El lotero de Almería que escondía décimos por su barrio y bajo el mar vende un boleto del gordo
SOCIEDAD
Jesús Ibáñez asegura que dar el mayor premio del Sorteo Extraordinario de Navidad es «la meta, el objetivo y lo que da sentido» a la labor de los despachos
22 dic 2023 . Actualizado a las 17:36 h.Jesús Ibáñez, el lotero de la administración La Trece de Almería que se hizo popular en los últimos años por esconder décimos para el Sorteo Extraordinario de Navidad por su barrio para fomentar la participación entre los vecinos, ha sido uno de los que este viernes repartió suerte al vender un décimo del 88008, agraciado con el gordo.
El lotero de esta zona en torno a la calle Artés de Arcos de la capital, que este año llevó su iniciativa de Se busca el gordo hasta debajo del mar, ha ido aumentando la cuantía de los premios que ha dado cada año con el sorteo, ya que en el 2022 vendió uno de los cuartos premios, mientras que en el 2021 repartió 8,5 millones de euros con el tercero.
«Nos da mucha ilusión y mucha alegría haber podido dar este premio», indicó en declaraciones a Europa Press nada más enterarse de que había vendido un décimo por ventanilla, apenas unos instantes después de que los niños de San Ildefonso cantaran este tardío primero premio. «Este año ha sido un décimo, el año que viene queremos dar el gordo con más cantidad», apuntó Ibáñez, quien asegura que dar el mayor premio del Sorteo Extraordinario de Navidad es «la meta, el objetivo y lo que da sentido» a la labor de los despachos.
La locura se ha apoderado de esta administración almeriense, donde han podido descorchar el cava para celebrar el premio. «Hemos estrenado mascota, que también nos ha traído suerte», añadió el lotero, feliz, junto con la herradura diseñada por maestros falleros que exhiben en el establecimiento.
Dentro de su campaña, La Trece llevó este año sobres hasta el fondo del mar almeriense, donde se ocultaron diez participaciones del 90541 para que fuera encontrado por buceadores federados en la zona de El Palmer. Bajo la premisa de que «la suerte puede estar escondida en cualquier sitio», el lotero aprovechó varias de las localizaciones y elementos singulares que se encuentran en la costa almeriense para ocultar los vales canjeables por los décimos de lotería, entre ellos, «una moto hundida, un buda, un barco, una figura de la Virgen del Mar o un león».
Fuera del agua, Ibáñez ha vuelto a esconder por todo el mobiliario del barrio otros veinte décimos —cuatro cada día— para que fueran hallados entre el 11 y el 15 de diciembre, con el objetivo de repartir nuevamente la suerte entre sus vecinos. La administración también ha mantenido su iniciativa solidaria al regalar uno de los décimos a una entidad, sentido en el que este año se ha decantado por hacer partícipe a la asociación de personas con discapacidad A toda vela porque «hacen una labor encomiable de integración social».