La armadora del Pitanxo fía su defensa a desacreditar al principal testigo del caso
SOMOS MAR
Los últimos testigos de Nores no ratifican sus declaraciones ante notario
08 feb 2023 . Actualizado a las 22:52 h.El Villa de Pitanxo surcaba hace hoy un año aguas de Terranova, con un brote de covid extendiéndose entre la tripulación y tres marineros encerrados en un pañol frío y húmedo para tratar de contenerlo, y con jornadas de trabajo de hasta 20 horas seguidas. Nadie imaginaba que el arrastrero se iría a pique a los siete días —el 15 de febrero— y que 21 de los 24 tripulantes fallecerían en el peor naufragio en 40 años de un barco con pabellón español. Doce meses después de la catástrofe, la armadora, Pesquerías Nores, está investigada junto al patrón del barco, José Enrique Padín, en un procedimiento instruido en el Juzgado Central 2 de la Audiencia Nacional que podría implicar una condena por 21 homicidios por imprudencia.
El superviviente Samuel Koufie, marinero ghanés, es el principal testigo. Sus declaraciones oficiales, a ojos de la investigación policial y judicial, resultan coherentes, sin contradicciones. Por eso, Pesquerías Nores, aplicando el dicho romano «testigo único, testigo nulo», pretende desmontar su relato para intentar archivar la causa penal. El otro contratiempo procesal para Pesquerías Nores, con el que no contaba hasta el pasado noviembre, lo protagonizan 13 marineros del Playa Menduíña Dos. Ellos rescataron a Koufie, a Padín y a su sobrino, Eduardo Rial, y sus declaraciones respaldan la versión del ghanés. De ahí que la armadora intente también desacreditar a los marineros que salvaron las vidas a tres de sus trabajadores. El Juzgado Central número 2 de la Audiencia Nacional vivió ayer un nuevo capítulo de esta estrategia exculpatoria. Presentó a dos tripulantes del barco Nova Virxe da Barca, uno de los que acudió al lugar de la catástrofe poco después de hundirse el Villa de Pitanxo. Los testigos ejercían entonces de capitán y oficial del pesquero, y colaboraron en el rescate de uno de los cadáveres con la ayuda de un remolcador canadiense. Ambos, a instancias de Pesquerías Nores, firmaron un acta notarial asegurando que habían visto al menos tres cuerpos en el agua que vestían trajes de supervivencia. La afirmación desmiente lo dicho por Koufie y los tripulantes del Playa Menduíña.
Las declaraciones de ambos testigos ante notario se hicieron con muy pocos días de diferencia, en fedatarios diferentes de Vigo y Cangas y los textos coinciden casi literalmente, incluso en la puntuación.
Se da la circunstancia que tanto el que era capitán en el Virxe da Barca como el oficial fueron contratados por Pesquerías Nores para trabajar para esa casa armadora a los pocos días de rubricar ante notario sus declaraciones. Ayer, en la Audiencia Nacional, uno de ellos, el oficial, se contradijo. Inicialmente aseguró que vio subir dos cadáveres con traje de supervivencia al Playa Menduíña Dos, y que el tercero lo recuperó el remolcador canadiense. Sin embargo, ayer se retractó al asegurar que no vio recoger ningún cadáver. Tampoco supo explicar por qué hizo ante notario la declaración inicial.
Ambos testigos añadieron que no recibieron señal de socorro del Villa de Pitanxo. Argumentaron también que esos cuerpos estaban a unos 200 metros de distancia, y que la tormenta y el oleaje les impedía ver con claridad. A ambos trabajadores se les preguntó por qué en el último año no dieron su versión hasta ayer, a lo que respondieron que fue para evitar «meterse en berenjenales».
El tercer testigo convocado ayer en la Audiencia Nacional por la defensa de Pesquerías Nores ejerce de técnico en prevención de riesgos laborales de la empresa Cualtis. Era la persona encargada de visitar el Villa de Pitanxo para asuntos de seguridad laboral a bordo, y su declaración tampoco dejó en buen lugar a la armadora y al patrón. Nores citó al técnico para contradecir a un marinero del Playa Menduíña Dos que previamente había trabajado en el Villa de Pitanxo. Aseguró que durante esa etapa no realizó simulacros de emergencia, y que no recuerda si recibió formación.
2020 y 2021, sin simulacros
El técnico confirmó que esa formación sí se impartió, pero también aseguró que él solo hacía un simulacro al año en el Villa de Pitanxo, salvo que el patrón los hiciera a mayores por su cuenta, extremo que no le constaba. El testigo recordó igualmente que la norma obliga a realizar un simulacro al mes, y que a él tampoco le consta que eso ocurriese en el Villa de Pitanxo. Es más, declaró ante los presentes que no tiene constancia de que en el arrastrero hundido se hicieran simulacros de emergencia durante el 2021 y el 2022.
El relato de los tres testigos en la Audiencia Nacional coincide con la versión de Samuel Koufie, que negó la práctica de simulacros y aseguró que nadie, salvo los otros dos supervivientes y el cocinero, lograron vestirse los trajes térmicos al hundirse el Villa de Pitanxo.
También denunció que las prendas no estaban asignadas por talla, ni sabía cuál le correspondía a él. Por eso, la armadora ha intentado a toda costa desmontar su versión de los hechos a sabiendas de que las consecuencias de esta política laboral recaerán sobre ella.
Los argumentos contra Samuel Koufie
La defensa de Pesquerías Nores presentó el pasado 9 de enero un escrito ante el magistrado instructor de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, que recoge todo el argumentario trabajado durante un año para desacreditar al principal testigo de la causa, Samuel Koufie. Desmiente, por ejemplo, que el barco embarrase. El ghanés lo sostiene, pero el escrito defiende que eso resulta «absolutamente incompatible con las posiciones, velocidades y rumbos aportados por el AIS y la caja azul». También acusan al marinero de Ghana, tras ser rescatado por el Playa Menduíña Dos, de mentir deliberadamente a la tripulación para «crear un rechazo» contra Padín y Rial.
Lo que no menciona el escrito de la defensa son las conversaciones de Padín con Rial y Koufie, a puerta cerrada en un camarote, instruyéndoles sobre qué debían decir al llegar a tierra. Esas charlas las escucharon tripulantes que ocupaban un camarote contiguo, y lo declararon en sede judicial. Tampoco se menciona en el informe de la defensa nada sobre las llamadas que el superviviente de Ghana asegura que recibió del armador, personalmente, en las que le instruía sobre qué tenía que decir al llegar a tierra.
Koufie detalla que le pedía que faltara a la verdad para salvar de cualquier responsabilidad al patrón sobre su gestión al frente del Villa de Pitanxo en los momentos previos al naufragio, o sobre cómo se gestionó el abandono del pesquero.