Maritxu González, paciente de polineuropatía diabética: «Pasé de estar cuatro años encamada a caminar gracias a la rehabilitación»

Caterina Devesa A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

Entre los ejercicios de Maritxu está el de caminar en una pasarela en la clínica
Entre los ejercicios de Maritxu está el de caminar en una pasarela en la clínica MIGUEL MIRAMONTES

En el 2010 le diagnosticaron la enfermedad y hasta el 2021 no podía realizar tareas cotidianas por sí misma

09 feb 2023 . Actualizado a las 08:57 h.

Está en uno de sus mejores momentos y se nota. Porque la vida le ha dado una nueva oportunidad a Maritxu González, que vio en la rehabilitación su salvación. «No puedo decir que sea una nueva vida, porque la que tuve antes de enfermar fue muy buena. Disfruté muchísimo, también trabajé, pero amaba mi trabajo», relata la mujer, vecina de A Coruña, a la que tras varios diagnósticos le dijeron que padece polineuropatía diabética,un tipo de daño en los nervios que puede producirse por la diabetes, y que le afecta a las extremidades. «De repente un día, al levantarme de cama, me desplomé en el suelo. Tras muchas visitas a los médicos y después de hacerme mil y una pruebas me dijeron que padecía esta dolencia, todavía bastante desconocida».

Tras esa primera caída, empezó lo peor. «Dejé de caminar por completo, me pasé cuatro años encamada. Fue un cambio total, trabajaba en la construcción y viajaba mucho. Me dieron la incapacidad y mi madre, que vivía conmigo, tuvo que irse a una residencia porque no la podía atender. También contraté gente para que me ayudase en casa. Me tenían que levantar para ir al baño y no era capaz ni de limpiarme sola», señala Maritxu, que dice que se empezó a aislar. «Fui perdiendo el contacto con amigos. Pensaba ¿a dónde voy a ir con la silla de ruedas? Al final me quedé sola en casa y pasaba el tiempo viendo la tele. Me vi todas las telenovelas del mundo. Físicamente, también cambié mucho, pasé de 80 a 44 kilos porque casi no comía».

Punto de inflexión

El tiempo fue pasando hasta que, un día, Maritxu consiguió levantarse sola. «Estaba mi exmarido discutiendo con su hijo en la cocina. Me puse muy nerviosa y no sé cómo cogí la silla que tenía al lado de mi cama para las visitas y me fui arrastrando con ella. Les dije que qué pasaba y volví a mi cuarto. Entonces, fue cuando me di cuenta de lo que había hecho y empezamos a comprar cosas de apoyo: muletas, bastones y un andador, pero no conseguía caminar mucho», relata la mujer.

El punto de inflexión fue el 2021. «Me operé de la vista y esa semana fue clave para mí por una serie de circunstancias personales. La cabeza me hizo clic y dije: Ahora no tienes de quién depender, te tienes que defender sola. Me recomendaron Suama Salud, que abrió en el verano del 2020 en Oleiros, y los llamé. Primero la terapia fue a domicilio, porque yo no podía salir sola de casa. Venían tres días una hora para hacer los ejercicios». Poco a poco con la ayuda del centro, dirigido por Jesús Blanco, el día a día de Maritxu experimentó un antes y un después. «Además de ayudarme físicamente, me ayudaron psicológicamente. Me dieron fuerza y, sobre todo, equilibrio. Para mí fue una liberación y un chute de energía ver que podía caminar sola más que unos pasos con el andador», relata Maritxu, que ahora incluso puede moverse distancias cortas sin el aparato auxiliar. «Cocino, bajo sola a la calle, casi siempre en taxi, porque los autobuses metropolitanos no me facilitan nada las cosas, pocos activan la rampa para que pueda subir, pero bueno, me muevo mucho en taxi porque conducir no puedo por la enfermedad».

De momento, Maritxu disfruta el día a día. «El año pasado viajé de nuevo por primera vez sola, me fui a Canarias y luego a pasar la Navidad con mi hermano a Madrid. Un día incluso camine tres kilómetros y medio. Una locura. Los médicos me dicen que en cualquier momento me puede dar otro brote, pero ya no tengo miedo. Antes sí, tenía miedo a morir, porque tenía mucho dolor, sobre todo en las piernas. También tengo hipersensibilidad en las manos y los pies los tengo dañados por el primer andador que usé, que no era el correcto, y me fracturé varios dedos. Además, tengo cinco hernias, pero bueno, he recuperado mi vida», dice.

Entre los ejercicios de Maritxu destacan los realizados en la cinta de correr antigravedad Alter G, usada por deportistas de élite. «La utilizaba unos 15 minutos reduciendo un 25 o un 30 % de su peso. Eso le permitió ganar esa confianza y esa movilidad», explica el director de Suama. Asimismo, usaba una pasarela, mancuernas o bicicleta estática en las terapias.