Dos estudios vinculan los alimentos ultraprocesados con la enfermedad cardíaca y el cáncer colorrectal

luis alfonso gámez COLPISA

SOCIEDAD

ANDY RAIN | EFE

Los investigadores abogan por políticas públicas encaminadas a limitar su consumo y que favorezcan dietas más sanas

02 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos estudios basados en información sobre los hábitos alimentarios y la salud de más de 225.000 personas vinculan el alto consumo de ultraprocesados con la enfermedad cardíaca, el cáncer colorrectal y la muerte prematura. Los trabajos, cuyos resultados publica la revista The BMJ, son observacionales, así que no pueden establecer una relación causal y, además, cabe la posibilidad de que ciertos riesgos se deban a factores que no se han tenido en cuenta, reconocen los autores.

La categoría de alimento ultraprocesado comprende una amplia gama de preparados industriales. Desde los platos precocinados hasta las bebidas azucaradas, pasando por las galletas, la bollería, las pizzas, los embutidos y otras carnes preparadas, los cereales refinados, las barritas energéticas... Tienen en común «ser ricos en grasas, azúcar y sal, además de tener poca fibra dietética, proteínas, vitaminas y minerales», según Javier Sánchez Perona, investigador del CSIC en el Instituto de la Grasa. Están por todos lados.

¿Solo entre los hombres?

El primero de los trabajos ha examinado los resultados de tres grandes estudios estadounidenses en los que participaron 46.341 hombres y 159.907 mujeres. Durante más de 25 años, médicos hicieron un seguimiento de su estado de salud y de la frecuencia de consumo de unos 130 alimentos. El estudio comparativo actual revela que los hombres que comen más ultraprocesados tiene un 29 % más de probabilidades de padecer cáncer colorrectal ?el tercero más diagnosticado en Estados Unidos y también en España? que los que los consumen menos productos de ese tipo.

Los investigadores no han encontrado esa misma asociación entre las mujeres. Creen que es posible que esa diferencia se deba a que las mujeres consuman habitualmente ultraprocesados con una composición diferente a los que comen los hombres. «Encontramos una asociación inversa entre los alimentos lácteos ultraprocesados, como el yogur, y el riesgo de cáncer colorrectal entre las mujeres», indica Fang Fang Zhang, epidemióloga del cáncer y coautora del estudio, quien sospecha que «alimentos como el yogur podrían contrarrestar los efectos nocivos de otros tipos de ultraprocesados en las mujeres».

 «Habrá que seguir investigando para determinar si existe una verdadera diferencia de sexo en las asociaciones o si los hallazgos nulos de este estudio en las mujeres se deben simplemente al azar o a factores no controlados en las mujeres que mitigan la asociación», adelanta Mingyang Song, otro de los autores y profesor de epidemiología de la Universidad de Harvard.

Políticas públicas

En el segundo estudio está basado en datos sobre hábitos alimenticios e información de la salud de 22.895 italianos ?con una edad media de 55 años y el 48% hombres? entre 2005 y 2019. Los autores han comprobado que aquellos individuos que seguían una dieta con más alimentos procesados tenían un 19 % más de riesgo de muerte por cualquier causa y hasta un 32 % más de riesgo de fallecimiento por enfermedad cardiovascular que los que comían de una forma más sana.

Investigaciones anteriores habían vinculado los ultraprocesados con un mayor riesgo de obesidad, hipertensión, colesterol y algunos cánceres. Los autores de los dos nuevos trabajos consideran que, dadas todas las pruebas acumuladas ya sobre sus efectos nocivos, deberían implantarse medidas para limitar el consumo de ciertos tipos de ultraprocesados, promover dietas más sanas y reformular las recomendaciones alimenticias prestando más atención al nivel de procesado.

«El procesamiento químico de los alimentos puede ayudar a prolongar su vida útil, pero muchos alimentos procesados son menos saludables que las alternativas no procesadas. Tenemos que concienciar a los consumidores de los riesgos asociados al consumo de alimentos poco saludables en cantidad y hacer que las opciones más saludables sean más fáciles de elegir en su lugar», recomienda Zhang, que forma parte del Instituto Tufts para la Investigación de la Obesidad Global.