Muere Benjamín Urdiain, de Zalacaín, el primer cocinero de España con tres estrellas Michelin
SOCIEDAD

El reconocido chef navarro, que tenía 84 años, fue distinguido con el Premio Nacional de Gastronomía
15 ago 2023 . Actualizado a las 20:13 h.Benjamín Urdiain, el primer español que logró tres estrellas Michelin, murió el lunes en Madrid a los 84 años.
El reconocido chef navarro logró el triple estrellato llevando los fogones del mítico restaurante Zalacaín, donde dio de comer a mandatarios de todo el mundo y a una constelación de famosos, entre los que se encontraban Maria Callas, Marlon Brando, Jean Paul Belmondo, Jeanne Moreau, Anthony Quinn, Gregory Peck o Farah Diba, la mujer del sha de Persia.
Nacido en 1939 en la localidad navarra de Ziordia, de donde era hijo predilecto, la historia de Urdiain camina ligada al matrimonio, también navarro, formado por Jesús Oyarbide y Consuelo Apalategui, que en 1973 abrían en Madrid Zalacaín, convirtiéndose enseguida en el gran templo de la gastronomía de la capital de España. Allí ejerció de jefe de cocina y alcanzó la cumbre de su carrera llevando a la alta cocina el recetario clásico español, desde el bacalao ajoarriero hasta la menestra.
En 1987 Zalacaín alcanzó la cima con la tercera estrella Michelin, el primer restaurante español en conseguirlas. Por aquel entonces solo había 27 restaurantes en Europa con esa distinción.
Hijo de labradores, con 17 años Urdiain marchó de su Ziordia natal a San Sebastián, donde dio sus primeros pasos en un restaurante de la parte vieja. Aprendió de la cocina francesa en Biarritz, Bayona, Pau y París, donde trabajó en el Plaza Athénée, uno de los restaurantes más prestigiosos de la capital gala. Ya de vuelta en el País Vasco, recaló en Artagán, en Bilbao, antes de la llamada de los Oyarbide para liderar Zalacaín, bautizado así en homenaje a la novela de Pío Baroja. Pasó casi 30 años al frente del restaurante, donde dejó de ejercer como cocinero hace once años. Galardonado con el Premio Nacional de Gastronomía, en 2002 también fue condecorado en Lyon por la Academia Internacional de Gastronomía con el Gran Premio a la Memoria y Gratitud. «¿Un manjar? Comer mientras mi mujer fríe unas anchoas para mí es un regalo. O una buena merluza rebozada... porque en esta casa cocino yo a diario», le dijo al periodista Julián Méndez en una entrevista publicada hace cuatro años y en la que, entre sabrosas anécdotas con Gregory Peck, le confesó su sueño de niño: ser cocinero.