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La salud de la piel del pulpo de acuicultura es «muy similar» a la del que vive en el mar

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

ACUICULTURA

Imagen de archivo de un ejemplar de pulpo criado con técnicas de acuicultura.
Imagen de archivo de un ejemplar de pulpo criado con técnicas de acuicultura. ÁLVARO ROURA

El CSIC compara por primera vez la microbiota de la piel de ambos ejemplares

29 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La piel es la principal barrera del organismo con el exterior. Es reveladora, capaz de evidenciar si una población se encuentra bien. En el caso de los animales acuáticos, además, la situación de su mucosa es crucial «ya que proporciona protección mecánica ante amenazas físicas y biológicas y contiene agentes que mantienen el estado de salud», expone María Saura, científica del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) e investigadora de Acuabiotec, un grupo de Biotecnología Acuática del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) especializado en determinar el rendimiento y la sostenibilidad de la acuicultura a nivel internacional. Recientemente, el laboratorio ha comprobado en Vigo que la microbiota que habita la piel de un pulpo en piscifactoría es «muy similar» que la de un ejemplar que ha crecido en condiciones naturales. Todo un avance para resolver el dilema de si la especie, cuando se cultiva, sufre algún tipo de estrés.

El grupo en el que participa María Saura ha empleado una técnica de secuenciación masiva del ADN, conocida como metagenómica, «para obtener información sobre todos los genomas microbianos que componen la mucosa de la piel del pulpo» y comparar así la superficie de los salvajes y los de piscifactoría, indica la científica. Es el primer estudio a nivel internacional que emplea la microbiota como indicador de bienestar del animal y los investigadores de Vigo aguardan la publicación en una revista científica «de alto impacto».

De izquierda a derecha y empezando por abajo: Susana Otero, Laura Guerrero, María Saura, Carolina Costas, Luis Méndez, Daniel Costas y Josep Rotllant.
De izquierda a derecha y empezando por abajo: Susana Otero, Laura Guerrero, María Saura, Carolina Costas, Luis Méndez, Daniel Costas y Josep Rotllant. CSIC IIM

La obsesión por conocer las comunidades microbianas que forman «parte natural de la mucosa de un pulpo» está justificada en la medida en que estos agentes funcionan como barrera defensiva contra patógenos, «ya que segregan sustancias que impiden su proliferación», añade María Saura. Que se altere su composición «puede comprometer la salud de los animales, haciéndoles más susceptibles a las enfermedades». Analizar la microbiota, por tanto, puede desvelar si el cefalópodo criado en acuicultura sufre algún tipo de estrés, uno de los principales embrollos que tratan de esclarecer los investigadores implicados en la cría de especies marinas en acuicultura.

Condiciones óptimas para su desarrollo

El pulpo no deja de sorprender a la comunidad científica. El equipo de Acuabiotec, liderado por Josep Rotllant, ha tomado muestras de diez individuos salvajes y diez de piscifactoría para descubrir que la piel de ambos es parecidísima. «La diferencia fundamental es que en los ejemplares de cultivo no se han encontrado bacterias descritas como patógenas», apunta la científica. La explicación es sencilla, ya que en piscifactoría están garantizada la de calidad del agua, algo imposible en mar abierto. «En acuicultura, se mantienen condiciones óptimas para la salud de los animales», relata antes de insistir en que está exenta de antibióticos y agentes químicos.

Oscar Vázquez

Cada año se consumen 350.000 toneladas en el mundo, como apunta la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). ¿Pulpo de piscifactoría? Parece ser la alternativa para asegurar el alimento a una población en expansión y una dieta de calidad. Pero también «para proteger las poblaciones naturales», añade María Saura, quien advierte de la necesidad de concienciar en este sentido, tras haberse extinguido «cientos de especies oceánicas debido al impacto de la sobrepesca y el cambio climático». También por motivos económicos el pulpo se ha establecido como un ejemplar de gran interés por la demanda en el mercado. Y para evitar que cobren 35 euros por una tapa, como ha ocurrido en la feria de San Roque, en Vigo.

Mayor trazabilidad que en condiciones naturales

La dieta con la que alimentan a los ejemplares en piscifactorías es todo un misterio sujeto a derechos de propiedad intelectual, como ocurre en el proyecto que desarrollan entre el grupo Acuabiotec del CSIC y el Pescanova Biomarine Center. María Saura puede avanzar simplemente que han diseñado una dieta que incluye «los mismos ingredientes que forman parte del régimen natural del pulpo». Eso sí, controlar el alimento, la calidad del agua y las condiciones de cultivo favorecen «un elevado valor nutricional y de mayor trazabilidad que en condiciones naturales», expone. Para esta investigación centrada en la microbiota han anestesiado a los animales para evitar situaciones de estrés. El ADN microbiano se extrae de una torunda que pasar sobre la piel del pulpo.