Sus actividades como hombre de confianza del dictador Trujillo fueron mucho más oscuras que sus aireadas relaciones con las mujeres. A él nadie podría llamarle truhan del amor, como esos que ahora acechan desde las redes en busca del bolsillo de corazones solitarios: su fama ya le precedía. En asuntos de faldas, eso sí, Rubi ganaba siempre.
31 ene 2024 . Actualizado a las 13:46 h.«No tengo prejuicios: rubias, morenas... todas son encantadoras, pero siempre busco la ideal». Así describía el propio Porfirio Rubirosa (1909-1965) su enamoradizo carácter en una crónica que publicó La Voz a comienzos de los cincuenta.
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