La frustración de recoger miles de bolas y encontrar la playa de nuevo sembrada de ellas: «Cada día hai máis; limpamos, sube a marea e volve traer»
SOMOS MAR
Operarios y voluntarios dan cuenta del ímprobo trabajo que supone recuperar el residuo que trajo a las playas el mercante Toconao
15 ene 2024 . Actualizado a las 22:16 h.Limpiar las playas de las bolitas de plástico que han llegado en las últimas semanas a las playas es como el telar de Penélope. Solo que la pareja de Ulises destejía ella misma el trabajo que realizaba y, en este caso, es la marea la que se encarga de alfombrar con pélets arenales que el día anterior habían quedado despejados de granulado. Es el caso de Nemiña, en Muxía, donde una brigada lleva trabajando desde el martes pasado y, sin embargo, «cada día hai máis; limpamos, sube a marea e volve traer». Lo dice un equipo que lleva retirados ya alrededor de una veintena de sacos.
De que es un trabajo frustrante dio cuenta también la alcaldesa de Barreiros, Ana Hermida, que participó como voluntaria en una limpieza organizada por Adega en el arenal de Lóngara. Aparte del personal contratado por la Xunta había unos 30 voluntarios y la cantidad de pélets que se recupera «é ínfima», escribió en un mensaje en las redes. Las bolas están esparcidas por la arena, llegan mezcladas con materia orgánica que hay que remover para no dañar el ecosistema, con lo que prácticamente hay que recoger gránulo a gránulo un material que, no es microplástico, pero apenas supera los cinco milímetros. Eso sí, se encuentra de todo: «Toalliñas, tapóns, cordas, paus de bastóns dos oídos, redes…», con todo lo que eso supone para el ecosistema. Precisamente esa fragilidad ambiental impide mecanizar el trabajo en muchos arenales gallegos.