoya Alika Kinan, superviviente que ahora dirige una fundación que lleva su nombre, en Argentina. «¿Qué posibilidad de elección tenemos cuando al frente está un hombre con los bolsillos llenos de dinero y nosotras tenemos las barrigas llenas de hambre?».

La intención de alzar la voz en Madrid, coinciden las supervivientes, es apoyar las posiciones abolicionistas españolas. «Hemos sufrido cosas que ustedes ni en sus peores pesadillas pueden imaginar», sentencia Karola de la Cuesta, fundadora de la organización Alas Abiertas contra la trata de mujeres. Ella misma fue trasladada desde México a Estados Unidos y sometida a explotación laboral y sexual. «Hay que luchar por una ley que castigue. Que busque la verdad, la justicia, la reparación de las víctimas y la prevención para las siguientes generaciones».

En Francia, indica Rosen Hicher, superviviente y autora del libro Testimonio de una prostituta, «la prostitución no está prohibida y nada impide ejercerla, pero la ley sí da las herramientas para que las mujeres salgan sin criminalizarlas. También penaliza a los clientes y condena a los proxenetas».

En Argentina, advierte Kinan, la ley tuvo, no obstante su buena voluntad, un efecto perverso durante varios años: «Hubo una ola de cierres intempestivos de prostíbulos, y las mujeres rescatadas se quedaron a la intemperie». Una solución que se asoma en el foro es la confiscación de las propiedades de los que ahora detentan la tercería locativa. «Ese dinero es de las mujeres prostituidas, y se debe decomisar y repartir», señala Kinan.

 Las supervivientes de la prostitución aconsejan a las más jóvenes

Activistas de distintos países, todas ellas supervivientes de la explotación sexual, se reúnen en España para apoyar la posición abolicionista en pleno debate político. Para las más jóvenes, estén o no en situación vulnerable, tienen unos consejos a partir de lo aprendido tras sus duras experiencias.

Karola de la Cuesta (México)

«Nunca es vuestra culpa»

Convertida en «materia prima» de «organizaciones muy grandes», llevada de México a Estados Unidos para la «explotación sexual y laboral» y rescatada por un operativo de las autoridades norteamericanas, lucha ahora por la prevención de estos delitos. A las jóvenes les repite: «Nunca es vuestra culpa. Las víctimas no tenemos la culpa de ninguna violencia. Hay que saber identificar las situaciones de riesgo, y cuidarnos y protegernos. No quedar expuestas. Pero los crímenes no deberían estar ocurriendo. Puedes decirte: qué tonta, cómo no me di cuenta, qué hice yo para merecer esto... pero en realidad el crimen tiene metodologías estudiadas para captar a las víctimas».

Ally-Marie Diamond (Nueva Zelanda)

«Confiad en vosotras mismas»

Fue captada por las redes de la prostitución porque «era la única vida que conocía, y aunque sabía que me metía en un lugar que no era seguro, era el único lugar». Pero cuando aprendió que «había algo realmente hermoso en el mundo, que para mí eran mis hijos» obtuvo fuerzas para afrontar la reconstrucción de su vida, aunque no encontró un empleo «por mucho tiempo». «Cuando tenía un mal día o quería rendirme y volver a esa vida de explotación, me enfocaba en ellos y en la belleza que me rodea, como una flor o una mariposa». Quien se sentía como un «zombi que deambulaba» aconseja a las chicas: «Tenéis que buscar una vía por donde llegar a un sitio en el que recuperar la autoestima y sentir el perdón. Confiad en vosotras mismas».

Rosen Hicher (Francia)

«Parad lo antes posible»

Una de las supervivientes que se involucró en la ley abolicionista francesa en 2016 asegura que dejó la prostitución cuando «me di cuenta que me estaban violando a diario a cambio de dinero. Y no lo soporté más». Empezó a hablar a «cara descubierta» para que las historias dejasen de «ser invisibles». A las jóvenes les recomienda: «Someterse todos los días a la violencia sexual es una autoagresión. Parad lo antes posible».

Lydia Osifo Festus (Nigeria)

«No os rindáis»

Fue víctima del tráfico de mujeres con fines sexuales desde su Nigeria natal hasta España. «Ahora estoy contenta de que haya pasado y de ser libre. A las más jóvenes en esta situación les digo: no os rindáis. Pensad que el futuro es brillante si sois fuertes». Lydia recuerda a la perfección el día que decidió huir de la prostitución. «Me dije: no quiero más esto, quiero una vida para mí. Pero fue muy difícil. ¿Qué encuentras al día siguiente? Si no hay ayudas y personas alrededor que te apoyen, la mujer se frustra y recae».

Alika Kinan (Argentina)

«Responsabilidad y constancia»

Por caer en las garras de la prostitución, pensaba que «había tenido mala suerte, que era mi destino y que, así como le había sucedido a otras mujeres en mi genealogía y mi sociedad, no era tan grave. Me costó mucho reconocerme como víctima y sobreviviente». Al rebelarse, «empezó un proceso hermoso». A las mujeres les aconseja mantener «responsabilidad y constancia para encontrar otras oportunidades que no mellen la dignidad de todas las mujeres».

Susan Andrea Avella (Colombia)

«Crear sus propios liderazgos»

Raptada por los paramilitares colombianos para convertirla en esclava sexual, los últimos diez años ha realizado «un proceso de recuperación para pasar de víctima a superviviente». «El mío es un caso que todos los días se repite», dice quien fue rescatada en un enfrentamiento armado. A las supervivientes les recomienda iniciar «un proceso de memoria histórica», para que puedan mirar su caso después de cinco años. «No se permite revisarlo antes porque el trauma puede ser victimizante». A las más jóvenes, les dice: «Deben crear sus propios liderazgos en sus territorios».