Greenpeace confisca aparejo a dos espaderos gallegos con licencia y estos anuncian una querella criminal contra la oenegé
SOMOS MAR
Los activistas, a bordo del Artic Rise, aseguran que parte del arte estaba en zona marina protegida y se jactan de haber liberado una quenlla y siete peces espada. Los afectados piden amparo a la UE y denunciarán el robo
28 jul 2022 . Actualizado a las 20:09 h.Activistas de Greenpeace a bordo del Atlantic Sunrise han retirado 30 kilómetros de aparejo, con 285 anzuelos, que dos palangreros de superficie gallegos —uno de Burela y otro de A Guarda— tenían calado en áreas del Atlántico norte. La misma organización ecologista señala que se trata de un arte de pesca legal, permitido, lo califica de industrial y, en un comunicado, sostiene que parte de las artes confiscadas habían sido largadas en un área marina protegida, el complejo de montes submarinos de Milne. El resto fueron recuperadas de zonas libres del Atlántico norte.
«Solo hemos podido confiscar una pequeña proporción de los palangres, pero lo que hemos encontrado evidencia los horrores de las pesquerías industriales», recoge el texto. Ese escándalo es que han encontrado un tiburón azul, siete peces espada, una dorada, una barracuda y dos lanzas de hocico largo. Todos, apuntan los activistas, fueron liberados y devueltos al mar «de forma segura». Ninguna de esas especies está prohibida, aunque Greenpeace da ya por implantada la controvertida propuesta de Panamá de incluir esa variedad de escualo, conocido también por quenlla o tintorera, entre las especies casi amenazadas, cuando ni está aprobada y contra la que Japón ya ha presentado objeciones al asegurar que no está ni por asomo amenazada.
Los ecologistas acusan a España de liderar mundialmente el comercio de carne de tiburón y, aseguran que han comprobado que los espaderos de la zona están pescando pez espada y tiburones (marrajo y quenlla).
La acción de Greenpeace se enmarca, de acuerdo con lo que apunta en su comunicado, con la apertura de las discusiones en el seno de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) de la firma de un tratado para proteger la diversidad marina en alta mar (BBNJ, por sus siglas en inglés), en el que los medioambientalistas quieren incluir la regulación pesquera que ahora está en manos de las organizaciones regionales de pesca (ORP).
Greenpeace apela a los líderes políticos para que rematen ese acuerdo en agosto, pues si no se llega a un acuerdo «será casi imposible cumplir con el objetivo de tener el 30% de los océanos protegidos en el 2030.
Las organizaciones de productores en las que están integrados los espaderos gallegos a los que les han confiscado los aparejos han pedido amparo a la UE y anuncian que presentarán una querella criminal contra Greenpeace, a la que acusan de haberles robado los aparejos. Niegan, además, haber faenado en zona prohibida.