Así captaba la secta del fin del mundo a sus adeptos: «Les decía que sus personalidades eran tumbas de las que había que salir»

Manuela Viñales, R. R. LA VOZ

SOCIEDAD

GUARDIA CIVIL | EFE

El psicólogo que atendió a varias víctimas de la organización que acaba de desarticular la Guardia Civil  explica que el líder del grupo los manipulaba para que rompieran con sus vínculos familiares. También usaba a su hijo de cinco años para retener a los fieles

15 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque hay aproximadamente 300 sectas en España, Evol es lo cualquiera se imaginaría cuando se habla de una. Es decir, un líder poderoso que se autodenomina «salvador» de la humanidad, una localización remota y de difícil acceso y súbditos aislados del mundo exterior.  El mesías era Igor, el jefe de una secta destructiva que anunciaba el fin del mundo y que fue desarticulada este viernes en el municipio zaragozano de Escatrón que culminó con la detención del líder y de tres mujeres que ejercían de colaboradoras. fu A través de manipulaciones, agresiones físicas y verbales lograron formar una comunidad con adeptos que habían sido forzados a abandonar a sus familias. 

Miguel Perlado, psicólogo clínico, especialista en dinámicas sectarias y fundador de Asociación Iberoamericana Investigación Abuso Psicológico (AIIAP), trató a pacientes provenientes de esta secta. Comenta que Evol comenzó a funcionar en el 2015 en la provincia de Lérida, en Cataluña. Por probables revuelos Igor, el líder,  se vio obligado a escapar de allí. Su misión era alcanzar un lugar ideal para vivir y formar una comunidad. Encontró su espacio en Escatrón, Zaragoza. 

 Igor no poseía educación sanitaria, ni formación alguna. Tenía una trayectoria errática, con problemas de drogodependencia. Pero en Ibiza descubrió su «camino». Es decir, un sistema astrológico llamado Diseño Humano. Esta presunta doctrina consiste en el entendimiento de la naturaleza natural y psicológica. Un medio para explorar la trayectoria personal que deriva de la secta de Osho. Tomando esta filosofía como punto de partida, desarrolló un sistema propio: prometía alcanzar un nuevo estado de consciencia, aseguraba que estaba en conexión con el sistema y con energías. Él ayudaría a las personas que lo siguieran a lograr una transformación y un nuevo estado de consciencia. Todos sus seguidores estarían preparados para dar este salto.

 El psicólogo lo describe como un gurú típico, con una gran capacidad de seducir y capturar los estados emocionales, de desarrollar fraseología con sentido, y de deslumbrar a las personas. Un punto clave que destaca Perlado es «la alternancia entre una emotividad seductora y una irascibilidad impredecible que despertaba en las personas un aumento de vulnerabilidad». Así, lograba crear una relación de dependencia y sumisión; las personas creían realmente en la transformación. El especialista describe al fundador de la secta como «un narcisista espiritual altamente desmedido, con una autorreferencialidad absoluta», que a través del control coercitivo lograba convencer a las personas de unirse. 

 «Afirmaba que las personalidades se corresponden a unas tumbas de las que había que salir», dice Perlado. De esta manera, atraía a personas que estaban interesadas en la espiritualidad, en el crecimiento espiritual o que estaban viviendo una crisis personal. Apuntaba al lado emotivo de las cosas, decía que «la razón se conecta con la energía del abandono», y que todos debían «entregarse al grupo». Solían ser personas de entre 25 y 45 años, ya que, aunque los adolescentes son las personas más susceptibles a las sectas, el supuesto líder necesitaba que sus súbditos tuvieran dinero para pagar sus cursos

Pero, ¿cómo los captaba?  «Lo que yo he observado en los años que he ido siguiendo a este señor y también después de haber atendido a algunas personas que pasaron por ahí, es que fundamentalmente atraía a personas que o bien estaban interesadas por la espiritualidad, o bien por el crecimiento personal, o bien que atravesaban algún problema emocional, o bien que querían profundizar en sí mismas», relata el psicólogo que atendió a varias víctimas.  

