El barco tardará 24 días desde Vigo en llegar a Punta Arenas, donde embarcarán los científicos para reabrir las bases
16 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), zarpó ayer desde el muelle de Vigo en dirección a la Antártida para reabrir las bases españolas en dicho continente, la Gabriel de Castilla y la Juan Carlos I. Es la 35 campaña española de investigación en la zona, a la que el barco desplaza 155 toneladas de material científico. «Vamos con ilusión, pero ya tenemos ganas de volver, vamos a echar mucho de menos a nuestras familias. Yo especialmente a mis tres hijas», aseguraba el capitán Miguel Méndez.
Dentro de 24 días está prevista la llegada a Puerto Arenas, en Argentina, donde embarcarán unos 25 científicos que se sumarán a los 23 tripulantes, incluyendo un experto en telecomunicaciones de la unidad de tecnología marina (UTM) del CSIC, que se encarga de que los equipos funcionen bien porque a veces hay problemas de cobertura dadas las adversas condiciones meteorológicas en la zona. Hasta finales de febrero, el Sarmiento realizará labores de apoyo logístico a las bases antárticas españolas. La Juan Carlos I es del Ministerio de Defensa y está en la isla Decepción. El barco se encargará de la apertura y cierre de las bases y de la movilización del personal investigador y el material necesario para el desarrollo de los proyectos de investigación previstos. Durante la travesía de regreso, el barco participará en prospecciones sísmicas al sur de Sudáfrica, dentro de proyecto Geopower.
La UTM del CSIC se encarga de la gestión logística y tecnológica del Hespérides, el Sarmiento de Gamboa, la base Juan Carlos I, así como del buque García del Cid.
El Sarmiento de Gamboa tiene más de una década de trayectoria. Cuenta con las tecnologías más avanzadas en cuanto a sistemas de navegación y es el primer buque oceanográfico español que puede trabajar con vehículos operados de forma remota (ROV) en altas profundidades y con vehículos submarinos autónomos (AUV). Es el primer barco español en ser certificado bajo el código polar de la Organización Marítima Internacional.
La base Juan Carlos I fue instalada en la Isla Livingston en 1988. En 2019 fue reformada con la construcción de nuevas instalaciones que han permitido duplicar su capacidad, hasta las 51 personas, y aumentar el espacio para el personal científico y técnico en los laboratorios. Dispone de un sistema de cogeneración de energía que utiliza todos los gases de combustión de los generadores para calentar aire y agua, proporcionando el calor y las necesidades de agua caliente de la base con mínimo consumo de combustible.
El año pasado hubo un caso de covid a bordo. «Este año partimos todos con vacunas, y cuarentena antes de embarcar», dice el capitán.