El futuro real decreto también implantará las cajetillas genéricas y sin distintivos y prohibirá los aromas de los cigarrillos electrónicos
21 nov 2024 . Actualizado a las 17:49 h.El Ministerio de Sanidad se dispone a reducir y establecer límites máximos al contenido de las bolsas de nicotina, un producto que cada vez consumen más los jóvenes, y también a prohibir los aromatizantes en los cigarrillos electrónicos, que se consideran como unos de los cebos de los fabricantes para enganchar al hábito tabáquico a las nuevas generaciones. Lo hará en la misma reforma legal que obligará a que todas las cajetillas de cigarrillos sean idénticas, lo que se conoce como el empaquetado genérico.
Son las tres principales novedades del borrador de real decreto que el ministerio sacó este jueves a información pública y con el que cambiará la regulación de determinados aspectos de la fabricación, presentación y comercialización del tabaco y sus productos relacionados. Es el primer paso legal para cumplir con el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027, la hoja de ruta gubernamental, aprobada en abril pasado, que busca acorralar un hábito pernicioso que causa 50.000 muertes anuales en España, una cada diez minutos. En pocas semanas se conocerá el segundo gran paso, el borrador de ley que ampliará la prohibición de fumar o vapear en lugares públicos como podrían ser las terrazas o las marquesinas y que restringirá la venta y publicidad de los cigarrillos electrónicos, con o sin nicotina, y con la que podría prohibir los productos que son desechables.
Esta reforma legal, que antes de que la apruebe el Consejo de Ministros deberá recibir las alegaciones de autonomías y órganos consultivos, establece un período de transición para fabricantes y comercializadores, para que una vez entre en vigor se puedan adaptar a las nuevas obligaciones. Los fabricantes tendrán diez meses para adaptarse a las nuevas normas de etiquetado, envasado y fabricación y los comercios contarán con un año para vender los productos que aún tengan en stock bajo la normativa anterior.
El nueva norma regulará por vez primera dos categorías de productos del tabaco, como son las bolsas de nicotina y los artículos a base de hierbas calentadas, como los usados para fumar en las cachimbas. Impondrá a estos productos requisitos de seguridad, de etiquetado y de comercialización. Entre ellos estará la limitación del contenido de cada bolsa de nicotina a una dosis máxima de 0,99 miligramos por sobre.
Uno de los cambios más llamativos es la obligación de que todas las cajetillas de cigarrillos y de tabaco de liar tengan un empaquetado genérico, algo que en la veintena de países que se ha aplicado en la última década se ha comprobado que rebaja el consumo y reduce la atracción de nuevos adictos, especialmente jóvenes. Con la reforma, las cajetillas y envases deberán eliminar los logos, colores y diseños que identifican a marcas, los distintivos que apelan al estatus económico o social del fumador. Todas pasarán a ser iguales (habrá dos tonos), con idéntico tipo de letra para el nombre y con el protagonismo absoluto para la imágenes y lemas que recuerdan que el tabaco mata. Con este cambio se liquida, según defienden los expertos, el último resquicio publicitario y se amplifican los mensajes de riesgo, rebajando el atractivo de fumar y facilitando al abandono.
La segunda restricción, reclamada también por todas las sociedades médicas, prohíbe el uso de aromatizantes en los cigarrillos electrónicos, permitiendo solo los aromas de tabaco. Busca evitar que los sabores y olores artificiales, que recuerdan a frutas o golosinas, hagan atractivos para los jóvenes unos productos que se consideran lesivos para la salud.
El gancho para los adolescentes
Estos aromatizantes y sabores son considerados por los expertos como un gancho para captar a adolescentes y jóvenes, que en los últimos años se han convertido en grandes clientes del vapeo. Los últimos estudios indican que uno de cada cuatro niños de 12 y 13 años ha vapeado, proporción que escala hasta el 50 % entre los jóvenes. Su uso por los adolescentes españoles se ha duplicado en un lustro, hasta el punto de que las autoridades sanitarias consideran a estos productos la puerta de entrada al tabaco tradicional, al que se suman unos 460 chicos cada día.
Por esa misma razón, el futuro real decreto regulará por primera vez los cigarrillos electrónicos sin nicotina. Se le imponen obligaciones de etiquetado, como la inclusión de una lista de ingredientes, la presencia de advertencias sanitarias del tipo a «consumir este producto es nocivo para su salud« y a aportar un prospecto informativo con datos sobre el uso, almacenamiento, contraindicaciones y posibles efectos adversos. Todos los productos del tabaco y relacionados deberán modificar su etiquetado para mejorar la información disponible para los consumidores, incluyendo advertencias sanitarias más claras y completas.