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Capitanía expulsa a la fragata rusa que fondeó en A Illa sin autorización

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

SOMOS MAR

MONICA IRAGO

El barco escuela, que mantuvo apagadas sus comunicaciones durante cuatro días, navega hacia aguas internacionales y tendrá que esperar a su tripulación de reemplazo más allá de las doce millas

27 jul 2024 . Actualizado a las 21:21 h.

Entre las sanciones que la Unión Europea impuso a raíz de la invasión de Ucrania se encuentra la prohibición de que los buques de pabellón ruso toquen los puertos comunitarios Cierto que el caso del Shtandart, réplica de una fragata construida en el siglo XVIII, se sale de lo habitual. Pero su carácter didáctico —acostumbra a ofrecer visitas guiadas allá donde atraca— no ha sido obstáculo para que la Asociación Galega de Axuda a Ucraína (AGA-Ucraína) denunciase su presencia en aguas gallegas. Un comunicado remitido por la entidad evitó que el barco arribase esta semana a Vigo. Tampoco pudo hacer escala en A Coruña. Pero sí se las arregló para regatear el veto e internarse en el mar de Arousa, donde el viernes fondeó, ante A Illa. Advertida de su presencia, y tras horas gestiones, la Capitanía Marítima de Vilagarcía expulsó a la nave, que este sábado por la tarde puso proa a la boca de la ría.

En Capitanía, responsable de la seguridad de la navegación en el conjunto de la ría, no existía constancia de que los responsables de la fragata hubiesen solicitado autorización alguna. Tal vez porque los precedentes dejaban claro que les sería denegada. De cualquier forma, la prohibición de la UE admite excepciones. En casos de emergencia humanitaria, un herido a bordo, por ejemplo, o de necesidad urgente de avituallamiento, lo lógico es que su llegada a puerto sí fuese permitida. Pero, incluso así el capitán debería haberse dirigido a las autoridades marítimas, cosa que no hizo. Ante esta situación, la institución arousana ordenó a última hora del viernes que levantase anclas.

Que la fragata continuase fondeada durante horas frente a A Illa tenía un motivo. Una vez establecida la comunicación con Salvamento Marítimo, el organismo encargado de hablar con sus responsables, estos alegaron que padecían una avería que les impedía maniobrar. Su capitán, Vladimir Martus, relató en un comunicado que había sido invitado a participar en la Iacobus Maris Experience, el festival que Vigo acoge este fin de semana y en el que se le acabó denegando el atraque. Parte de su tripulación, además, tenía que abandonar el Shtandart al haber concluido, entretanto, su tiempo de servicio. En estos momentos hay once personas a bordo, entre ellas dos adolescentes, y el reemplazo no llegará hasta el 4 de agosto.

El marino alegó que sobre su barco no pesan sanciones personales ni tiene vínculos con el Gobierno ruso: «El propietario es ciudadano de la Unión Europea y su gestión está a cargo de una empresa registrada en la UE». La última vez que pudo tocar puerto fue el 7 de julio, en Les Sables d'Olonne (Francia). Por último, subraya que el 6 de junio cambió su pabellón original por el de las islas Cook, un archipiélago de protectorado británico.

Su versión, no obstante, mostraba varios puntos ciegos. No solo porque AGA-Ucrania denuncie que el tránsito de bandera es puramente instrumental, a fin de sortear las sanciones, sino, sobre todo, por su propio comportamiento. Tras ver rechazadas sus peticiones en Vigo y A Coruña, los tripulantes del Shtandart apagaron sus comunicaciones durante cuatro días, haciendo imposibles los intentos de la base de Salvamento Marítimo en Fisterra por hablar con ellos. Su alegato, además, solo llegó ayer, cuando llevaban horas fondeados. En resumidas cuentas, olía a hechos consumados.

Después de comprobar en una inspección que a bordo hay alimentos y combustible, y que la avería no le impide al buque navegar, Capitanía ordenó su expulsión más allá de las doce millas. La fragata fue escoltada por dos patrulleras de la Guardia Civil y un remolcador de Salvamento. Allí, en aguas internacionales y con previsión de buen tiempo, tendrá que aguardar a los tripulantes de reemplazo, que podrá recoger en su momento. Si entretanto surge una emergencia, recibirá todo tipo de auxilio.

DANI GONDAR

Un buque didáctico. El capitán del Shtandart subrayó ayer la condición de buque escuela y museo de su fragata. Desde su botadura, en 1999, acoge a jóvenes de todas las nacionalidades, con finalidades formativas y lúdicas. Pese a ello, y a un reciente cambio de bandera, las sanciones contra Rusia pesan sobre él También en Francia tuvo problemas.