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La decisión sobre destilar el vino sin vender llegará antes de la vendimia

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

AGRICULTURA

De la autorización o no de la destilación dependerá la uva que entre en las bodegas
De la autorización o no de la destilación dependerá la uva que entre en las bodegas ALBERTO LÓPEZ

Ribeira Sacra ya pidió las ayudas en el 2023, pero los fondos estaban repartidos

16 may 2024 . Actualizado a las 16:26 h.

Seis meses después de que Ribeira Sacra diese por cerrada la tercera mayor vendimia de su historia, con una producción de 6.659.286 kilos de uva, trasciende lo que era un secreto a voces de puertas adentro del sector. La Consellería de Medio Rural acaba de confirmar que se ha solicitado al Ministerio de Agricultura la destilación de crisis para el vino sobrante en esta denominación de origen. Muchos contratos de compra de uva que estaban vigentes la pasada campaña no lo estarán este año y difícilmente se renovarán si las bodegas no vacían antes existencias. «No podemos mirar más tiempo para otro lado», dice el presidente del consejo regulador.

La destilación de crisis es una medida de carácter excepcional que tramitan las comunidades autónomas a través de la administración estatal y que debe recibir la autorización de Bruselas. Los bodegueros que deciden acogerse a esta fórmula reciben una compensación económica a cambio de la transformación del vino sin vender en alcohol destinado a usos industriales que no sean la elaboración de bebidas. La Xunta ya remitió al ministerio una solicitud relativa a la Ribeira Sacra, que deberá resolverse antes de la próxima vendimia.

«No es un plato de gusto para nadie», señala Lombardía sobre esa solicitud. Nombrado presidente del consejo regulador de Ribeira Sacra en marzo del 2023, pocos meses después trasladó a la consellería la posibilidad de recurrir a una destilación de crisis para resolver el problema de los excedentes de vino. «Nos encontramos —detalla— con que la situación de las ventas no era la que se nos había dicho». El ministerio, sin embargo, no accedió el pasado año a la propuesta para la destilación del vino sobrante en esta denominación debido a que había llegado demasiado tarde.

Alcance las compensaciones

Cuando en el 2023 se planteó la petición relativa a Ribeira Sacra, el Estado ya había asignado los fondos a las comunidades que habían pedido acogerse a esta medida excepcional, entre ellas Cataluña y Extremadura. También se destilaron excedentes de vino en La Rioja, alrededor de 17 millones de litros con una compensación por litro de vino tinto de 0,86 euros. En todos los casos, uno de los argumentos esgrimidos en las solicitudes era la necesidad de eliminar excedentes para que las bodegas siguiesen adquiriendo uva a los viticultores. En el caso de Ribeira Sacra, se busca también «un reseteo» que permita a la denominación de origen repensar su futuro.

Responsables del sindicato Unións Agrarias pidieron el pasado martes en Monforte medidas urgentes por parte de las administraciones ante la proximidad de la vendimia. Junio, según destacaron, es el plazo límite para la firma de contratos con los viticultores por parte de las bodegas. Consejo regulador y Xunta estudiaron hasta ahora diferentes alternativas a la destilación de crisis, que se consideraba el último recurso por la imagen negativa que puede proyectar. Una de las opciones descartadas fue la poda en verde, que implicaría ayudas a los viticultores por la eliminación de racimos antes de la vendimia. Tampoco fue bien recibida por el sector la posibilidad de ajustar los rendimientos máximos de uva por hectárea.

Lombardía no oculta que, incluso con la destilación de crisis, la vendimia se presenta «compleja» y su volumen dependerá de la evolución de las ventas. «Nosotros —detalla— estamos en la línea del año pasado. No experimentamos las caídas de otras denominaciones de tintos, pero el mercado sigue sin recuperar su pujanza. Tendremos que readaptarnos manteniendo los compromisos de compra de uva que sean posibles».

La historia del 2011 se repite por culpa de la pandemia

La cosecha récord del 2011, con una producción de casi 7 millones de kilos, ya supuso un aviso para Ribeira Sacra. Por primera vez, los excedentes se acumulaban en las bodegas por el desajuste entre el volumen de vino y su salida en el mercado. La problemática actual tiene su origen en la pandemia, cuando se recogió la uva a pesar de todo para evitar una crisis de consecuencias inciertas entre los viticultores. La «tormenta perfecta» a la que aludieron los responsables de Unións Agrarias en su rueda de prensa en Monforte se originó por la evolución posterior del mercado. En consumo de vino de chateo —al que se destina la mayor parte de la producción en Ribeira Sacra— no se recuperó en los tintos desde entonces. La inflación, y el consiguiente incremento de costes, agravó aún más la situación.

David Álvarez, viticultor profesional: «Teño catro hectáreas e abandonarei unha»

De los 2.212 viticultores inscritos en la denominación de origen Ribeira Sacra, no llegan a una treintena los que tienen en la venta de uva su principal fuente de ingresos. La inmensa mayoría cuidan las viñas familiares para hacerse con un dinero extra en los ratos libres que les dejan sus verdaderas ocupaciones profesionales. David Álvarez Vázquez, concejal del BNG en Pantón, es trabajador autónomo y está entre los que viven únicamente de la viticultura. Cultiva cuatro hectáreas de viñedo en la ribera del Cabe y se plantea abandonar una.

El contrato que tenía para abastecer de uva a una bodega venció y la renovación está complicada. «Unhas non din nada e outras que te esquezas se a cousa segue así. Eu teño catro hectáreas e conto deixar unha», explica. La destilación de crisis, a su juicio, solo va a ser un parche para la delicada situación que atraviesa el sector en la Ribeira Sacra.

«Vai ser un salvavidas para as adegas, que botan os seus números e fan ben. Pero o problema é moito más complexo. Non se vende viño e aquí os que imos sobrar somos os viticultores», opina. Si no aumentan las ventas, a las bodegas les bastará la producción de sus propios viñedos. «Grandes ou pequenas todas os teñen, sexan 200 ou dúas hectáreas», apunta.

El error del godello

David Álvarez cree que las dificultades que atraviesa el sector vitivinícola de la Ribeira Sacra «non son normais» para una denominación de origen con una producción de 5,5 millones de litros al año. «Somos o referente dos tintos en Galicia, temos un prestixio e non para de vir xente visitar a zona. O lóxico sería que non houbese problemas nos volumes nos que nos movemos», dice este cosechero. ¿Y por qué falla la lógica? «Todos —responde— tivemos erros, adegueiros e viticultores. Agora estamos pagando as consecuencias e moitos van quedar pola camiño».

Este cosechero no comparte que la solución a los males de la Ribeira Sacra sea la sustitución de viñas de mencía por otras de godello. «O mercado vaise saturar tamén e non imos poder competir en prezos con outros». De lo que no tiene duda alguna es de que el problema va más allá de los intereses del sector. «Como pete o viño —dice— vaise resentir a economía da zona».