El Octopus, uno de los mayores yates de lujo del mundo, surca la ría de Arousa
SOMOS MAR
El buque fue construido para Paul Allen, el cofundador de Microsoft junto a Bill Gates, y cuesta 285 millones de dólares
21 sep 2023 . Actualizado a las 13:49 h.Con 126 metros de eslora y prácticamente cualquier prestación que pueda imaginarse a bordo, el Octopus estaba considerado hace tiempo como el octavo mayor yate de lujo del mundo. Aunque brevemente, porque su estancia se limitó a 24 horas, este verdadero símbolo flotante de poder visitó el martes la ría de Arousa. Fondeado frente a la playa de As Sinas, su anterior destino fue Marina Davila, en Vigo, y tras su escala en las Rías Baixas el buque continúa su derrota hacia el norte.
Comprobar el listado de cosas que el Octopus puede hacer quita el aliento. Dispone de un hangar con capacidad para dos helicópteros y espacio de aterrizaje en cubierta, y puede hacerse acompañar de dos submarinos. Uno de ellos, operado por control remoto, fue empleado por su primer propietario para localizar, en el 2015, la proa del Musashi, un acorazado japonés, probablemente el navío con mayor potencia de fuego que jamás haya surcado los mares, hundido en el archipiélago filipino en 1944. En el otro sumergible hay espacio para una decena de personas.
Aquel hombre era Paul Allen, que fundó Microsoft junto a Bill Gates, su amigo de la infancia. Allen hizo construir el yate para darle un uso orientado hacia la investigación científica y la exploración. Como lo cortés no acostumbra a quitar lo valiente, el multimillonario patrón no olvidó conceder a su barco las máximas comodidades a las que pueda aspirar un artefacto flotante. Una piscina con fondo transparente, por ejemplo. O seis lujosos camarotes en los que albergar a sus anchas a una docena de invitados, que serían atendidos por una tripulación formada por 42 personas, entre marineros y personal de servicio.
Tras su botadura, en el 2003, Allen pudo disfrutar del Octopus durante quince años, hasta que una vieja enfermedad, la misma que lo había obligado a dejar temporalmente Microsoft en 1983, ganó la partida y pudo con su vida. Tras un período de incertidumbre sobre su futuro, el macroyate pasó a manos de Roger Samuelsson, un millonario sueco vinculado a la industria farmacéutica. Por su volumen, necesita ser consignado al acercarse a puerto. En este caso, a cargo de P&J Carrasco.
285 millones de dólares. Como es lógico, un yate de estas características cuesta un dinero. Su valor se calcula en unos 285 millones de dólares. Mantenerlo a flote y funcionando tampoco es barato: alrededor de 29 millones de dólares cada año. Su velocidad máxima, 20 nudos.