Un vino «top» de O Condado se hizo con el oro en el certamen del Albariño
SOMOS AGRO
Pazo de Rubianes se llevó el segundo premio y Bouza do Rei el tercero en el concurso de Cambados, en el que triunfó el Prima Porta
07 ago 2023 . Actualizado a las 15:05 h.«Non sei se dicir que este é o recoñecemento máis desexado por adegas como a nosa, pero dende logo é un dos máis desexados». Con esas palabras recalcaba ayer Pablo Estévez, el enólogo de Reboreda-Morgadío el orgullo que esta bodega de Crecente (O Condado) experimentaba por haber ganado el primer premio en el concurso de vino organizado en el marco de la Festa do Albariño de Cambados. Su elaboración Prima Porta, uno de los «vinos top» de la casa, ha cosechado el oro del certamen cambadés, y el reconocimiento tiene mucho mérito: todo el panel de expertos que tuvo que seleccionar a los ganadores entre las 56 elaboraciones que aspiraban al título, aseguraban tras cumplir con su deber que les había resultado complicado. «Yo buscaba que aporte una singularidad, que aporte algo más. Y he encontrado tres vinos que me aportaban eso. Y he tenido la dificultad de por cuál decantarme», señalaba uno de los expertos, Pepe Ferrer.
Junto al Prima Porta del Condado, al podio de los vinos albariños subió en segundo lugar el Pazo de Rubianes. María Ozores reconocía que el premio no le había sorprendido. «Lo esperábamos, es un vino espectacular», señala la representante de la que es la mayor finca de albariño de O Salnés. En esta misma subzona de la Denominación de Origen Rías Baixas se iba a quedar el tercer vino premiado en esta ocasión. Se trata de Bouza do Rei. Isidoro Serantes, el presidente del Consello Regulador Rías Baixas, es la cara visible de la bodega que elabora este vino, y no ocultaba la satisfacción que le producía recoger este galardón., que no hace más que reforzar la idea de que «estamos facendo as cousas ben».
Los vinos premiados fueron los mejores entre los mejores, porque los expertos aseguran que todas las elaboraciones presentadas el concurso rozaban la excelencia. Algunos de esos expertos explicaban, tras las catas, que «el gran secreto del albariño es que te pide más», en palabras de Kristell Monot. Más y mejor, porque, según señalan otros de los integrantes del panel de expertos, desde Rías Baixas se está realizando un gran esfuerzo «sobre los blancos, mejorándolos, haciéndolos más gastronómicos para que puedan atender a la hora de servirlos en la mesa, muchos perfiles, un abanico muy amplio de la gastronomía».
La apreciación de los expertos fue reiterada ayer por las Damas y Cabaleiros do Albariño que tomaron la palabra durante el Xantar con el que cada año se le pone el broche de oro a la fiesta. Entre esas voces sonó la de Nava Castro, diputada provincial, quien destacó que, a estas alturas, «non hai recuncho do mundo non que non se coñeza este viño» blanco. Y eso, recalcó, se debe sobre todo a las personas que trabajan en un sector que es un auténtico motor para la economía de la zona. El vino y el enoturismo, señaló, «ten futuro e fai país».
El conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, que ayer fue nombrado Cabaleiro del Capítulo Serenísimo, también tomó la palabra a la hora de los postres y aseguró que el albariño marida bien con todo, «tamén co Cocido de Lalín», dijo haciendo un guiño a su patria chica.
La solemnidad de las capas
Uno de los actos principales del domingo del Albariño gira alrededor del Capítulo Serenísimo y de las nuevas Donas y Cabaleiros. El acto, oficiado por el Gran Mestre Alberto Núñez Feijoo, sirvió para dar entrada en este grupo de defensores del príncipe de los blancos a Ricardo Alfonsín, Luis Rojas Marcos, Ana Rodríguez y Lucía Rodríguez. Durante su intervención en el acto, Feijoo no evitó realizar alguna alusión velada a la situación política de España.
Lago aplaude el trabajo de quienes hacen posible la fiesta «máis grande entre as grandes»
El alcalde de Cambados, Samuel Lago (PSOE), destacó ayer la Festa do Albariño como «a máis grande entre as grandes». Grande por el bullicio que llena las calles, en las que este año han sonado con fuerza acentos que apuntan a la internacionalización de los visitantes. Grande por el volumen de negocio que supone para los comercios y los negocios de hostelería de la localidad. Grande, por el producto al que se rinde tributo, que ha sabido conquistar mercados de todo el planeta. Y grande, también, por la sensatez demostrada por quienes asistieron a un evento que se cerró sin tener que lamentar problemas ni incidencias graves.
Toda esa grandeza nace, recordó el alcalde de Cambados, del trabajo de mucha gente. De los viticultores que trabajan la tierra y se esmeran por cosechar las mejores uvas. Del personal de las bodegas que lleva años demostrando su calidad, y en general de un sector que ha sabido modernizarse y convertirse en un ejemplo, al amparo de la denominación de origen Rías Baixas. Pero más allá del vino, hablando de la fiesta, Samuel Lago quiso dedicar también unas palabras de agradecimiento a todo el personal municipal que, desde hace semanas, ha vivido volcado en la organización de un evento gigantesco. Desde los policías a los operarios de obras, nadie se ha quedado de brazos cruzados durante estas jornadas de extenuante trabajo.
Hoy lunes, llegará la hora de ponerse a hacer balance y a echar cuentas. Llegará el momento de contar catavinos vendidos y botellas comercializadas, de calcular el número de personas que llenaron Fefiñáns para asistir a los grandes conciertos allí programados, de evaluar cuánta gente siguió el desfile del Capítulo Serenísimo... Ayer, domingo, en Cambados no había ganas de hacer esos números: aunque la animación seguía siendo evidente en las calles, la tarde del domingo se afrontaba como patrimonio de los vecinos y vecinas de una localidad que durante toda la semana ha acogido a quienes la visitaban con los brazos abiertos. A falta de datos, la sensación que ha dejado la fiesta en Cambados es que este año ha habido una gran cantidad de gente desde el principio, relajándose ligeramente el fin de semana. El Concello considera que, a pesar de los momentos multitudinarios, la descentralización de los actos ha permitido hacer la convivencia en las calles mucho más llevadera.