Las monjas de Belorado tienen unos días para retractarse de abandonar la Iglesia católica antes de ser excomulgadas

La Voz BURGOS / EFE

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Tres monjas del convento de Belorado, acompañadas del falso cura José Ceacero, salen del Juzgado de Burgos tras querellarse contra el Arzobispado por abuso de poder.
Tres monjas del convento de Belorado, acompañadas del falso cura José Ceacero, salen del Juzgado de Burgos tras querellarse contra el Arzobispado por abuso de poder. Santi Otero | EFE

El Arzobispado de Burgos afirma que el grupo de religiosas deben responder por una acusación de cisma ante un tribunal eclesiástico

10 jun 2024 . Actualizado a las 13:45 h.

La Iglesia católica ha dado entre diez y quince días de plazo para que diez de las monjas «rebeldes» de Belorado ratifiquen su decisión de renegar de la Santa Sede para seguir a al falso obispo, Pablo de Rojas, lo que conllevaría a su excomunión.

Fuentes del Arzobispado de Burgos, entidad responsable de solucionar el asunto, explicaron a Efe que diez de las quince monjas deben responder de una acusación de delito de cisma ante un tribunal eclesiástico. Las otras cinco son las más mayores y no se han expuesto públicamente, por lo que han decidido dejarlas al margen.

Las diez religiosas deberán aclarar una a una si ratifican su salida de la Iglesia católica, tal como anunciaron el pasado 13 de mayo con un manifiesto de setenta páginas, o si se retractan.

La decisión final de romper con la Iglesia es un acto individual, pues no se puede excomulgar a un grupo, sino que la excomunión es individual. El plazo que ha dado el Arzobispado es de quince días naturales desde el pasado viernes 7 de junio, menos para tres de ellas que es de diez.

Estas tres religiosas con menos plazo, entre ellas la que ejercía de abadesa, firmaron una denuncia contra el arzobispo burgalés, Mario Iceta, acusándole de abuso de poder, usurpación de representación legal y vulneración del derecho de libre asociación.

En primera fila, la secretaria federal de las Hermanas Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu , hermana Carmen Ruiz (i) y la presidenta federal de la federación, Madre María Javier Soto (d) y en segunda fila, el vicario judicial de la archidiócesis de Burgos, Donato Miguel Gómez Arce (i) y el arzobispo de Burgos, Mario Iceta (d).
En primera fila, la secretaria federal de las Hermanas Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu , hermana Carmen Ruiz (i) y la presidenta federal de la federación, Madre María Javier Soto (d) y en segunda fila, el vicario judicial de la archidiócesis de Burgos, Donato Miguel Gómez Arce (i) y el arzobispo de Burgos, Mario Iceta (d). Tomás Alonso | EUROPAPRESS

La Santa Sede nombró a Iceta comisario pontificio, con plenos poderes sobre los monasterios de estas monjas, que reclamaron la tutela de la secta del falso obispo Pablo de Rojas, la Pía Unión Santo Pablo Apóstol, que, entre otras particularidades, considera último papa legítimo a Pío XII, fallecido en el 1958.

De Rojas y el exbarman y supuesto cura José Ceacero se encuentran dentro del monasterio de Belorado, aunque el Arzobispado ha pedido que lo abandonen.

Los decretos de excomunión deberán ser firmados por el propio arzobispo Mario Iceta si las religiosas, finalmente, no se retractan. El Arzobispado reconoce que están viviendo toda esta situación «con cierta pena» pues afirman haber tenido la mano tendida desde el primer momento y el caso acabará en los tribunales, dada la denuncia interpuesta por las religiosas, cuando han querido resolverlo con« diálogo y cordialmente».

Cuentas «tuteladas»

Fuentes del Arzobispado han explicado a Efe que, además, las cuentas de las clarisas se encuentran «tuteladas» por la institución y aseguran que esta medida se encuentra dentro de las funciones de Mario Iceta como comisario pontificio, negando la «usurpación» del dinero por el que le acusan las clarisas.

Han insistido en que ni se les ha usurpado el dinero ni se les ha robado, que sigue en las cuentas, de las que se continúan pagando nóminas y domiciliaciones, y que no se les ha dejado sin recursos, pues pueden solicitarlos a través de la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu.

La comisión delegada que visitó el jueves 6 de junio el monasterio de Belorado contó con una notaria, la única a la que recibieron las religiosas y que fue la encargada de hacerles llegar las comunicaciones y los requerimientos oficiales. Al resto de la comisión no se les permitió dialogar con las religiosas y fue expulsada del inmueble.

El primero de ellos, que las monjas clarisas disponían de dos días hábiles, plazo de termina hoy lunes, para entregar una copia de las llaves del monasterio al Arzobispado, aunque no se les ha pedido que abandonen el inmueble.