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Nodosa se expande por Oceanía y construirá el Voyager, un arrastrero de última generación para Nueva Zelanda

Marcos Gago Otero
Marcos Gago MARÍN / LA VOZ

SOMOS MAR

Recreación idealizada del Voyager, el arrastrero que Nodosa construirá para Nueva Zelanda
Recreación idealizada del Voyager, el arrastrero que Nodosa construirá para Nueva Zelanda NODOSA

El astillero de Marín hará el primer buque que abre el proceso de renovación y modernización de la flota pesquera de Talley's Limited

27 oct 2023 . Actualizado a las 20:43 h.

El astillero marinense Nodosa, uno de los más importantes de Galicia, anunció este viernes que construirá el Voyager, un arrastrero de última generación para la empresa Talley's Limited, una prestigiosa armadora de Nueva Zelanda. Es la primera vez que la compañía gallega realiza un buque para el país austral y supone un nuevo hito en una trayectoria profesional que ha colocado a Nodosa en lo más selecto de su sector en España. El contrato ya está firmado y entró en vigor, según señalaron fuentes de la empresa afincada en Marín. La entrega del buque está prevista para el 2026

Este arrastrero supondrá la construcción 307 del astillero y la definición y desarrollo del proyecto es íntegramente el resultado de la pericia de los ingenieros de Nodosa. «Dicho diseño ha sido llevado a cabo con mucho mimo y detalle en los últimos meses en colaboración directa con el equipo técnico del armador, el cual da comienzo así al proceso de renovación y modernización de su flota pesquera», comentan desde la empresa gallega. 

El nuevo buque tendrá una eslora de 79 metros, con 15,50 metros de manga. Cuando esté en el mar será la unidad más grande de la flota de la compañía armadora y se destinará principalmente a la pesca y procesado de diferentes tipos de especies del caladero neozelandés. Desde Nodosa, se especificó que se han tenido en cuenta la exigencia y filosofía del armador, así como todas las tendencias actuales en buques de pesca. El resultado será un buque que hará «alarde de eficiencia energética y sostenibilidad, respeto por el medio ambiente, seguridad y confort para la tripulación y calidad de sus productos desde la captura hasta su venta final».

En este sentido, el nuevo arrastrero para Nueva Zelanda destacará «en el empleo de la corriente inversa generada durante el largado, en la reducción del consumo necesario para la generación de energía y en la ayuda a la propulsión». Este sistema, por lo tanto, supondrá un menor consumo, lo que implicará un consiguiente mayor ahorro de combustible y, de esta forma, menos emisiones nocivas. Asimismo, tendrá un régimen combinado en el motor principal para ahondar en el ahorro de combustible, «pues trabajará en todo momento en un punto óptimo de paso y revoluciones». Contará, además, con control de emisiones de NOx, con depurador de gases y catalizador selectivo; y tendrá puertas semipelágicas que se acompañarán de redes diseñadas para reducir la resistencia y el contacto con el fondo marino durante el arrastre. Esto supondrá una operativa más selectiva en las capturas a la vez que minimiza el consumo de carburante y las emisiones de gases contaminantes.

Otra característica de este buque es que podrá realizar el completo procesado de la captura, «obteniéndose un producto listo para la distribución en filetes, congelado íntegramente a bordo para mantener la frescura del pescado». En este barco se dispondrá de una factoría «completamente automatizada para la estiba paletizada del producto final, optimizando los tiempos de almacenamiento y descarga». En línea con la política de respecto al medio ambiente, se toman medidas para los descartas cero. «Todo subproducto se procesa y se convierte en harina de pescado y aceite, protegiendo no solo el medio ambiente, sino también aumentando el valor añadido de las capturas».

Asimismo, este futuro arrastrero neozelandés tendrá un sistema de aprovechamiento del calor residual de los gases de escape y del agua de refrigeración del motor, «pudiendo ser utilizado para el vapor y el agua caliente necesarios para la planta de harina de pescado, y para los servicios a bordo, contribuyendo así a la reducción del consumo de combustible». Por último, este formato permitirá «la optimización de líneas y formas en todo el casco, específicamente estudiado para su modo de trabajo y navegación, logrando con su estudiada  hidrodinámica la menor resistencia en la navegabilidad y el mejor comportamiento en el mar» y se priorizará también la comodidad de la vida a bordo, superando con creces lo reglamentario para buques de pesca y logrando que la tripulación disfrute de un alto nivel de confort.

Para Nodosa, este proyecto «significa un paso más en la internacionalización y consolidación como constructor mundial de buques pesqueros del más alto nivel». El armador se fijó en este astillero marinense por la «altísima calidad de los buques que construye, así como en su capacidad de personalización».