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El sector primario no renuncia al Pacto Verde pero pide revisar plazos para que Europa tenga segura la comida

E. A. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Andre Borges | EFE

Pescadores, agricultores, ganaderos, consumidores e instituciones públicas revisan en Santiago la soberanía alimentaria europea y analizan si está amenazada por la falta de relevo generacional y la caída de las rentas de los productores

27 sep 2023 . Actualizado a las 09:47 h.

Cinco millones de agricultores han desaparecido en Europa. En los últimos cinco años, la flota pesquera comunitaria ha perdido 12.000 barcos. Y lo peor: no hay forma de atraer relevo generacional. ¿Quién va a alimentar a la Unión Europea? Agricultores, ganaderos, pescadores y consumidores analizaron ayer en Santiago, ante responsables políticos autonómicos y comunitarios, la soberanía alimentaria de Europa.O la seguridad alimentaria, como Catherine Geslain-Lanéelle, de la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea prefiere decir. En cualquier caso: tener seguro que Europa va a tener que comer el día de mañana. Y en Europa, tal y como está el panorama, no está del todo seguro. Sobre todo, eso que a sus consumidores le gusta: alimentos sanos, de calidad, de proximidad, ecológicos o respetuosos con el medio ambiente.

Ocurre que en un escenario de inflación como el actual no pueden permitirse ese lujo. Así es que aumenta el consumo de alimentos ultraprocesados, nutricionalmente de menor calidad, en detrimento de los frescos, relató Enrique García, experto del área económica de la OCU, que precisó que esto se percibe de forma especial en el caso de pescado y la carne.

El 90 % ha cambiado de hábitos, contradiciendo encuestas que apuntan a que un 67 % está dispuesto a hacer una alimentación sostenible, pero la principal barrera es el precio y a muchas familias les resulta imposible llevar a cabo una dieta de ese tipo. «Si alguien va a llenar la cesta con productos básicos convencionales le costará 872 euros; si la llena con los mismos alimentos pero con sello ecológico le saldrá por 1.465 euros; un 68 % más cara», apuntó el representante de la OCU.

Y en medio de este escenario —inflación, guerra de Ucrania, pospandemia...—hay países que echan el freno, el Ejecutivo comunitario sigue sin aflojar ni un poco en sus objetivos: descarbonización en el 2050, erradicación de pesticidas, de abonos químicos y fertilizantes... «Esta radicalización verde nos está llevando a los número rojos», clamó Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. Estos, con agricultores y ganaderos, no menosprecian el Pacto Verde, a fin de cuentas viven de la salud del medio ambiente, pero también viven de sus rentas y de ellas las comunidades rurales y pesqueras. Pero sí hay que ajustarlo «para que funcione mejor», apuntó Marco Pierani, director de Asuntos Públicos de Euroconsumers.

En este sentido, llamaron a revisar plazos para hacer más asumible ese Pacto Verde y las estrategias que lleva asociadas para que los productores no se queden en el intento. Porque si hay algo que garantice una alimentación saludable accesible y nutritiva y de proximidad son «los campesinos, ganaderos y pescadores», advirtió Isabel Vilalba, de Vía Campesina.

En esta tesitura, quizá lo mejor sea «parar y desconectar para reconectar», sugirió Otero. Resetear y repensarse la forma de llenar la despensa de los europeos, en cuyos estantes hay alimentos por valor de 116.000 millones que provienen de terceros países que puede que no tengan los mismos estándares de calidad que los europeos. En definitiva, volver a poner la alimentación entre las principales políticas de un país porque, como dijo Antonio Basanta, director de Pesca de la Xunta, «no podemos esperar por comer como por las mascarillas o los respiradores».

Desde luego, la UE no se va a apear de sus objetivos, advirtió Geslain-Lanéelle. Quiere ver una producción alimentaria sostenible y descarbonizada. No obstante, admitió que quizá sea posible cambiar los ritmos y, sobre todo, abogó por «unir fuerzas» y, sobre todo, agotar el diálogo «sin imposiciones».