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España, Francia y Portugal piden que las cuotas de pesca se fijen para 3 años

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

EDUARDO PEREZ

Plantean a los Veintisiete cambios en la dinámica de los Consejos de diciembre

11 dic 2022 . Actualizado a las 04:45 h.

España, Francia y Portugal quieren romper con la dinámica tradicional de los Consejos de Ministros de Pesca. No este año, que prácticamente está agotado el guion al que se le pone fin cada diciembre en Bruselas fijando los totales admisibles de capturas (TAC) y repartiendo por países las posibilidades de pesca para el ejercicio siguiente —siempre a escasas tres semanas de que ese arranque—. Pero sí quieren algo distinto para los siguientes. Empezando ya por el 2023.

Los cambios que buscan son de mayor calado que el de arrancar en domingo la cumbre de las cuotas de pesca, como ha dispuesto este año la presidencia checa. Los países pesqueros del sur de Europa pretenden que a partir del 2024 se fijen los TAC y cuotas para varios ejercicios, no solo para uno. Tres seguidos, a ser posible. Y por eso han conseguido hacerse un hueco entre los otros asuntos del orden del día para exponer a los ministros del ramo la importancia de establecer esas cuotas plurianuales que darían mayor estabilidad al sector pesquero sin perder de vista el rendimiento máximo sostenible (RMS).

A fin de cuentas no es más que la fórmula que se sigue en organizaciones regionales de pesca (ORP) como la Iccat (Comisión para la Conservación del Atún Atlántico), donde las partes contratantes se reúnen anualmente pero fijan los cupos de las especies que regulan para varios años. Es un sistema, explican en la nota informativa, que ha estado vigente durante mucho tiempo y que en gran medida ha tenido éxito.

Los ministros de los tres países creen que esa es la fórmula más adecuada en un contexto como el actual, «de crecientes incertidumbres para las pesquerías de la UE». No están las cuotas como para aguantar vaivenes como la de lirio en el 2011, que se recortó un 93 % para al año siguiente elevarse casi en la misma proporción, o la merluza ibérica, que arrancó el año con un recorte del 8 % para en octubre aumentar el cupo en un 83 % debido a un error en el modelo científico para evaluar el estado de la especie.

«Stocks» no compartidos

Claro que es posible que la gestión plurianual de cuotas no pueda aplicarse a todos los stocks. Sobre todo porque, desde que se ha desmarcado el Reino Unido, los Consejos de Ministros en los que se marcan las cuotas para el año siguiente han quedado muy descafeinados, toda vez que la mayor parte de la poblaciones pesqueras son compartidas con los británicos. Y aunque se han obligado por escrito a establecer TAC y repartirse los cupos antes del 10 de diciembre de cada año, la experiencia —por más que sea corta— ha demostrado que es una empresa imposible.

Así es que los Veintisiete, se reúnen en una cumbre para fijar las cuotas de 26 poblaciones del más de centenar reguladas —18 tienen interés para España— y el plan del Mediterráneo, en el que también hay que contar con otros países.

En definitiva, la propuesta que hacen España, Portugal y Francia es empezar por lo fácil, fijando cuotas plurianuales para los stocks no compartidos y que ya se exploten a niveles de rendimiento máximo sostenible. Ese sería un primer paso para «dar previsibilidad a los pescadores que ayudaría además a mejorar la soberanía alimentaria de la Unión Europea». Esa explotación plurianual incluiría una mayor flexibilidad interanual de la especie, de forma que la cuota no utilizada pasaría íntegra al año siguiente, no solo el 10 % como en la gestión tradicional.

Como esta nueva forma de trabajar requiere que los estudios científicos se aborden con un enfoque distinto, los ministros piden a la Comisión que instruya al Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) para dar consejos bajo esta óptica ya para el 2024, al menos en el caso de los stocks que afectan solo a la UE.

Con la vista en el cupo cero para el jurel, la veda de la anguila y el plan del Mediterráneo

La cumbre de ministros de Pesca que arranca hoy concita la atención del cerco y el arrastre gallego en tanto que está sobre la mesa la propuesta de cerrar la pesquería de jurel en la zona 8c, que va de Fisterra al golfo de Vizcaya. Siguiendo el consejo de los científicos, se plantea un cupo cero para esta especie en el Cantábrico mientras se propone subir el que se pesca entre Fisterra y el golfo de Cádiz, la zona 9a, en la que cerco y arrastre no son capaces de consumir todas las posibilidades de pesca que tienen asignadas porque no abunda la especie.

España, según expuso el Ministerio de Agricultura y Pesca en un comunicado, defenderá el plan de reconstrucción elaborado por el Consejo Consultivo de Especies Pelágicas, que apuesta por permitir un TAC de 15.513 toneladas solo para su captura como pesca accesoria.

Tranquilidad con la merluza

Asimismo, el ministro español, Luis Planas, presentará «propuestas técnicas para lograr mayor incremento de cuotas de abadejo, lenguado y cigala». Por primera vez en mucho tiempo, la merluza ibérica no trae de cabeza a los negociadores, puesto que la propuesta es de incrementar el cupo. Sin embargo, si inquietan a los negociadores el cierre de la pesca anguila que propone la Comisión y, sobre todo, el plan para el Mediterráneo, que apuesta por más recortes del esfuerzo pesquero y los días de pesca en lugar de trabajar en la selectividad de las redes, como defiende España en línea con lo dispuesto por el Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca de la UE (STEF).