Al principio se daba a conocer a través de cursos de entre 3 y 5 días. En ese espacio, el gurú introducía el tema de las energías variadas y la posibilidad de un crecimiento personal. Sus talleres tenían sentido para las personas relacionadas con el New Age, por eso no desconfiaron de nada. Después de ese primer acercamiento, promovía una estancia de 9 meses en su finca, tiempo que se correspondía con las 9 enseñanzas que él debía transmitirles para abrir su mente.  Los talleres mínimos costaban 150 euros, pero por la estancia en los bungalows también había que pagar. A su vez, convencía a su comunidad de que debían colaborar para un proyecto conjunto, de esta manera, poco a poco, lograba sacarles cada vez más dinero. 

 Su filosofía se basaba en la idea de que todas las personas están viviendo en un estado de supervivencia. De esta manera, no lograban alcanzar el desarrollo de su consciencia. Las personas están «dominadas por energía del abandono». Pero no debían preocuparse, él los ayudaría a alcanzar esa nueva consciencia.Utilizaba su propio ejemplo para mostrar la transformación posible: supuestamente estuvo 14 años internado, pero logró su transformación, era la prueba viviente de eso.

 La cantidad de gente que vivía en la finca era variable, ya que muchas personas realizaban cursos de algunos meses y luego regresaban a sus hogares. Sin embargo, había aproximadamente una veintena de personas. La retención en el espacio no fue instantánea. A través de mecanismos de manipulación lograba que las personas rompieran sus vínculos familiares. Paulatinamente los convencía de cómo las familias llenan a las personas de energía de abandono, que buscan mantenerlos en el sistema de supervivencia, y que para poder crecer hay que romper los lazos. Son medidas de convencimiento progresivas, que sumado a la gran cantidad de actividades que las personas debían realizar para dejarlos sin tiempo disponible, y al control de la comunicación lograba que los individuos terminaran rompiendo los lazos. Una vez realizada la ruptura, él afirmaba que era un paso necesario para alcanzar la consciencia.

A su vez, el núcleo de la secta estaba creado por Igor, su madre, su hijo de 5 años, la madre del niño y una mujer con la que tuvo una aventura. La figura de su hijo era crucial: funcionaba como una extensión de los mensajes mesiánicos del padre, era quién muchas veces hablaba con las personas y les reforzaba el mensaje divino.

 El tema de la mujer era clave para su grupo. Se dirigía especialmente hacia ellas ya que son más abiertas a las emociones y a las experiencias de conocimiento personal. «Las insultaba abiertamente: “sois unas putas”, “nos vas a matar”, “has traído la energía del abandono de afuera”», les decía.

Perlado comenta que «yo tiendo a decir que lo que hace es institucionalizar el abuso y el control». Pero, también sostiene que basándose en evidencia clínica los gurús suelen creer sus cuentos. Está convencido de lo que dice, y ahí radica un problema grande, ya que su carisma radica en el grado de convencimiento y en grado de arrastre de las personas.

 Perlado sostiene que, aunque la secta se formó en el 2015, no hubo denuncias previas por el trabajo y la violencia paulatina que realizó el fundador de EVOL. Los ataques violentos y la irritabilidad fueron escalando «hasta que las personas al final revientan porque es tal el nivel de maltrato verbal que desean salir», comenta el especialista.

 Según los responsables de la operación de la Guardia Civil que llevó a la desarticulación del grupo, bautizada como Mileniocat, dado el origen inicial de las primeras denuncias, el fundador de la secta difundía un discurso catastrofista para anunciar que en el año 2027 la sociedad actual iba a desaparecer, y que él era la única persona que tenía el conocimiento suficiente para salvar a los miembros de su grupo y establecer «el nuevo mundo».

Con el fin de establecer sus enseñanzas, el líder no dudaba en servirse de medios violentos y vejaciones para castigar cualquier intento de contactar con el exteriorr, que llevaba a cabo delante del resto de integrantes del grupo para atemorizar y ejercer finalmente un control absoluto sobre todos los miembros captados.