La marquesa de Griñón busca quién la vista para el próximo 8 de julio. «Fue súper desagradable, mi madre no entendía nada», confiesa
20 may 2023 . Actualizado a las 12:19 h.Primero compuesta y sin novio, y ahora, compuesta y sin vestido. Lo de Tamara Falcó es como una fotonovela por fascículos, pero con la inmediatez de los tiempos de ahora, con redes sociales y fake news de por medio. Todo son rumores, todo el mundo habla (y con versiones diametralmente opuestas), pero el caso es que a menos de dos meses de su boda con Íñigo Onieva, la marquesa de Griñón no tiene vestido. Al menos oficialmente. Hace unos días saltaba por los aires su acuerdo con la firma Sophie et Voilá, con un comunicado de las diseñadoras y un desmentido de la hija de Isabel Preysler.
Ayer, Tamara Falcó se sentó en El Hormiguero como cada jueves y lo primero que le dijo Pablo Motos fue: «Hay una alarma nacional, estamos sin dormir. Cuéntalo todo desde el principio». «Empezamos con estas diseñadoras y yo tenía en mente un vestido que ya había visto», explicaba la marquesa. Cuenta que esa prenda se la había enseñado a su hermana antes de su boda con Fernando Verdasco, pero que a Ana Boyer no le había convencido, y ella ya con novio y fecha de boda, recordó ese vestido. «Estas chicas vinieron a casa de mi madre y les encantó la inspiración. Me dijeron: 'Te lo hacemos'. Pero en cuanto lo conté en El Hormiguero y dije la palabra 'inspiración', empezó a haber mucha tensión», añadió.
La segunda vez que se reunió con las modistas «el vestido había cambiado completamente», explicó. «No me veía con ese vestido porque tenía unos volúmenes que no eran, fue todo súper incómodo y a partir de ahí, todo mal», prosiguió.
«Fue súper duro», continuó narrando Tamara Falcó, ya que además en esa segunda reunión estaba su madre, Isabel Preysler, y su hermana, Ana Boyer, que fue la única que le aplaudió la elección. «El vestido había cambiado totalmente. Y con la mala pata de que vino mi madre, que es muy exigente. Habían añadido unos volúmenes... Mi madre no entendía nada». En aquel momento le acompañaba su hermana, Ana Boyer, su cuñada y un par de amigos expertos en moda. «Mi hermana fue la única que dijo: 'Vas a ser la novia más guapa'. Pero cuando bajé con el vestido solo hubo silencio. Fue súper incómodo». La colaboradora explicó que el vestido había cambiado por completo, tanto es así que cuando se lo probó «dije 'no es el mío'».
Tamara Falcó aclaró El Hormiguero que ella no tenía un contrato con la firma para los vestidos de novia, sino «por el contrato de imagen en global», que duraba dos años. También aclaró que sus abogados «que son muy buenos», matizó, «pusieron que si a mí no me gustaba el vestido, no me tenía porqué casar con ese vestido». Así que cuando «se empezó a torcer la cosa, fue todo muy desagradable» porque «me desanimé» y cuando ya estaba «muy triste con todo esto», su abogado le preguntó si le gustaba el vestido y ella contestó un «no rotundo».
«Lo siguiente que sé es el comunicado de prensa», explicó, dejando a entrever que se enteró de que rompían la relación laboral por la prensa. «Lo que no me iba a casar es con un vestido de novia que no me gustaba», aseveró. Además mostró su enfado porque «se han dicho cosas horribles que están en manos de mis abogados ahora mismo». Eso sí sin mencionar en ningún momento las acusaciones de presunto plagio de las que se está hablando desde hace días.
«Podíamos haber acabado muy bien. Pese a lo que se ha dicho, no me considero una persona difícil para trabajar», se lamentó Tamara Falcó, recordando los longevos acuerdos con otra marcas con las que trabaja.
Por último, Cristina Pardo le ha preguntado si considera que su boda está gafada y ella, entre risas, contestaba que todo «lo que vale la pena nunca fue fácil» y que ahora se encuentra valorando opciones de vestidos.
La respuesta de las diseñadoras de Sophie et Voilá
Con un escueto comunicado, Sofía Arribas y Saioa Goitia, las diseñadoras detrás de Sophie et Voilá, la firma española que iba a vestir a Tamara Falcó en el día más importante de su vida, comunicaba hace unos días que rompía su relación con la marquesa. El silencio ha sido la máxima de las dos creadoras, aunque ahora, una publicación en el blog de una de las dueñas, Sofía Arribas, (posteriormente borrada por su autora), parece anunciar la crónica de una ruptura anunciada con Tamara.
«Son muchas las veces en las que siento que no se respeta mi trabajo. El mío y el de los inconscientes con tendencia masoquista que nos dedicamos al mundo de la moda. Pero los que nos dedicamos de verdad, de esos que tenemos empresas que facturan y dan trabajo», escribía según recogen varios medios. «Para postureos y photocalls, pregunten en la ventanilla de al lado, que en esta no es. Un respeto por la moda», añadía, hablando, quizás en clave, y rogando «un poco de profesionalidad».
«Ser experto en moda no es vestirse con gracia, no es saberse los nombres de pila de las dependientas del Zara de la vuelta de la oficina y mucho menos cascarse un logotipo random inspiradas porque Mari Puri, influencer de cabecera, haya encumbrado las letritas de marras», proseguía, sin mencionar en ningún momento a nadie, pero que ahora ha dado a todo tipo de interpretaciones una vez conocida su ruptura profesional.
«Tamara Falcó se va a casar pase lo que pase»
Con toda esta polémica, muchos ya dudan de que Tamara Falcó logre pasar por el altar con íñigo Onieva, al que dejó tras serle infiel el pasado verano, pero con el que se reconcilió las pasadas Navidades. El vidente Maestro Joao apuesta por que Tamara finalmente lucirá un diseño de Carolina Herrera en su enlace ya que, como está convencido, «se va a casar pase lo que pase». Sin embargo, también tiene claro que este matrimonio «va a durar muy poquito». Precisamente la firma Carolina Herrera es hacia la que todos apuntan que finalmente podría vestir a la marquesa, aún a falta de confirmación oficial. Lo cierto es que a Tamara y a su fundadora le une una relación de amistad desde hace tiempo.
«Cuando rompieron ya dije que volverían, y dije que se casarían, y dije que duraría poquito desgraciadamente, no me alegro ¿eh?, pero va a ser así», sentencia, asegurando que la marquesa «se va a casar aunque sea con un camisón, pero ella tiene que casarse por pundonor después de todo lo que ha pasado. Pero se va a casar y lamentablemente durará poquito y ya está. La boda, yo te digo una cosa, eso está gafado, está gafado» afirma impresionado en declaraciones a Europa Press.
«Tamara será feliz, pero con otro amor. ¿Sabes lo que ocurre? Que con esta persona ha forzado mucho la boda, ha dicho que no y yo creo que le cae el karma. ¿Dijiste que 'no'? Pues no, cariño mío, no», sentencia, convencido de que aunque Íñigo le encanta «en todos los sentidos», no es para la marquesa: «Es guapísimo, muy simpático, muy alegre, muy tal y es lo que te digo, están emperrados, pero cuando él se vea en aquella casa rezando todo el día, 'Íñigo, vamos a rezar', 'Íñigo, bendice la mesa', Íñigo va a decir 'no cariño mío, se ha acabado ya todo, aquí ya no se reza más»'», augura.