La merluza del pincho pica menos y reconvierte palangreros en volanteros
SOMOS MAR
La escasez aboca a barcos a cambiar anzuelos por redes para ser rentables
05 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Se aproximan a 32.300 las toneladas de merluza que puede capturar la flota española en el año recién iniciado, 22.950 en los caladeros conocidos como Gran Sol y 9.370 en los de Galicia y el resto del Cantábrico. A los pescadores podrían pagarles en lonja cerca de 145 millones de euros, de mantenerse el precio por medio de 4,48 euros el kilo con el que se cerró el 2022 en las gallegas, antes de tasas e impuestos.
Fresca, toda es la europea Merluccius merluccius, aún en el podio de las preferencias de los hogares españoles. Pescadilla cuando pesa menos de 1,5 kilos y merluza a partir de ese tamaño, la más valorada continúa siendo la del pincho de Gran Sol. Por su tamaño y, sobre todo, porque conserva aspecto y textura al picar una a una en los anzuelos que cuelgan de los palangres. Emblema de los puertos merluceros por excelencia de España, los mariñanos de Burela y Celeiro, algunos se reconvierten y cambian los anzuelos por redes de volanta porque en los últimos años pica tan poco que amenaza su rentabilidad.
Todavía no es tendencia y, de hecho, el suministro de la preciada merluza del pincho continúa garantizado, tanto por la flota de bandera española como por la de otros países comunitarios propiedad de armadores españoles que la capturan en los mismos caladeros y con la misma arte.
«Non é unha reconversión, os cambios no sector son cíclicos, unha adaptación o mercado e o recurso», explica Jesús Lourido, gerente de la Organización de Productores Pesqueros Puerto de Celeiro. «É unha decisión empresarial porque nos últimos tempos a volanta é máis rendible», comenta Sergio López, gerente de la Organización de Productores Pesqueros Puerto de Burela.
Vecinos, en esos dos muelles de A Mariña lucense la apuesta por la especialización y por la acreditada calidad y valor de la merluza del pincho se mantiene. Con más cuotas en Puerto de Celeiro que en Puerto de Burela, en el primero continúan catorce pincheiros, pero en los últimos tiempos seis se han pasado a la volanta y otros dos están en ese proceso. Y en el segundo siguen diecisiete pincheiros y un volantero que cambió de arte hace un par de años.
El palangre es una línea madre anclada al fondo con pequeños pesos en la que cuelgan anzuelos, cebados habitualmente con sardina y sin tocar el suelo marino. También es estática la volanta, una red de enmalle que se extiende y sujeta al fondo. Ambas vetadas en 87 áreas de los cantiles de España, Portugal, Francia e Irlanda por proteger ecosistemas marinos vulnerables, cumplen cuatro meses expulsadas de sus caladeros tradicionales.
Pincheiros y volanteros zarpan a por merluza, su principal sustento. Porque hay que encarnar los anzuelos uno a uno y liberar del mismo modo cada pescado, los palangreros acostumbran a faenar con entre doce y dieciséis tripulantes. Más que en los volanteros, donde oscilan entre diez y catorce. Importa el número porque buena parte de sus salarios dependen de las capturas, son a la parte, un porcentaje de la facturación del buque, descontados gastos. Si son suficientes para el trabajo a bordo, cuantos menos sean más pueden ganar.
Los ingresos los marcan el volumen de capturas y, sobre todo, las cotizaciones en lonja. Se paga mejor la merluza del pincho que la de volanta, pero las diferencias se han acortado en los últimos tiempos. Por ejemplo, en Celeiro la del pincho cotizó el lunes de hace dos semanas a medias de 5,50 euros el kilo y la de volanta, a 4,80. Ese mismo día no hubo de volanta en Burela, donde la de anzuelo alcanzó un promedio de 5,80. Algo menos que en Avilés, con 6 para la del pincho y 4,60 para la de volanta.
¿Por qué pica menos?
Ninguno de los profesionales consultados acierta a explicar por qué la merluza pica menos en los anzuelos y cae más que antes en las redes de enmalle. Coinciden en que el cambio climático y el calentamiento del mar al que hace unos pocos años se atribuía la migración hacia el norte probablemente no sea tan determinante. Entre otras razones porque hasta hace aproximadamente un año abundaba más al oeste de Escocia y al noroeste de Irlanda, donde se pescaban los mejores ejemplares. Ahora ahí se capturan menos y las piezas son más pequeñas que, por ejemplo, en los caladeros comunitarios del oeste de Francia y del sur del Reino Unido.