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La joya del naval gallego cruza el charco y se luce en el Caribe

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

SOMOS MAR

BURGESS

Alquilar el superyate Renaissance, construido por Freire Shipyard en Vigo, cuesta a partir de 3 millones de euros por semana. El barco se encuentra en la isla de San Martín, destino de descanso de estrellas de Hollywood y empresarios

04 ene 2025 . Actualizado a las 16:50 h.

El rastro de los iconos navales made in Vigo se disemina por todo el mundo. Uno puede viajar hasta Nueva Zelanda y encontrarse el ferri Aratere que un día salió de las gradas de Barreras atracando en el puerto de Wellington con 700 pasajeros o puede acabar en la Antártida y ver cómo el Falkor Too sortea icebergs en una expedición de National Geographic. La lista es larga y, desde hace solo un año y medio, incluye una joya que forjó el astillero Freire: el yate más lujoso construido jamás en España. El Renaissance luce en algunos de los eventos más exclusivos del mundo: tras ser una de las atracciones durante el premio de Fórmula 1 de Mónaco acaba de cruzar por primera vez el charco para pasearse por el mar del Caribe.

En las redes sociales, han trascendido imágenes de los inquilinos que disfrutan del superyate estas Navidades. Se encontraban hace unos días cerca de la isla de San Bartolomé, o San Barts, el lugar donde Hollywood y grandes empresarios descansan. Allí acuden para recibir el nuevo año personajes como Jeff Bezos, Leonardo DiCaprio, Heidi Klum, Paul McCartney, Jerry Jones, Michael Jordan o Ivanka Trump. En su última actualización, la plataforma Marine Traffic ubica el Renaissance en la cercana isla de San Martín, también bañada por el Caribe, otro destino de referencia para la beautiful people que busca intimidad.

Huéspedes a bordo del yate estas Navidades en las Antillas francesas.
Huéspedes a bordo del yate estas Navidades en las Antillas francesas. INSTAGRAM @MONTECARLO.MARINE

A juzgar por sus atuendos, los actuales huéspedes del barco construido en la avenida de Beiramar no parecen querer demostrar nada. Sentados sobre unas hamacas en popa, disfrutan del tiempo administrado a su antojo mientras observan cómo uno de ellos testa la fertilidad de estas aguas cristalinas con una caña de pescar. Y es que este aparejo es una de las amenities que incluye el alquiler del yate, junto con dos limusinas para el transporte de pasajeros, seis motos de agua, cuatro kayaks, diez bicicletas eléctricas, una piscina, dos jacuzzis y un equipo de snorkel.

La presencia del Renaissance por primera vez en las Antillas francesas con motivo de la llegada del 2025 es un reflejo más de la exclusiva actividad que ha realizado el yate desde que partió de Vigo a finales del 2023. En el mar Mediterráneo, su fachada ha impresionado en eventos de la talla del Gran Premio de Fórmula 1 o el Salón Náutico de Mónaco.

La agencia que explota las amplias instalaciones de esta embarcación de 112 metros de eslora, Burgess, explica en su página web que el buque está concebido para realizar travesías por el sur de Europa durante el verano y por las Bahamas en invierno. Se alquila a razón de entre 3 y 3,75 millones de euros semanales, una escala que ha posicionado al pedido de Freire Shipyard como el yate más caro del mundo. En el Caribe, el precio mínimo es un poquito más barato. A bordo, el barco tiene capacidad para 36 invitados en 19 camarotes, o sea, suites, atendidos por 45 tripulantes de punta en blanco.

Hicieron falta más de dos años para que el astillero gallego, junto con los diseñadores londinenses Bannenberg & Rowell, conceptualizara, construyera y rematara con precisión cada uno de los espacios que conforman este yate de 7.200 toneladas. En la obra participaron más de 600 personas y un considerable número de empresas auxiliares gallegas.

Desde que recibió el pedido, el astillero mantuvo discreción sobre la propiedad del Renaissance y el origen del armador. Sin embargo, tras despedir la ría de Vigo y emprender su travesía inaugural, trascendió en publicaciones internacionales que el magnate Gary Klesch es el propietario de semejante pedido de lujo. El estadounidense de origen suizo encargó un yate que fuese «un renacer en sí mismo».

Incognita

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En los últimos años, el astillero vigués Freire Shipyard está logrando auténticos hitos en su centenaria trayectoria al adjudicarse pedidos altamente especializados, como el Falkor Too o el David Packard, que parten de una cartera de clientes muy singular. En estos momentos, la factoría naval arranca la construcción del nuevo buque insignia para la organización internacional Greenpeace, mientras en el ámbito de los contratos de lujo avanza en los trabajos de cubierta de otro megayate, también de más de 100 metros de eslora, y conocido como Incognita.