Dominique Pelicot, usado como escudo por la defensa de otros acusados: «Es un fabricante de violadores»
SOCIEDAD
Este jueves tomaron la palabra abogados de encausados a los que se les atribuye haber agredido sexualmente a la víctima en varias ocasiones
06 dic 2024 . Actualizado a las 09:00 h.En el juicio de Mazán, este jueves se concedió la palabra a abogados de acusados que acudieron a casa de Gisèle Pelicot para violarla en varias ocasiones. Su estrategia en el tribunal de Aviñón fue girar el foco hacia Dominique Pelicot, el hombre que confesó haber sedado a su mujer durante años para ofrecérsela en su propia casa a decenas de hombres mientras ella estaba en estado comatoso.
El defensor de un camionero de 45 años que abusó de víctima seis veces entre los años 2016 y 2020 lamentó que se pidan diecisiete años de cárcel para su cliente. «No se le han requisado imágenes de pornografía infantil, algo que sí ha ocurrido con otros procesados, y él no ha sometido a nadie químicamente», argumentó. También comparó la pena solicitada con la que se pide para Dominique Pelicot, que se expone a veinte años de prisión «por sus conductas abyectas», como indicó literalmente el fiscal.
«Estado de subyugación»
La estrategia de la defensa de Jérôme V., empleado de una tienda de alimentación que también agredió seis veces a Gisèle, fue apuntar al principal encausado, el marido de la víctima. «Cayó en las grietas de Dominique Pelicot, es un fabricante de violadores», aseguró, añadiendo que su cliente estaba en una «situación de subyugación».
Además, los abogados de la defensa, sabedores de que este caso se ha convertido en un símbolo contra los agresores sexuales, elogiaron a Gisèle, pero apuntando que «no se puede esperar un veredicto ejemplar» ni juzgar el asunto «como si fuera una causa social». Pero los medios franceses se refieren al proceso como «el juicio de la década».
Por otra parte, una periodista del diario Le Figaro que asiste a las audiencias habló sobre el impacto que le supuso ver los vídeos de las violaciones. «Es una apnea del horror. Cuando vimos de cuatro a seis vídeos de violaciones al día, terminamos un poco mareados», explicó Margaux d’Adhémar. «Son imágenes que permanecen ancladas a nosotros. Vemos a un ser, como un cadáver, tumbado en su cama y roncando. Las imágenes atestiguan el estado de letargo total de Gisèle Pelicot», afirmó.