Europa ignora la labor de las cofradías españolas, con nueve siglos de historia
SOMOS MAR
Otero censura la «inhumana» falta de ayuda de la UE en la crisis del covid
17 ago 2020 . Actualizado a las 11:55 h.A nueve siglos atrás remontan los historiadores el origen de unas entidades públicas sin ánimo de lucro con tanto arraigo en el mundo español del mar como las cofradías de pescadores. Rondan las 200, uniendo a unos 30.000 tripulantes y propietarios de unas 8.000 embarcaciones, según la federación nacional, presidida por el burelense Basilio Otero. Durante el estado de alarma por la pandemia, cumplieron con el papel «esencial» que les encomendó España y mantuvieron «abiertas sus lonjas, para abastecer a la población», asumiendo riesgos y pérdidas. Aun así, reprocha Otero, la Unión Europea (UE) ha centrado «su exclusivo apoyo para atenuar el impacto del covid-19 en las organizaciones de productores, características especialmente de los grandes armadores, excluyendo» a esos colectivos y a otros similares de la pesca a pequeña escala en países europeos.
Una «grave discriminación, una muestra de lo inhumana que ha llegado a ser la Política Pesquera Comunitaria (PPC)», protesta el titular de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores de España (FNCP). De nada han valido sus argumentos, compartidos por Europeche, la Asociación de las Organizaciones Nacionales de Empresas Pesqueras de la UE. Europeche se los transmitió al comisario de Pesca Virginijus Sinkevicius, pero ni ha contestado, lamenta Otero.
Cuando la UE modificó el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) para auxiliar a la pesca y a la acuicultura por los paros temporales en la crisis del covid-19, multiplicó por cuatro el respaldo a las organizaciones de productores, invocando «el riesgo de que peligren los mercados» y por su «papel fundamental en la gestión de la crisis».
Ni «comprensible ni aceptable»
Para Otero «no es comprensible ni aceptable» que la UE obviase a las cofradías, «muy perjudicadas por el descenso de la producción y del precio de los productos de sus asociados». Cayó en red rota su demanda de medidas específicas, «en cantidad suficiente», para entidades que en decenas de puertos gestionan lonjas e impulsan «acciones de producción y comercialización».
El presidente de la federación española de pósitos señala directamente a Sinkevicius. Quizá «no conozca realmente cómo se organizan las entidades de la pesca de bajura», deja caer Otero, porque «la única explicación que al parecer ha recibido de sus servicios internos es que el modelo protector de las organizaciones de productores es el más sostenible, cuando lo cierto es que discrimina gravemente» a los representantes de la pesca costera artesanal y del marisqueo.
Visto que la PPC «crea un templo protector para las organizaciones de productores, despreciando al resto de entidades», de menor envergadura, la FNCP y Europeche reclaman una reforma de la Organización Común de Mercados (OCM) para tratar a las cofradías de un modo «similar» a las otras corporaciones.
Ambientalistas y sociedad
Si hiciese falta, para encarar la modificación «en profundidad», Otero plantea implicar a las organizaciones medioambientalistas, «que hoy parecen convencidas del que el modelo OCM es el más sostenible, sin darse cuenta de que respalda a las grandes corporaciones y no a las de pesca a pequeña escala, con las que vienen colaborando» las oenegés.
Dado que la UE «sigue presentando a la PPC como un apoyo a la pesca sostenible, a la artesanal, cuando en realidad se lo niega al aplicar las reglas financieras», Otero también bajara apelar a los movimientos sociales y a la ciudadanía para que secunden las demandas de unas entidades con tanta raigambre como las cofradías de pescadores.
De modo específico, la UE tampoco tuvo en cuenta a los pescaderos detallistas en la inyección económica para mitigar la crisis de la pandemia. Y en su nombre protestó Fedepesca, la federación nacional que los agrupa. Que se sepa, también sin resultado.
Mar ofrece 600.000 euros de fondos propios a los pósitos gallegos que gestionan lonjas
En la medida de sus posibilidades y del contexto del mercado, las cofradías se han ido adaptando al permanente cambio de las reglas de juego en el sector pesquero español y europeo. Sobre todo en los puertos más pequeños, donde predominan barcos costeros artesanales y marisqueo, continúan gestionando lonjas, aunque sin ánimo de lucro, sino con el fin de darle salida a la producción de sus asociados. Donde la flota de altura o de gran altura es mayoritaria, sociedades de armadores dirigen los mercados con criterios empresariales.
Ateniéndose a la realidad de un número relevante de puertos pesqueros gallegos, donde la cofradías están al frente de las lonjas, la Consellería do Mar sí las ha tenido en cuenta. Ya que la UE no ha valorado la labor de los pósitos, a ellos y a otros gestores de rulas les ofrece ayudas de 600.000 euros. Todo «co obxectivo de compensar a caída de ingresos que sufriron durante o estado de alarma e favorecer así o mantemento da súa actividade», explican desde el departamento que preside Rosa Quintana.
«Intereses socioeconómicos»
La federación española de cofradías, igual que todas las que la forman, contribuyen en sus respectivos ámbitos a «impulsar la modernización del proceso comercial que garantice la rentabilidad del esfuerzo pesquero», rezan los estatutos de la entidad que preside Otero. Y canalizan acciones de la Administración que «afecten a los intereses socioeconómicos del sector».