El heredero al trono acude a los premios Bafta por primera vez sin su esposa, Kate Middleton, y asegura que este año ha podido ver pocas películas
19 feb 2024 . Actualizado a las 19:47 h.Los premios Bafta, los Goya del cine británico, han sido en los últimos años una de las noches en las que Kate Middleton desplegaba todo su glamur. Si habitualmente viste con ropa seria y clásica, para la noche del cine solía concederse un respiro y adoptar un estilo más propio de Hollywood. El año pasado lo hizo con un espectacular vestido y unos enormes pendientes de Zara.
Pero este año no ha podido ser. Con ella todavía convaleciente, el príncipe Guillermo ha tenido que acudir solo y con cara circunspecta a la entrega de premios que reúne a los principales intérpretes y directores. Mientras la princesa de Gales prosigue con la recuperación de su enfermedad, su marido afronta algún que otro acto en solitario, aunque ha reducido su agenda considerablemente.
El domingo por la noche disculpó la ausencia de su mujer asegurando que a ella le encanta esta ceremonia. También reveló que los dos suelen ver juntos cada año las películas nominadas, aunque este año la sucesión de contratiempos de salud que se viven en su familia lo han dejado sin tiempo. «Este año ha sido el que menos películas he visto. Tengo otras cosas en la cabeza», aseguró Guillermo, que se sentó en el patio de butacas al lado de Cate Blanchett y departió con las candidatas a mejor actriz revelación
Kate Middleton recibió el alta hospitalaria a finales de enero y desde entonces prosigue con su recuperación en su hogar, en Windsor. Según informó la casa real, la princesa de Gales había permanecido catorce días ingresada en The London Clinic tras ser sometida a una cirugía abdominal de la que el palacio no ofreció más detalles para mantener su privacidad. No está previsto que pueda retomar sus actividades y reaparecer en público hasta la próxima Semana Santa.
A pesar del veto establecido ante cualquier información sobre la salud la princesa, hace días salieron a la luz informaciones sobre la misteriosa operación que la mantuvo catorce días ingresada y sobre las graves complicaciones que sufrió tras la operación y que obligaron a prolongar su ingreso.
La princesa de Gales coincidió en el hospital con su suegro, Carlos III, que fue operado de un agrandamiento de la próstata en el mismo centro hospitalario. Fue a raíz de las pruebas que se le practicaron para esa intervención cuando se descubrió que el monarca padece otro tipo de cáncer no relacionado.