Galicia pide una campaña para evaluar la abundancia de cigala frente a Asturias
SOMOS MAR
Quieren anticiparse, con estudios, a la decisión de Bruselas tras tres años de veda
30 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Que durante el 2019 vaya a continuar cerrada a la extracción la cigala en el caladero del Cantábrico Noroeste constituye la principal tacha que arrojó para España la última negociación de los ministros de Pesca en Bruselas para fijar las cuotas del año que entra. Los Veintiocho hicieron oídos sordos a la batería de argumentos con los que se habían cargado los arrastreros gallegos para poner en tela de juicio el consejo de los científicos de imponer un TAC (total admisible de capturas) cero a la especie durante tres años -2019 sería el último de la serie-. Claro que, a decir del sector, tampoco España gritó sus explicaciones lo suficientemente alto como para que se escuchasen, ni se empleó bien a fondo para que los arrastreros gallegos de litoral pudiesen devolver al mercado la cigala del día.
Queda el consuelo de que ese TAC cero no lo es tal. Bruselas autoriza la captura de dos toneladas de la especie el año que viene. Es la misma cantidad que se permitió este ejercicio y que tiene como único objetivo permitir la realización de la denominada campaña Caracas, dirigida a analizar el índice de abundancia de cigala en la unidad funcional 25 (UF 25), situada en el extremo noroccidental de la costa gallega.
La prospección -realizada por el IEO con dos arrastreros de litoral del puerto de A Coruña- dejó en evidencia que había errores en las estimaciones que había elaborado el ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) -exclusivamente en función de los desembarcos- y arrojó índices de abundancia por hora superiores a los que los científicos calculaban por día.
Abriendo camino
Así que, por mucho que los resultados no hayan sido tenidos en cuenta por los Veintiocho a la hora de revertir el cierre de la pesquería, sí constituyen una baza importante para una próxima revisión de la veda, que tiene que llegar en diciembre del año que viene, si no antes.
Y bueno sería disponer de un as semejante para otras zonas del Cantábrico en las que también se capturaba cigala antes del 2017. Es el caso de la unidad funcional 31, situada frente a la costa asturiana, donde faenan no pocos arrastreros gallegos. De hecho, fue la Organización de Productores Pesqueros de Lugo (OPP 7) la que sugirió hacer una campaña centinela similar a la Caracas en esa área particular del Cantábrico. La sugerencia fue recogida por el Consello Galego de Pesca y trasladada al último consejo de ministros que, si bien no autorizó más que esas dos toneladas, sí se avino a plantear al ICES la posibilidad de realizar esa prospección. En esas está Galicia, aguardando por la respuesta de los científicos que asesoran a la Comisión Europea. En cuanto se reciba el visto bueno, desde la OPP 7 se pedirán «voluntarios para esa recollida de datos», explicó Sergio López al término del Consejo.
«Decisión mal tomada»
López manifestó su contrariedad por que no se haya corregido ese TAC cero de cigala para las aguas gallegas pues está claro «que foi unha decisión mal tomada», a tenor del resultado de las dos Caracas.
Los arrastreros coruñeses todavía confían en poder pescar la especie en el 2019
El TAC cero que los ministros de Pesca acordaron la semana pasada en Bruselas para la cigala en el 2019 no ha segado las expectativas de los arrastreros de litoral de la agrupación coruñesa Pescagalicia, que todavía no renuncian a capturar este crustáceo el próximo ejercicio. Y no se refieren a esas exiguas dos toneladas en el marco de la prospección científica, si no a una campaña pesquera al uso, de llevar cigala diariamente a los mercados.
«Imos seguir intentando que a campaña científica se adiante ao mes de maio e xuño e cos datos que obteñamos pediremos a reapertura da pesqueira no mesmo 2019», apuntó Torcuato Teixeira, secretario xeral de Pescagalicia. Ni que decir tiene que dan por descontado que los resultados de la prospección van a ser positivos, o por lo menos que irán en línea de los que la campaña Caracas arrojó tanto el año pasado como este 2018. No es tan descabellado, a juicio de Teixeira, pues «hai antecedentes de especies para as que había TAC cero e que logo se reabriron á pesca á luz de novos datos científicos».
La solicitud de adelantar unos meses la realización de la campaña obedece a que, según los arrastreros de litoral, mayo y junio -julio es el mayor pico- son los mejores meses para evaluar la abundancia del stock. De hecho, los meses de agosto y septiembre, cuando se desarrolla actualmente la Caracas, constituyen la recta final de la temporada, cuando comienza el ciclo de incubación y las hembras ovadas se confinan en sus madrigueras y decae la abundancia.