Dos vecinos de O Baixo Miño dejaron sus trabajos en Vigo para montar junto a otros dos socios más Vivaz Plant, una cooperativa agrícola que además de cultivar manzana apuesta por el mantecoso oro verde
11 jun 2021 . Actualizado a las 01:38 h.Cambiar de estilo de vida es posible. Ejemplos hay unos cuantos y uno de ellos lo encarnan Antonio Tartaglione y Juan Ángel Pérez, dos emprendedores con raíces familiares en O Baixo Miño que llevaban años soñando con dejar sus trabajos en Vigo y regresar a la tierra de sus ancestros.
Hace seis años lo hicieron realidad poniendo en marcha Vivaz Plant Cultivos Miñotos, una cooperativa agraria con una vertiente social que añade a su tarea la contribución a la conservación del medio ambiente. «De hecho nació con esa idea, no solo para ganar dinero, sino también aportar un granito de arena a nuestra tierra ya que estamos en una comarca agrícola y nuestros ancestros siempre tuvieron cultivos para autoconsumo», explica reflexionando sobre el abandono paulatino que sufrió, sobre todo en los años 80 y 90, y tiene mucho que ver con las diferentes expectativas de hijos y nietos que optaron por otras vías laborales incorporándose a sectores como la industria, la construcción o los servicios en núcleos urbanos. «Yo trabajé durante muchos años en una asesoría fiscal en Vigo y mis compañeros en el área comercial, siempre yendo y viniendo de la ciudad al campo donde seguimos viviendo, y con la espinita clavada al tener una tierra tan rica delante», cuenta.
Ese runrún les llevó finalmente a poner en marcha un proyecto que además, veían como una forma de dinamizar como en tiempos los cultivos en O Baixo Miño, tierra de kiwis, buscando un efecto dominó al que en su imaginación se irían sumando otros jóvenes agricultores que se animarían a hacer más cosas.
Por ahora los animados son ellos y no les va nada mal. «Empezamos Juan Ángel y yo y más tarde se sumaron Santos Rodríguez y Joaquín Álvarez. «Buscamos dos socios con más experiencia en el campo, porque aunque para nosotros no era ajeno, ya que nos criamos en él, pero eso lo pierdes y queríamos perfiles profesionales porque esto va muy en serio», afirma.
A partir del 2015 empezaron a poner el radar, a viajar, asistir a charlas, conferencias, atentos a todo, estudiando por dónde tirar: «Barajamos olivos, arándanos, lúpulo...», enumera. «En una de esas charlas coincidimos con el gerente de Custom Drinks, de la sidra Maeloc, y comentaba que necesitaban productores de manzana ecológica, que solo iban a tener proveedores en Galicia, y por eso empezamos las primeras plantaciones orientadas a la manzana de sidra», rememora.
De las iniciales dos o tres hectáreas en el concello de O Rosal, hoy tienen veinte destinadas a ese fin, aunque también dedican una hectárea al cultivo de manzanas de mesa para tiendas de cercanía y establecimientos especializados en productos ecológicos, y también elaboran un zumo «con nuestra marca registrada, Zumiño, nombre con arraigo a la zona, cien por cien natural y ecológico y elaborado a partir de nuestras manzanas», porque como aclara y subraya Tartaglione, (hijo de italiano y tomiñesa emigrada a Alemania), todo lo que producimos cuenta con el certificado Craega de Agricultura Ecolóxica de Galicia.
Paralelamente decidieron buscar una producción alternativa que no tuviera nada que ver con la manzana, fruto más que testado en Galicia. Empezaba a sonar el aguacate y a alcanzar la reputación que no ha hecho más que subir en el mercado. Su investigación los llevó al sur de España y Portugal y se plantearon el reto en un momento, hace cinco años, en que «no había ninguna plantación de aguacate en Galicia», asegura. Aquellas primeras plantas que empezaron a crecer en un pequeño espacio hoy ocupan más parcelas hasta superar diez hectáreas y media de la variedad Hass, la más sabrosa y de textura mantecosa. «La producción es poca, de unos 4.500 kilos, porque va aumentando a partir del tercer o cuarto año hasta alcanzar el momento óptimo en la octava cosecha anual, cuando una hectárea puede producir hasta 10.000 kilos», explica.
Un poco de historia
El agua es el problema. Nutritivo, saludable y uno de los alimentos cada vez más presentes en cocinas gallegas en las que hasta hace poco eran extraños y ahora dan mucho juego. La producción incipiente de aguacate que ha salido entre marzo y abril de los terrenos de Vivaz Plant ha terminado en tiendas de Vigo y su área metropolitana. Pero la cosecha irá aumentando. El experto indica que aunque el clima gallego es mejor para el kiwi, el aguacate tiene su lugar. «Es problema principal es el exceso de agua, es muy sensible al encharcamiento y la humedad, así que el reto es evitarlo durante 9 meses con drenajes y el uso de tierras arenosas».