Galicia estará las próximas dos semanas en el momento de mayor riesgo para alergias al polen
SOCIEDAD
Una red de cinco medidores monitorizan en todo momento la concentración en el aire. La comunidad gallega cuenta con dos momentos de riesgo: uno en marzo y el de junio, en el que predominan las gramíneas
13 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Un período de lluvia seguido de intenso calor, como el que está viviendo Galicia estos días, contribuye al desarrollo de las gramíneas y, por lo tanto, a mayor posibilidades de alergia. Por eso, las próximas dos semanas la comunidad estará en riesgo máximo por concentración de polen, que provoca sintomatología a alrededor del 24 % de la población: lagrimeo, estornudos, tos, congestión...
Galicia tiene una serie de peculiaridades en lo que a concentraciones de polen se refiere. La primera es que se encuentra justo en el límite entre el mundo meditarráeo y el atlántico, con lo que cuenta con una gran biodiversidad. Eso lleva también a que en vez de un solo pico, como ocurre en otros puntos de España, se producen dos momentos críticos: uno es a principio de temporada, en marzo y mediados de abril, derivado del polen de especies como los alisos y los abedules (que hay en gran concentración en Galicia) y otro en el mes de junio.
Además, las floraciones son un poco más largas en Galicia, que presenta las mayores concentraciones de polen a última hora de la tarde (hacia las 20 horas) mientras que en otros puntos de España esa concentración se da hacia las tres de la tarde.
En este segundo pico, las protagonistas son las gramíneas y las estrugas. Estas últimas, cuando comenzó el convenio para la medición, ni siquiera estaban en algunas de las pruebas de alergia, no se detectaba. Por eso es importante también tener mediciones precisas, porque no se trata solo de la concentración, sino del tipo de polen predominante en un área de Galicia: «A lo mejor tenemos una persona alérgica a la gramínea, pero el polen de es tipo a lo mejor en ese momento no tiene abundancia, con lo cual no tendría problema», explica la subdirectora xeral del Programa de Control de Riscos Ambientais para a Saúde, Inés Mato Naveiras.
A través de una red de estaciones en A Coruña, Santiago, Lugo, Ourense y Vigo y mediante un convenio con la Universidade de Vigo (en el que anteriormente también participó la USC), Sanidade monitoriza en todo momento las concentraciones de polen, lo que permite saber cuánto y de qué tipo está presente en el aire gallego. Se miden todos los tipos, no solo los alergénicos, lo que permitiría en un momento dado localizar pólenes emergentes y potenciales agentes alergénicos.
La Rede Galega de Aerobioloxía lleva en funcionamiento desde 1988 y su longevidad permite contar con un importante archivo de datos para mejorar las predicciones, que semanalmente se publican en la web del Sergas. En términos de salud pública, contar con información precisa permite a la población tomar medidas de prevención ante esperados incrementos en las concentraciones de partículas: ya sea tomarse el antihistamínico antes o tener en mente acciones como no salir a correr por la tarde (cuando más polen hay en el ambiente), subir las ventanillas o revisar el filtro del coche, ya que al tratarse de un cubículo cerrado favorece la sintomatología.
Además, es importante mantener la medición hasta el final de la temporada, en agosto, porque «a medida que avanza la estación polínica la gente tiene sintomatología con menor concentración de polen», explica el catedrático de la Facultade de Ciencias de la Universidade de Vigo, Francisco Javier Rodríguez Rajo.
«Una alergia es un fallo de nuestro organismo que reconoce algo que nos va a causar daño cuando no es así y reacciona de una manera desproporcionada». Rodríguez Rajo define rápidamente lo que es una alergia, que además necesita de exposición previa. La hipersensibilización al polen (que en realidad es la reacción a una proteína) también puede desencadenar alergias a otros vegetales que tienen la misma proteína.
De hecho, la población alérgica está aumentando, pero no solo al polen, sino a otras sustancias, especialmente la población infantil. Están también las alergias cruzadas y que las medidas de higiene han limitado la exposición de las poblaciones a diferentes sustancias. «También se diagnostica más», remarca Inés Mato.
El cambio climático también se deja ver en las alergias: las floraciones se ha adelantado (y de hecho se ha pasado de hacer predicciones desde mayo a adelantarlas a marzo). La estación polínica será cada vez más larga y sumado a que a medida que pasa el tiempo es menor la concentración necesaria para la hipersensibilización, habrá más días en los que las personas alérgicas deban tomar medidas preventivas.
Es más, en las posibilidades de desencadenar una reacción alérgica tiene mucho que ver el urbanismo. El hecho de plantar en parques y jardines unas especies y no otras pueden favorecer concentraciones de polén alérgenico. En Ourense, pone de ejemplo el catedrático de la Universidade de Vigo, la mitad de los árboles son oleáceas, y «el olivo es uno de los alérgenos más importantes».
Hay estudios que demuestran que las farmacias que más antihistamínicos venden son aquellas que están cercanas a parques y jardines. Es decir, una zona que está pensada para el esparcimiento y fomentar hábitos de vida saludable acaba convirtiéndose en un problema. «Debemos diseñar estrategias», afirma el catedrático. El problema es mayor en el área de Andalucía, con más oleáceas, por ejemplo, que en Galicia, donde el índice de alergicidad es bajo, precisamente, por la biodiversidad.
En cualquier caso, es necesaria una buena planificación de la vegetación que se introduce en las ciudades, lo que se conoce como jardinería hipoalergénica. «Cuando hablamos de biodiversidad parece que nos referimos a las Cíes y en grandes parques, pero la biodiversidad hay que mantenerla donde vivimos, que son las ciudades». Un ejemplo: en vez de tener mil plátanos de sombra, reducir esa cifra a 200 y utilizar otras especies que no produzcan alergia mantendría los niveles de polen bajos y por tanto, suavizaría las posibilidades de sintomatología de la población alérgica.