El retraso en un vuelo desde Mallorca dejó tirados a 180 jubilados gallegos en el aeropuerto más de seis horas
SOCIEDAD
Se trata de un viaje del Imserso cuyo vuelo de regreso a Santiago debería haber salido a las 9.00 de la mañana y terminó haciéndolo a las 15.50 horas
25 mar 2025 . Actualizado a las 17:34 h.El vuelo AP5505, de Alba Star, que debería haber salido a las 9.00 horas de la mañana de Mallorca con dirección a Santiago se ha aplazado hasta las 15.50 horas. Este retraso de más de seis horas ha dejado tirados en el aeropuerto de la isla balear a 184 jubilados gallegos que esperaban regresar a Galicia esta mañana de su viaje del Imserso. «Nos levantamos a las 4.00 de la mañana para llegar al aeropuerto y cuando llegamos nos encontramos con esto», ha exclamado María Esther, una de las afectadas. El avión aterrizó en la capital gallega después de las 17.00 de la tarde, con sus pasajeros «agotados», como ha añadido esta vecina de A Coruña.
La jubilada gallega, que viajó a la isla junto a otros tres amigos en la excursión organizada por el Imserso, ha asegurado que no recibieron mucha más información que los avisos de retrasos progresivos de su vuelo. «El avión iba a salir a las 9.00 de la mañana, luego a las 10.30, luego lo cambiaron para la 13.00 y ahora parece que a las 14.35», asegura. Finalmente este abandonó el aeropuerto de Palma de Mallorca una hora más tarde, a las 15.50.
María Esther indica que la situación entre los pasajeros era «tremenda» durante la espera. «Estamos muy nerviosos, incluso hay un hombre que se ha atragantado», clamaba la jubilada visiblemente alterada mientras estaba aún en la terminal de Mallorca, antes de dar «gracias a dios» por no tener ninguna cita a la vuelta.
Según la usuaria del Imserso, en dichos avisos les informaron solo de que el avión que les iba a trasladar a la comunidad gallega tenía algún tipo de problema técnico y que les iban a enviar otro vuelo desde Madrid. Posteriormente les indicarían que el aeroplano con el que viajarían llegaría desde Santiago. «Estamos aquí y no tenemos a nadie que nos dirija», reclamaba.
«Lo único que nos dieron fue un vale para tomar un café por la mañana y ahora otro para la comida», clama María Esther, que indica que el boleto para la alimentación es insuficiente. «No nos llega, porque el bocadillo cuesta de quince euros para arriba, y si luego pides un agua, pues ya casi son veinte. Y el vale es de doce euros», añade.