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Galicia sale de la cumbre de pesca con menos merluza, lenguado y abadejo

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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El sector acusa a la Comisión de falta de sensibilidad en un año complicado

18 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No salió satisfecho el comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, por no haber podido meter la tijera en los stocks tanto como hubiera querido. No se colmaron las expectativas de Galicia, por lo contrario, porque se cortó más allá de lo que justificaban los datos científicos. Tampoco el sector pesquero gallego ni el español baten palmas, por el roto que los recortes van a hacer en sus bolsillos. Ni siquiera las organizaciones ambientalistas aceptan un resultado que se aparta del credo conservacionista. Tan solo el ministro español de Agricultura y Pesca, Luis Planas, fue capaz de ver un «resultado satisfactorio» en los acuerdos del Consejo de Ministros en el que los Veintisiete -cautivos todavía de lo que decida el socio que antes hacía el Veintiocho-, fijaron las posibilidades de capturas de especies para el año que viene. Considera que España «ha negociado un buen acuerdo, que combina «la sostenibilidad de los recursos con la rentabilidad económica de la flota» y ha salido airosa de una cumbre que, en eso sí coinciden todos, ha sido larga, difícil y particularmente compleja, al compendiar dos consejos en uno, por más que solo se negociasen 27 de los 146 stocks, puesto que 119 siguen pendientes de cómo resuelven su separación el Reino Unido y la Unión Europea.

Imagen facilitada por la Consellería de Mar que muestra la hora de finalización del Consejo de Ministros de Pesca
Imagen facilitada por la Consellería de Mar que muestra la hora de finalización del Consejo de Ministros de Pesca

No opinó lo mismo la conselleira de Mar gallega. Después de «tantas horas de negociación e tantos intereses en xogo», los resultados son «ben cativos», para Rosa Quintana, que, como el sector, critica la falta de sensibilidad de la Comisión para un sector «esencial» que durante la pandemia «fixo un gran esforzo para abastecer de alimentos de calidade á cidadanía, en ocasións incluso a pesar de non ser rendible».

Según el acuerdo de ayer -alcanzado 22 horas después de la primera propuesta de compromiso de la Presidencia alemana-, Galicia dispondrá el año que viene de un 5% menos de merluza del sur. Podía ser peor. Y eso es con lo que se queda Planas: con que al final no se recortará el 13 % que perseguía Bruselas. Sin embargo, en la partida de mayorías decisivas y minorías de bloqueo que se juega en la cumbre, solo tenían bazas España y Portugal. Y no fueron suficientes para esquivar toda la rebaja de merluza. Caen también las posibilidades para el lenguado, tanto el que se pesca en aguas francesas como el que se captura en el Cantábrico. Igual que la merluza, no se desploman tanto como pretendía la Comisión, pero eso no evita que se disponga de un 7 % menos para lo barcos de altura, y que se recorte para los de litoral un 20% el cupo de una especie de gran importancia económica para Galicia. 

Con signo negativo

Lleva signo negativo delante el abadejo del Cantábrico (-20%), el gallo o rapante (-7%), el rape (-12,5%) y la cigala (-3,1%). Cigala del sur de Fisterra, porque el total admisible de capturas para el norte de ese cabo hasta el golfo de Vizcaya seguirá siendo cero. Con todo, y de manera similar a lo que se ha hecho con el lenguado -para el que se va a definir un nuevo modelo de evaluación tras los estudios realizados en los últimos meses-, la Comisión se ha abierto a realizar antes de mayo una reevaluación de la recomendación hecha por el ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) -que era de TAC cero para tres años- y, si los datos son buenos, levantar la prohibición de pesca este mismo año.

Esa es una de las partes positivas de un acuerdo que solo trae aumentos de cuota para el jurel del sur de Galicia, que sube un 5%, y el aumento de las posibilidades de pesca para la anchoa. Se podrán capturar 33.000 toneladas de boquerón, dado el «excelente estado biológico de la especie, en niveles históricos de biomasa», expuso Planas. Un récord que se compensa aumentando apenas un 3,5% el TAC de la especie.

Tampoco en el Mediterráneo están especialmente satisfechos del resultado del Consejo de Ministros. Por más que la reducción del esfuerzo pesquero que buscaba Bruselas se haya rebajado a la mitad (al 7,5%, 17 días menos de actividad por barco), el acuerdo trae unas contrapartidas en forma de medidas técnicas, mejora de la selectividad y vedas espacio temporales que, según Cepesca, complican la rentabilidad de la flota.

Arrastreros de Vigo, contra las cuerdas por el cupo de rape

Hugo González, cogerente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, recurre al humor para explicar la reacción de la flota que faena en Gran Sol tras la decisión de prorrogar tres meses los cupos del 2020 y permitir pescar en ese lapso temporal un 25 %. Conociendo como conoce las cumbres de ministros y las negociaciones de pesca, veinte años después los resultados aún lo siguen sacando de sus casillas, como en aquel chiste sobre las relaciones de una pareja longeva. Pero el cabreo no puede ser mayor, pues la UE sigue pendiente del Reino Unido y no permite a las empresas planificar la gestión de todo el año. El Consejo ha sido sensible con las pesquerías estacionales y explosivas, como son la caballa o la bacaladilla, y ha permitido capturar en el primer trimestre hasta un 65 % del cupo de todo el ejercicio. Pero no ha actuado de la misma manera con las especies demersales y, así, la flota de arrastre de Vigo, en especial 12 barcos de bandera española, tendrán difícil gestionar cuotas como la de rape, una especie de la que España acostumbra a salir del Consejo con unas 1.296 toneladas, como ocurrió en el 2020, pero que suele acabar el año pescando 3.000, gracias a los intercambios que se realizan con otros países. Sin embargo, el parche que la UE ha encontrado para cubrir el desaguisado de un brexit todavía sin punto final, hace que los barcos tengan que conformarse con 324 toneladas para los tres primeros meses del año. Esa cantidad todavía debe distribuirse a nivel nacional entre los barcos de Gran Sol, capturen rape o no, y dadas las escasas posibilidades de pesca que hay de la especie «habrá armadores dispuestos a intercambiarlas y los habrá que no», argumenta Hugo González. Y lo mismo sucederá con los swaps con otros países, dado que lo querrán para sus flotas. Por eso los armadores de Vigo ya se ven contra las cuerdas.